🐍 Capítulo 1 🍒

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Pentious se enrolló en sí mismo, haciendo que su cola sea una especie de almohada. Suspiró, mientras pensaba en los que quería. Se sentía agotado de extrañar con tanto ahínco, pero no podía hacer nada en su posición. Habían pasado demasiadas cosas, por lo que las fue repasando poco a poco, mientras intentaba descansar en esta cama que sentía que no le pertenecía. ¿Cómo llegó hasta allí?

Todo comenzó con su muerte ante Adán, en el exterminio temprano de ese año. Él, por muchísimos años, había sobrevivido a todos los exterminios anuales que se hacían. Si bien no era el mejor ofensivamente, defensivamente no cabía duda de que sus más de cien años en el infierno hablaban por sí solos. Pero esta vez no se iba a esconder. Debía de defender a la familia que había encontrado, a los amigos que lo acompañaban, y a la persona que consideró por tanto tiempo un enemigo, que estaba ciego al no ver que siempre estuvo enamorado de ella.

Ascendió al cielo, como el primer pecador redimido, frente a dos Serafines. Emily, y Sera, quienes eran polos completamente opuestos. Los primeros días fueron complejos, ya que no era un pecador, pero los Serafines -En especial Sera, la más importante de todas- lo veían como uno. No recibía malos tratos, pero sí el desdén y la casi humillación de ellos. La única que lo acogió bien fue la Serafín de la alegría, Emily.

-¡No te preocupes, yo los convenceré de que es justo que estés aquí! -Le decía.

Todo esto duró hasta que eventualmente, ángeles de menor nivel se entrometieron en el asunto. Crearon una audiencia, en la que juzgarían si era digno de estar en el Cielo o no. Recordó todas las miradas que estaban sobre él, y el mero hecho de sentir esa sensación lo hacía sudar. Pero no sabía si su humor era aquel debido a las miradas y desdenes o a la falta de quienes quería.

Repasaron su vida humana, abriendo muchas heridas que había querido olvidar en el Infierno. Pero esa era su experiencia humana; humillaciones, traiciones y robos. A pesar de siempre haber sido una víctima de la circunstancias, acabó en el Infierno por sus decisiones apresuradas e impulsivas. ‐y realmente qué oportunidades tenía, siendo un hombre soltero y aislado, en mil ochocientos ochenta, a sus cuarenta años. Era prácticamente una sentencia de muerte. La cual llegó a él eventualmente-. Esas heridas se abrieron como un corte sangrante, que no paraba de doler y avergonzarlo.

Luego analizaron a detalle lo que vivió en el Infierno. Eran ciento cuarenta años de historia, que comenzó de manera inocente, en una librería de un Overlord del momento. Buscaba cómo adaptarse a ese cuerpo serpentino que aborrecía e intentando entender porqué llegó ahí tras una vida miserable. Luego, la frustración de no poder hacer nada contra eso, decidiendo abrazar su lado más "malvado" -que en realidad parecía la interpretación de un niño acerca de la maldad-. Sin embargo, a pesar de todo, nunca vendió su alma por poder. Algo había claro, y es que quería jugar por "las reglas". Conseguir algo de manera legítima. ¿Qué era ese algo? En ese momento, quizás, él hubiese contestado que poder, territorio, dominio. Pero una vez conseguido eso, ¿Qué haría? Lamentablemente nunca se dio la oportunidad de probar el corazón de Pentious de esa manera. Aún así, buscaba la aprobación que deseaba desde sus años humanos, que tan sólo fue aprobada por un compañero que rápidamente desapareció en una exterminación. Ofreció sus invenciones a diversos Overlords, ninguno tomándolo en serio realmente, vendiendo armas e intentando acercarse a personas que consideraba inteligentes y admirables -Como aquel compañero de antes-. Los ángeles observaron las duras batallas a las que constantemente se enfrentaba por el pequeño pedazo de territorio en el que habitaba su Zeppelin, que eran parte de un feroz "son ellos o yo".

Eventualmente, todo culminó con las ganas de ser respetado por los Overlords nuevos del momento, los Vs, y fue enviado al "Hazbin Hotel" como espía. En el que poco a poco se iba mostrando como era su corazón realmente. No era alguien al que le gustase hacer daño como tal, pero como una serpiente acorralada, tenía que defenderse, mostrar sus dientes y atacar para sobrevivir. Eventualmente lo captaron -ya que realmente él jamás hizo espionaje-, pero decidió unirse como residente del hotel. La princesa Morningstar le tendió la mano, y él por primera vez en quizás en décadas, la tomó. Dejó su orgullo de lado para comenzar un nuevo camino. Jamás dudó ni cuestionó a la princesa en su estadía, y realmente poco a poco su corazón se sentía cada vez más cálido ante su nueva familia.

Aligerando Mi Corazón | Hazbin Hotel |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora