╰☆ S E S E N T A Y D O S

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Ya había amanecido, eran al rededor de la 8:47 am, tenía mucha pereza en querer levantarme, pero si no lo hacía, Cornelio me encontraría con las manos en la masa, y eso no es lo que quiero

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Ya había amanecido, eran al rededor de la 8:47 am, tenía mucha pereza en querer levantarme, pero si no lo hacía, Cornelio me encontraría con las manos en la masa, y eso no es lo que quiero.

Así que me levanté, fui al baño a hacer mis necesidades y darme un buen baño caliente, después de eso, me aliste me puse algo un pants, junto a una blusa de Cornelio que me quedaba Overzise.

Fui escaleras abajo, para poder ir a la cocina, ya que me había dado hambre tan temprano, termine de hacerlo, pero en eso, escucho que tocan el timbre.

«Dios, que no sea Cornelio»

Me eche una persinada, me cheque quien era y Dios mío, eran los plebes, ¿En que momento?, ¿Y porque ahora?, no tengo nada listo de la sorpresa que le daré a Cornelio.

Cómo pude, sin lastime obvio, agarre las cosas de la sorpresa, pues las había dejado en el sillón y fui corriendo hacía mi habitación para esconderlas ahí, volví a bajar y ahora sí, les abriré.

- Maria: Hola, hola, mis amores - saludé mientras abría aquel portón.

- Nata: Hasta que sales, mujer, nos estábamos congelando aquí afuera - dijo y los otros dos asintieron.

- Maria: Que simples son, pues - reímos.

Los deje pasar, nos sentamos en el comedor, aunque tuve que hacer más comida, pues los tres venían con hambre.

- Maria: ¿Y cuando regresaron? - pregunté.

- Gabito: Anoche como a las 9:20, más o menos -

- Maria: Fíjate nomás, perra, desde anoche y ni pío me dijeron -

- Hassan: Pero ya andábamos aquí, es que llegamos bien cansados, ya sabes, mija - dijo.

- Maria: Entiendo, pues -

Terminamos de comer, nos pusimos en el sillón, empezamos a platicar, para ponernos al corriente de todo lo que ha estado pasado en nuestras vidas, pues ya no nos frecuentamos tanto, por eso de sus conciertos, en eso se me iba a salir decirles que estaba embarazada.

- Maria: Nombre y luego el notición que te les tengo - dije mientras llevaba mis manos a mis piernas y me quedé callada.

- Los tres: Cuenta, pues -

«agh, en este momento quisiera que la tierra me comiera»

No sabía que decirles, estaba en blanco pero una llamada me salvo, y era Cornelio.

- Maria: Esperen tantito - dije y atendí la llamada.

La llamada no duró mucho, solo me avisaba que llegaría a casa en cuatro horas a lo mucho, e intercambiamos algunas palabras y colgamos.

- Nata: Oigan, necesito ir a Walmart a comprar algunas cosas, ¿No me quieren acompañar? - preguntó.

«Gracias por cambiar el tema»

𝗗𝗜𝗙𝗜𝗖𝗜𝗟 𝗗𝗘 𝗖𝗥𝗘𝗘𝗥; 𝐂𝐎𝐑𝐍𝐄𝐋𝐈𝐎 𝐕𝐄𝐆𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora