Capítulo 14

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El carruaje recorria las calles adoquinadas de un Londres bajo una lluvia primaveral. Penelope miraba distraida por la ventana, resignandose a tener que volver a su realidad.

Los meses fuera de casa habian sido maravillosos, no solo por todo lo sucedido con el Vizconde Bridgerton sino por toda la paz mental que habia disfrutado. Ni un solo comentario sobre su peso, ni sobre sus habitos alimenticios (que ahora comprobaban eran el fruto de tantos malos comentarios dentro de casa). Sin querer, solto un suspiro.

No te aflijas Penelope -Dijo Lady Danbury como si pudiera leerle la mente.

Ella alzo la mirada y le dedico una sonrisa cargada de Pesar.- Supongo que no tiene caso lamentarse, sin embargo... Agatha, debo darte las gracias por haberme extendido esta invitacion y por todas las consideraciones y excepcionales atenciones que tuviste durante este tiempo. Fueron meses maravillosos; alimentaste mi conocimiento, me ayudaste a creer en mi y eso es algo que siempre voy a agradecerte.

La anciana le extendio la mano y le dejo un apretoncito a modo de apoyo.- Veras que las cosas van a cambiar en el momento en el que el vizconde pida tu mano en matrimonio, lo cual debe suceder en unos dias, no?

De acuerdo a lo que dijo, si. -Replico ella mirandola.- Supongo que esto debo agradecerselos a Lady Bridgerton y a ti. Aunque los planes inicialmente fueron otros... Espero que Lady Bridgerton no tenga inconvenientes con esto.

La anciana solto una carcajada y nego con la cabeza.- Inconvenientes? Ella apostaba por ti para que alguno de sus tres hijos mayores te propusiera matrimonio. Sin embargo me temo que ella apostaba por el joven Colin, mas que por el vizconde mismo. Pero todos hemos visto el cambio que has logrado en el y Violet no puede estar mas feliz de finalmente tenerte en la familia.

Aquella mencion de Colin hizo que el corazon se le estrujara un poco. Debia admitirse a si misma que habia pensado poco en el durante los ultimos meses. Sin embargo al escuchar el resto, sonrio aliviada.- Es bueno saberlo...

Minutos mas tarde, el coche se detuvo frente a la puerta de la casa de Penelope. Ambas mujeres se abrazaron y al abrir la puerta del coche uno de los lacayos la ayudo a bajar cubriendola de la lluvia con un paraguas.

Al ingresar a la casa, Varley le indicio que la familia estaba reunida en el salon del te y Penelope observo como la ama de llaves le dedicaba una amplia sonrisa como diciendole que le gustaba el cambio que veia en ella.

Penelope se encamino al salon y al entrar saludo con una corta reverencia.- Familia, buenas tardes. -Dijo al incorporarse.

Vio como sus hermanas mayores le dedicaban miradas indiscretas y murmuraban entre ellas. Su madre la miro de lado y nego con la cabeza.- Querida, me alegra verte pero debo decir que ese color de vestido no es un color muy feliz, te ves algo palida con el. Quieres un poco de te?

Penelope nego con la cabeza intentando que las lagrimas no se arremolinaran en sus ojos.- Vengo bastante cansada y preferiria retirarme a mi habitacion a descansar, que tengan un lindo te.

Se limito a decir antes de darse media vuelta para salir de la habitacion y correr a encerrarse en la recamara. Sabia que su familia no iba a notar su ausencia durante esos meses, pero no sabia que le doleria tanto la indiferencia ante su llegada.

Ya era de noche cuando Anne entro a la habitacion con una bandeja en manos. Penelope estaba sentada en el alfeizar viendo por la ventana. Se habia saltado el te y la cena y lo cierto era que estaba esperando a que todos se durmieran para escabullirse a la cocina y poder comer algo.

Señorita, le he traido algo de cenar -Dijo Anne dejando la bandeja en la mesa ratona.- Debo admitir que son ordenes de Lady Danbury; me pidio que vigilara sus comidas y que me asegurara de que se estaba alimentando bien.

A la sombra de la sociedad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora