Capitulo 8

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Tras los dias que compartieron en Aubrey Hall, la rutina de Penelope en la residencia de campo de Lady Danbury volvio a la normalidad, los tutores iban por las mañanas, ella le ayudaba con las cuentas por las tardes y el tiempo que tenia libre lo dedicaba a leer. Habian pasado al menos tres semanas desde que habian regresado de Aubrey Hall cuando en la correspondencia aparecio una carta para Penelope. Extrañada de recibir correspondencia se fue a la biblioteca para abrir el sobre. La carta venia de Aubrey Hall y por fuera solamente decia "Señorita Penelope Featherington".

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Estimada señorita Featherington.

Me encuentro tribulado al escribirle estas lineas ya que al ser un poco amargado como usted bien me describio, pase estos primeros dias queriendo concluir nuestra conversacion iniciada en el rosedal.

Debo decir que hasta cierto punto, lleva usted la razon al describirme como algo amargado pero me parece que al conocernos desde hace tanto tiempo, puede usted ver mas alla de lo que cualquier joven de mayfair ha alcanzado a ver.

Pronto partiré hacia Cleyvdon junto a Daphne y Simon, y no puedo sino anhelar que te unas a nosotros. Sería un honor y un deleite contar con tu gracia y tu perspicacia durante esos días. Quizás así; podamos profundizar en las conversaciones que apenas hemos comenzado en el rosedal, y descubrir juntos si en verdad mi amargura es tan pronunciada como algunos creen.

Con un afectuoso saludo, lleno de la más profunda admiración,

Anthony Bridgerton

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Penelope no pudo evitar sentirse abrumada al leer aquellas lineas. No era la primera vez que recibia correspondencia de un caballero debido a que Colin la mantenia bien informada durante sus viajes (cosa que no habia hecho en este viaje en particular). Sin embargo era la primera vez que Anthony establecia contacto con ella de esa forma. Sin dudarlo, subio hasta su habitacion y se sento en el escritorio dispuesta a dar una respuesta.

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Estimado señor Bridgerton,

Es con cierto asombro que recibo su epístola, pues como bien hemos convenido en anteriores encuentros, su temperamento tiende a la melancolía. Permitidme sugerir, en mi modestia, que la infusión de manzanilla podría ser de provecho para mitigar la severidad que a menudo refleja vuestro semblante, y así evitar que seáis percibido como iracundo en cada instante del día.

Quisiera expresar mi gratitud por los obsequios literarios que generosamente me brindasteis durante mi estancia en Aubrey Hall. Fueron una fuente de placer indudable; sin embargo, debo confesar que la lectura de "Amor y Amistad", de la eminente Austen, me ha dejado con un sabor agridulce. No puedo evitar preguntarme si, entre las líneas impresas, aludís a mi persona y a los planes que vuestra madre, con la colaboración de Lady Danbury, trama para mi bienestar marital.

En cuanto a vuestra amable invitación, me permito recordaros que debiera dirigirse formalmente a Lady Danbury. No obstante, permítaseme expresar en esta misiva que, de hallarse ella en disposición de aceptar tal propuesta, sería para mí un honor unirme a vosotros. En tal ocasión, aguardo con expectación la oportunidad de proseguir nuestras conversaciones acerca de vuestra supuesta melancolía y, asimismo, de dilucidar ciertos aspectos de la mencionada obra literaria.

Con todo mi afecto y estima,

Penelope Featherington

Penelope no pudo evitar sonreir complacida una vez hubo terminado de escribir la carta. La doblo con cuidado y coloco el sello de cera para asegurarse que quedara bien cerrada. Rapidamente fue en busca de su doncella, para que se encargara de enviar dicha carta y se unio a Lady Danbury para la hora de la cena, con una sonrisita en el rostro que no habia logrado quitarse desde que habia leido la correspondencia.

Habia algo en ella que le hacia sentir de un excelente buen humor; cosa que no paso desapercibida por Lady Danbury.

A la mañana siguiente, Penelope se encontro desayunando sola en el comedor lo cual le extraño ya que la compañía de Lady Danbury siempre le habia parecido muy gratificante. Se limito a terminar de comer y se encamino a sus lecciones de Pianoforte.

El estar sola durante el dia la mantuvo aprehensiva, sin embargo puso el mayor de los empeños en terminar de manera satisfactoria cada una de las lecciones que tenia asignadas.

Al caer la tarde, Penelope se econtraba frente al pianoforte tocando una suave pieza que habia aprendido ese dia por la mañana. Estaba bastante ensimismada deslizando los dedos por las teclas que se sobresalto al sentir a Lady Danbury junto a ella.

Valgame Dios! -exclamo realmente sorprendida.- Se encuentra usted bien, Lady Danbury? Debo admitir que su ausencia en la casa cambia completamente el ambiente

Estoy bien, si. -dijo mirandola.- Un poco melancolica, quizas. Hace muchos años en esta fecha, mi esposo fallecio.

Oh, lamento escuchar eso -respondio Penelope-

No lo lamentes, el hombre era un bastardo, que no veia mas alla de su nariz -dijo la anciana con cierto resentimiento.- Pero estabas tocando divinamente, crees que puedas continuar?

Penelope asintio levemente y comenzo a tocar la pieza desde el inicio. Lady Danbury se sento en el sofa, sirviendose una taza de te mientras la observaba fijamente. Una vez terminada la primera pieza, Penelope toco una segunda y una tercera hasta que al terminar esta, se levanto del instrumento y se sento junto a Lady Danbury.

Quisiera preguntarle.. -Penelope la miro algo avergonzada.- Como puede una sobrellevar un matrimonio por conveniencia? Quiero decir, en el supuesto caso de no estar enamorada del pretendiente, como se soporta tal carga?

Lady Danbury la miro por un par de minutos en silencio, como intentando formular una respuesta en su cabeza. – La realidad es, que en algun punto de la vida marital comienzas a encontrar gratificacion y amor en ciertas cosas. Los hijos, los pasatiempos, las amistades... Cada matrimonio es diferente y cada pareja se encarga de poner sus propias reglas. Sin embargo, no quiero que te preocupes por eso, estoy mas que segura de que tus nupcias, seran por amor.

Yo espero que si -se limito a responder mientras se preparaba una taza de te.

Penelope, nunca he visto a Anthony, El Vizconde, como lo vi durante este fin de semana. El se preocupa por ti y puedo vaticinar que ninguno le es indiferente al otro. De no ser asi, no hubiesemos recibido una invitacion que claramente he aceptado para ir a Cleyvdon unos dias. -Penelope la miro de reojo, manteniendo la taza de te sobre sus labios como un escudo.- Asumo ademas, que esto ya lo sabias debido a que recibiste correspondencia personal desde Aubrey Hall

Lady Danbury le dedico una sonrisa divertida a la joven, quien termino asintiendo con la cabeza.

He recibido correpsondencia desde Aubrey Hall, si. Sin embargo, no sabia que usted tambien la habia recibido y mucho menos que hubiese aceptado. Aunque debo admitir que no me extraña en lo absoluto. -Respondio Penelope luego de terminar el contenido de su taza.- Sabe si el resto de la familia Bridgerton se unira a este viaje? El vizconde no hizo mencion de ello en su misiva.

Lady Danbury no puedo evitar esconder su sonrisa triunfante antes de contestar.- Violet tambien me escribio; el vizconde solicito que la familia retrasara el viaje unos dias. Nosotras llegaremos el dia miercoles proximo y el resto de la familia se unira el dia viernes. Cleyvdon esta a media hora de aquí, asi que sera un viaje tranquilo y corto. -comento esto ultimo en lo que se servia algunos dulces en un plato y se acomodaba nuevamente en el sillon.

Los dias comenzaron a pasar y para sorpresa de Penelope, se encontro sintiendo muchas ganas de llegar a la residencia de los duques de Hastings.

A la sombra de la sociedad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora