🐍 Capítulo 13 🍒

175 5 0
                                    

Pentious decidió que era suficiente, por lo que decidió que era momento de hablar con Sera. Ya no podía estar más tiempo estático, sin poder hacer nada. Así que tomó su bolso para llevar los planos en los que había trabajado para el Hazbin Hotel, acompañado de algunos libros que lo ayudaban a adaptarse a las tecnologías más modernas. Se deslizó con la ayuda de su bastón, andando por las calles del Cielo con algo de inseguridad, mientras muchos lo miraban de reojo. Aunque se sentía juzgado y fuera de lugar -como era costumbre en toda su existencia-, no le tomó importancia. Le daba un poco igual lo que pensaban los Ganadores acerca de su condición como Pecador Redimido. Finalmente llegó al enorme edificio de los Ángeles Ancianos, acercándose con cautela. Subió la escalera con cuidado intentando no caer por su cola dañada.

-¿Tú de nuevo? -Dijo él ángel guardián del lugar- ¡Ni siquiera deberías de acercarte a este lugar sagrado, sucio pecador! ¡Ve moviéndote! ¡Anda, anda!

Pentious mantuvo una cara sería. Apretó su agarre al bastón, para aclarar la voz.

-Me gustaría saber donde está la gran Ssserafín Sera -Afirmó él, ignorando el comentario-. Necesito hablar con ella urgentemente.

-Ja. En tus sueños, pecador -El ángel comenzó a reírse de él.

De pronto, el sonido de un centelleó los ensordeció a ambos acompañado de una intensa luz que se manifestó. La Serafín acudió a su llamado. Pentious respiró un tanto aliviado, acomodando su bolso sobre su hombro. Sera observó al Pecador Redimido, e hizo un gesto con las manos, haciendo un triángulo con los dedos manteniendo su postura serena. Fulminó con la mirada al ángel guardián, para luego dirigirse a Pentious.

-¿Qué es lo que deseas Sir Pentious? -Sera levantó el mentón, indicando su autoridad.

-Necesito hablar con usted -Dijo él sacándose el sombrero, y haciendo una pequeña reverencia-. En un espacio un poco másss privado.

-Muy bien, pues -La Serafín colocó su mano sobre la cabeza de Pentious, evitando tocar su halo. Él cerró sus ojos por reflejo-. Veo que estás mejor. Te veo más en paz. Me alegra mucho verte así, Pecador Redimido.

-Muchas graciasss -Él sonrió algo incómodo, sin saber que hacer exactamente.

Tan rápido como llegó la Serafín, se fueron junto al sonido del centelleo. El ángel guardián quedó anonadado ante la escena. La gran Serafín no parecía ni siquiera molesta de saber acerca del Pecador Redimido. Se comportaba como lo hacía con cualquier otro Ganador. Lo único que dejaron ambos fue aquella luz centelleante suspendida en el aire. De pronto, Pentious estaba en la oficina de Sera, el lugar en el que había aparecido por primera vez cuando ascendió. Miró las paredes blancas con azul, casi nostálgico de aquella vez. Sera se sentó en su escritorio, e invitó a Pentious a que lo acompañara para hablar de aquellos asuntos. Los dos estaban frente a frente.

-Me alegra mucho que haya escuchado mi llamado -Dijo Pentious abriendo el bolso-. Tengo algunas cosas que comentarle. Específicamente con respecto a la ángel que recientemente cayó. Um debería de comenzar por...

-Sé quien es -Interrumpió la Serafín-. Sé lo que hizo, y él porqué lo hizo. Agradezco tu gesto, pero no es necesario informarme de ella. Hacerla caer es una decisión de la que no me arrepiento -Ella hizo una pausa-. Sin embargo, ya no tengo alguien quien se encargue de las exorcistas, y dejarlo a manos de las demás Potestades se me hace inadmisible. Es cosa de ver como te tratan, Pecador Redimido. Creo que deberé de... Hacerme cargo yo misma de tal asunto. Debo de rectificar mis acciones, y dejar de delegar estas responsabilidades. He de admitir, que tenerte cerca de nosotros, Sir Pentious, ha sido esclarecedor en ciertos aspectos. Aún estoy indecisa de que hacer con la situación de sobrepoblación del Infierno, pero por el momento, mantendremos una pausa hasta que el Hazbin Hotel de más resultados conclusivos.

Aligerando Mi Corazón | Hazbin Hotel |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora