Capitulo 2

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A la mañana siguiente, Anne, quien habia sido su doncella durante los ultimos cinco años la desperto bastante mas temprano de lo habitual, corriendo las cortinas y dejando que entrara luz en la habitacion.

Buenos dias, señorita Penelope -se limito a decir mirando la confusion en el rostro de la joven.- He preparado un baño de agua tibia con sales para usted y esta listo.

Yo.. Anne, que sucede? -pregunto Penelope claramente confundida.

Su madre recibio correspondencia temprano de parte del lacayo de Lady Danbury; las insctrucciones fueron precisas y debe estar lista y con las maletas arregladas mas tardar a las 11 de la mañana -Explico ella.- Llameme en lo que termine su baño en la tina para ayudarla a vestirse, mientras tanto, ire haciendo las maletas.

Entiendo, gracias. -fue la respuesta de Penelope.- Por favor, evita a toda costa los vestidos amarillos citricos, gracias a Dios voy a poder tener un respiro de ellos.

Penelope se levanto y se dirigio al cuarto de baño para hundirse en el agua tibia de la tina. Vaya que Lady Danbury habia sido contundente con sus indicaciones y lo que mas le sorprendio fue el hecho de que su madre las aceptara sin chistar. Bien era sabido que Portia siempre tenia algo para decir si de Penelope se trataba.

Ella lavo sus cabellos y tras asearse completamente llamo a la doncella quien le ayudo a vestirse. Primero la ropa intima, medias y luego el corset; de color perla que se ajustaba muy bien a su cuerpo y le permitia respirar con normalidad.

El vestido elegido para ese dia era de un color menta suave, el cual hacia un contraste hermoso con el tono rojizo de sus cabellos. Ya que iba a dirigirse al campo, decidio que lo mejor seria llevar los cabellos a medio recoger en un delicado moño y dejando el resto de rizos caer libremente a lo largo de su espalda

Para las once de la mañana Penelope se encontraba totalmente preparada para partir, junto con Anne en el vestibulo de la casa Featherington.

Anne, necesito un favor -murmuro ella acercandose a su doncella.- Se que te reuniras conmigo en la casa de campo de Lady Danbury en unos dias. -La doncella asintio confirmando lo dicho.- Sin embargo.. En el lugar de siempre, me queda un poco de dinero del ultimo retiro del banco. Por favor, recogelo de alli y usalo para conseguirme tinta, plumas y papel -agrego mirando hacia los lados asegurandose de que siguieran solas.- Compra algo para ti, que te guste. Y lleva lo restante contigo al campo.

La doncella asintio y le dedico una pequeña sonrisa.- Es muy amable señorita Featherington. Siempre preocupandose por mi. Llevare todo lo que necesita conmigo, se lo prometo.

La conversacion fue interrumpida por Lady Featherington quien bajaba las escaleras para encontrarse con su hija y hacer la entrega oficial a Lady Danbury de su partida. Por obra divina, no tuvieron tiempo de intercambiar palabra ya que la puerta principal de la residencia se abrio; dejando entrar a la anciana quien hacia resonar su baston con cada paso que daba.

Lady Featherington -Saludo cordialmente.- Señorita Penelope -agrego mirandola con una sonrisa.-

Lady Danbury -respondio Portia. Sin embargo no pudo continuar ya que Lady Danbury la interrumpio.-

Le prometo que su preciosa hija va a estar en excelentes manos y tal cual lo conversamos anoche, aliviara sus cargas. -Dijo esto ultimo alzando una ceja antes de girarse a mirar a Penelope.- Nos vamos, querida?

Penelope asintio con la cabeza y se giro a ver a su madre.- Hasta pronto, madre.

La pelirroja hizo una pequeña cortesia y se encamino hacia la puerta junto a Lady Danbury. Una vez ambas estuvieron dentro del carruaje Penelope pudo respirar con tranquilidad.

A la sombra de la sociedad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora