🍒 Capítulo 2 🐍

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Pentious se levantó temprano y de golpe, siendo despertado por su alarma que lo hizo saltar. Se arrastró por lo largo de su cama, desganado y sin energía, debido a lo frío que estaba su cuerpo de mitad serpiente. Sin embargo era un día importante, y no debía de estar desanimado. Entró al baño y se quitó su ropa de noche mientras daba la llave del agua. Con un movimiento fluido se metió a la bañera, y sintió que el agua caliente -casi hirviendo- lo despertaba. Escobillo cada escama que se veía mal en su cola, e intentó lucir lo más presentable posible, echando algo humectante para su piel humana. En vida se le resecaba con los cambios de temperatura repentinos, y su cuerpo espiritual tenía la misma característica.

Se vistió con su usual traje, que ahora era blanco con rayas amarillas. Mientras abotonaba su camisa, el ojo de su pecho se transfirió sobre este. Se preguntó qué significaba y porqué estaba presente en todo momento, pero no quería darle muchas vueltas a sus nuevas peculiaridades. Le costó mucho adaptarse a su cuerpo de serpiente años atrás, y no quería pasar por algo similar. Colocó su corbatín y lo comenzó a atar, un corazón se enmarcó en medio. Se miró al espejo, mientras acomodaba su sombrero con lentes con forma de corazón. Sonrió ampliamente, viendo sus dos colmillos sobresalir de sus labios.

Decidió comer su desayuno -de un bocado-, y tomarse una taza de té fuera, en el balcón de su apartamento. Veía el sol salir y comenzar a iluminar el Cielo, de forma literal. Se sentía extrañamente en paz, y el escozor que siempre tenía en el infierno se fue. Era cómodo. Cuando sus pensamientos comenzaron a divagar, escuchó que tocaron la puerta. Se deslizó, y abrió la puerta. Encontró a Emily, que se veía claramente nerviosa. Se saludaron con un abrazo.

-Voy a ordenar un poco, y vamosss de inmediato -Afirmó Pentious-. Espérame aquí.

Lo más rápido que pudo ordenó el desastre del desayuno. Sintió su corazón agitarse con alegría, lo cual era una sensación que raras veces sentió en el infierno fuera del Hazbin Hotel. Salió del apartamento y cerró. No había necesidad de siquiera poner llave, era el Cielo después de todo. Los dos comenzaron a caminar -y a deslizarse- rápidamente. Llegaron a la torre en la que antiguamente Adán organizaba las exterminaciones. Ahora, la ocuparían como portal entre los mundos fronterizos.

Los dos se miraron y asintieron, traspasando el portal. Se encontraron en una sala de reuniones, y Emily miró al ángel serpentino. Los dos suspiraron con algo de nervios, y salieron al pasillo principal de la Torre del Reloj. Estaban rodeados por residentes de Hazbin Hotel, a excepción de uno. Observaron a una Charlie que no podía reaccionar, una Vaggie con la boca abierta, un Angel Dust que apretaba las manos sin dejar de sonreír, un Husk con los ojos tan abiertos que parecían desorbitados, una Niffty que reía sin parar y... Cherri Bomb que se tapaba la boca con las manos.

Pentious abrió la boca para decir algo, mientras sentía que su vista se nublaba con lágrimas. Pero antes de siquiera decir algo, sintió que lo apretaban como nunca nadie lo había hecho.

-¡Sir Pentious! -Escuchó la voz de Charlie mientras lo abrazaba fuertemente. Escuchó un sollozo- ¡Estoy tan orgullosa de ti! ¡Lo hiciste! ¡Lo lograste! ¡La r... redención...!

De pronto, más gente se unió al abrazo. Vaggie continuó, tímidamente. Angel Dust extendió su tercer par de brazos y los rodeó a todos. Husk los abrazó mientras agitaba las alas. Y Niffty seguía riendo pero no se unió al abrazo. Todos exclamaron el nombre de Pentious, o algún sobrenombre que le tenían al Pecador Redimido. No podían creerlo, todos pensaron que había muerto, pero ahí estaba frente a ellos, siendo un ángel.

-Oh chicosss... -Pentious sintió que las lágrimas salían sin control-. Graciasss.... Graciasss...

Estuvieron un minuto así. Cherri Bomb miró la situación desde lejos inmóvil. Cuando murió tras el rayo fugaz de Adán no supo cómo sentirse. Jamás había pensado siquiera Pentious fuera capaz de morir. Él había vivido tanto tiempo, que sentía que no era posible. Cada exterminación la sobrevivía como un cobarde, pero era una excelente estrategia y pronto ella también adoptó sus hábitos para no preocuparse de eso. Y ahora que había luchado había muerto como un imbécil -a su ojo-, confesando un amor hacia ella que... Frunció el ceño frustrada. Se sentía tan confundida, su muerte había sido como un vacío tan extraño en su corazón que verlo ahora se le hacía irreal. Una mera fantasía de sus sueños, o una especie de alucinación del rabillo del ojo. No era un ángel, no podía serlo, pero Pentious seguía vivo. Ahí.

Aligerando Mi Corazón | Hazbin Hotel |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora