Piel de jabalí, cráneos de alce, antorchas con grasa animal para su combustión. El panorama dentro de la metrópolis, hogar de la familia Corvinus se erigía gracias a sus integrantes, el monarca salió de la alcoba principal habiendo irradiado su amor a una de sus esposas, la puerta se cerró tras de sí recibiendo a dos de sus hijos, el primogénito y el séptimo de ellos.
-Padre, las fuerzas por el sur no han tenido resultado, las armas que tienen... Parece perforar hasta los lobos más antiguos.
-Se le dice buenos días a papá, idiota.
-Lark, Michael, no se alarmen, los vampiros viven escondidos en sus castillos, el día no les hace ningún bien, cada vez que el sol se ponga, reagruparemos las tropas.
-La luna nos fortalece ¿no deberíamos aprovecharla? Además están usando cañones cargados de plata, eso diezma a los Omega.
-Papá ¿Por qué no vamos al frente? La plata no tiene efecto en nosotros, atacamos en la noche y destrozamos sus techos, la luz cuando llegue el día hace el resto.
-Bueno, ojalá fuera todo tan fácil como lo sugieren. La noche es su campo de batalla, si deseamos superarlos sin oposición, debemos aprovechar sus debilidades, no nuestras fortalezas. Por cierto, Michael, enviarlos sería contraproducente, el sur es de Carmilla, si ella se siente amenazada durante el día, no dudará en pedir la ayuda del conde, la relación entre los Le Fanu y los Tepes es similar a la que tienen con los Zephon, están más unidos que nosotros.
-Padre, eso es únicamente por la locura de los Lycarn, su ferocidad les nubla el juicio.
-En eso debo concordar, parranda de brutos.
Los tres siguieron su paso fuera del palacio plateado, el regente de cabello gris y barba prominente, se detuvo una vez percibió con ojos atentos la llegada de dos presencias conocidas.
-¿Padre?
-Hay visitas demoníacas... Quizá... No, ¡Michael, sígueme!
El azabache cumplió la orden corriendo a su lado, Lark regresó para dar la alarma. Los dos Corvinus cambiaron su apariencia por la licantropa, uno de pelaje gris y el otro negro, sus fauces se alargaron teniendo la cabeza de lobo, pero su cuerpo era humanoide, las garras en conjunto a las patas eran el diferenciador esencial, un ápice notado por los que irrumpieron.
-Vienen a toda velocidad.
-Dejame detener sus ímpetus.
El suelo delante se rompió liberando a los esqueletos que nacieron de la maldición, la putrefacción penetró la tierra contaminandola a un punto irreparable; el monarca con un zarpazo rompería a diez de los no muertos en su camino, sabía que aquella maldición no era la más poderosa por parte del archiduque.
-¿Qué pretenden? Con esto no me matarán
-No es nuestra intención, señor Corvinus, lo que deseamos es acabar con quienes nos traicionaron.
Su hijo se lanzó en contra del demonio, para su infortunio, fue incrustado sobre el putrefacto terreno de un solo golpe, Mephistopheles cambió su apariencia, una menos humana, los cuernos crecieron mientras la piel adquirió un negro tan profundo como su magia, los iris amarillos, sus fauces de dientes blancos y puntiagudos, la punta de las alas que nacieron sobre la espalda, fueron clavadas sobre los hombros mientras la cola terminada en triángulo, se movió cortando superficialmente la pierna derecha, un dolor agudo se confirió para Michael por tal acción, William intentó ir, pero las palabras de la princesa fueron más rápidas.
-Acción y repercusión, si él se comporta, no atacaremos
- Son... ¡¿Cómo se atreven a irrumpir así en mi casa y dañar a mi hijo?!
-¿Quieres empezar una batalla? Adelante, pero recuerda que en la frontera sur de Transilvania, tus camadas luchan contra nuestro enemigo en común.
Dando dos pasos hacia atrás, el licántropo fue liberado, él se recuperó del suelo tan rápido como sus heridas se cerraron, la ira le carcomía con tanto fervor, que las fauces vociferaron insultos propios de su léxico.
-¡Son unos zoquetes, imbéciles! Esa maldita cola que tienes te la voy a arrancar para metertela por la boca, seguro te ha de degustar eso ¡come pollas! y a tí pedazo de puta mal vestida, te voy a coger tanto que desearás no haber...
-Me gusta tu ira, hijo, pero veamos que es lo que tienen que decir, si no es importante, tus amenazas se harán realidad.
-Que el día sea su mayor desdicha <<Que burdo es el último hijo de Corvinus>>
-Los enemigos son los Le Fanu, si unimos fuerzas específicas, el día será su perdición <<Son bestias, su vulgaridad les precede ¿Qué esperabas, Velvet?>> La apariencia del demonio retornó con piel humana y su traje de cuello alto.
-Mi familia, los Morningstar poseemos ciertas aptitudes celestiales, si se usa sobre los Lycarn, ellos obedecerán órdenes directas, con su brutalidad y las fuerzas del averno, los Le Fanu caerán antes del anochecer <<¡No espero nada de ellos! no confundas las cosas>>
-Los Le Fanu tienen armas especiales, mis tropas están preparadas para sus implementaciones de plata o luz, tenemos el mejor acceso a la magia oscura, que las maldiciones apoyen a los licántropos en el frente <<Tu molestia es evidente, pero no discutiré, después de todo, al "burdo" puedo matarlo>>
El monarca sonrió con desdén ante sus palabras, la experiencia le marcaba "si un trato luce tan bueno, probablemente no lo sea", la mano izquierda se alzó hasta tocar la cien propia.
-Omiten el resto ¿verdad? Les dieron poder a los vampiros a cambio de sus almas, fuimos aliados de los ángeles: Drácula, Carmilla, Bellatrix, Lazarus, Emily y Nosferatu están condenados una vez mueran, nosotros no perdimos nuestras almas
-¿Almas? ¿Pero quien dijo esa palabra? No pedimos sus almas, únicamente su favor para un asalto venidero
-¿"Favor"? Ser poco específico es el primer signo para la perdición ¿cúal es el favor que quieren? ¿Asalto a donde?
-El cielo, sus controladores ex-aliados tienen las horas contadas, el favor sería unirse a nuestra acometida ¿lo ven? No es más que una mano de apoyo a cambio de otra.
Michael retornó a su forma humana manteniendo el ceño fruncido, no se creía lo que escuchaba, sabía que no podía confiar en los oscuros, a sus ojos, debía haber una trampa.
-Ustedes les avisaron a los vampiros, cuando lleven sus fuerzas junto a las nuestras, nos van a traicionar
-Los traicionamos y luego ¿qué hacemos? Los vampiros no desean saber nada de nosotros, tu padre lo dijo, las almas de los monarcas nos pertenecen, eso esparce el odio a sus herederos
-Mi hijo tiene razón, además estamos atacando el sur, es la familia Le Fanu, su conexión con los Tepes es similar a los Zephon, la ex-esposa de Drácula fue una Le Fanu, no se quedarán de brazos cruzados, pedirán su ayuda
-Oh ¿los Tepes? No hay de que preocuparse, por eso yo estaré en el frente, sus almas no pueden dañar la de mi madre o la mía
-¿Perdona? Su pacto es con los Zephon, no con los Tepes, sus almas son de Satanás, no de Lucifer
-Como prueba de nuestra fé, les diré uno de los secretos, la mujer de Satanás ¿saben quien es, verdad?
-Lilith, tu misma madre ¿Eso importa?
-Importa, señor Corvinus, en una de sus noches, él cedió control, mi madre es el pecado de la lujuria después de todo, así, ella entregó parte del poder a su hija, los Tepes no pueden tocarla, no pueden tocarme- El dorso de la mano adquirió un tinte rojo con dos dragones con sus miradas enfrentadas, la lanza de punta dorada "Longinos" a mitad de ambos, bajo ellos una inscripción que rezaba "Ordo Dracul - Transilvania" la insignia de la familia Tepes.
-Si peleas... Ellos no podrán atacarte... Tal vez... <<No es una ilusión, esa marca es auténtica, no se desvanece la magia>> Espera ¿qué tonterías estoy diciendo? Ustedes son unas viles ratas, nos van a traicionar, cuando ataquemos se unirán a ellos
-¿Preocupa una traición? Entonces hagamos un trato- Su mano se extendió emitiendo una luz violeta que resonó por todo el paisaje -Las tropas Morningstar no podrán tocar a los licántropos desde hoy hasta la caída del cielo, si se rompe, mi alma peleará únicamente por su causa, quienes estén bajo mi mando seguirán aquel destino, a cambio, si los licántropos tocan las fuerzas del averno, su alma y la de sus herederos se quemará en las brazas del infierno ¿es un trato?
El silencio se mantuvo entre ambos licántropos, el de cabello plateado repasó las palabras que estaba usando, sin embargo antes de llegar a la última parte, Michael le distrajo con una pregunta.
-Cambia "pelear por su causa" por "obedecerá" y es un trato.
-Espera, hijo, si ellos van a...
-Que nos obedezcan es mejor, cualquier orden que se diga deberán hacerla, ellos pierden papá.
-Un cambio favorable, señor Corvinus, será "obedecerá" en lugar de "pelear por su causa" ¿es un trato?
Moviendo su cabeza hacia la demonio, Mephistopheles adjudicó -¿Qué haces, Velvet? Jamás había visto a un soberano resignarse... patético.
Debido a la última acción, William se determinó apretando la mano creándose un aura blanca alrededor de ambos, dos espíritus salieron atravesando los pechos de los involucrados, el color del ambiente volvió a su tono habitual y el séptimo hijo festejó señalando el rostro de la pelirroja.
-Ja, estúpida, si incumplen serás mi perra, voy a disfrutarte tanto que odiarás el sexo
El archiduque tomó del cuello a la princesa recriminando por el pacto, insistió en el hecho de haber cedido.
-¿Cómo te denigras así? Eres una...
-Lo único que deseo es la exterminación del cielo, no importa el costo- Con su mano sobre la muñeca ajena, de un movimiento vertical se liberó demostrando su enfado a través de su ceño, un conflicto que haría reír al rey.
-La discordia abunda en sus casas, tanto odio hacia el paraíso que les nubla el juicio, mejor anuncien cuando vendrán
-La otra semana, ahora, si no es molestia...
Ella saltó sobre su acompañante dándole un puñetazo sobre el rostro, él cayó sobre el terreno putrido quebrandolo con su espalda, sin embargo contraatacó con las piernas golpeando el vientre, fue tirada diez metros hacia la salida de los límites licántropos, su lucha continuó fuera. Tanto padre como hijo se burlaron por el hecho regresando al palacio.
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La caída de los regentes
VampirLa guerra sin fin, los ángeles bajo las órdenes de Dios se enfrentaron a los "traidores" del cielo. Los ahora llamados demonios lucharon por libertad; un conflicto con victoria para los celestiales, Azrael les confirió en una zona de la cual no podí...