•.𝐃𝐃𝐂.• | ¿Que tanta probabilidad hay de que el chico del que estuviste enamorada toda tu adolescencia, ahora sea tu vecino? O ¿Quizá haya algo más que eso?
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No lograba descifrar que era lo que había pasado, ¿Fue un sueño la infidelidad de Valentín? ¿Aún sigue con Ashley? ¿No hay nadie más? Tenía más preguntas que respuestas ahora mismo.
Pero lo único que si sabía es que, necesitaba verlos ahora mismo de alguna manera.
Así que les llamé y pedí que vinieran a casa lo más pronto posible y justo no pasaron 15 minutos cuando ya están tocando el timbre y grite un simple “Ya voy”.
Los recibí con gusto pero a la vez confundida, nos pasamos a la sala y les pedí que se sentarán y yo me puse enfrente de ellos, sentada en la mesa.
- Maria: Quiero hacerles una pregunta y quiero que sean sinceros - solté y ambos asintieron. - ¿Cómo está la relación entre ustedes dos?
- Ashley: - Muy bien, estamos perfecto - respondió feliz pero confundida.
- Valen: Lo que tú ves de nosotros es como normalmente somos en privado, pero bueno, ya tu me entenderás - dijo ahora mi cuñado.
- Ashley: ¿Paso algo? - preguntó.
- Maria: Soñé que Valentin te había engañado justo después de terminar el concierto de ayer, tu estabas llorando, Cornelio decepcionado, pero todo se sintió tan real - confesé.
- Valen: ¿Yo siendo infiel? ¿Pues que traes Maria? -
- Maria: Les contaré bien, yo estaba cuidando al bebé, Cornelio salió con los plebes a un mandado, entonces me quedé dormida junto con el niño, entonces, comencé a soñar todo esto y me desperté espantada, por eso quería verlos, para asegurarme que nada malo estaba pasando entre ustedes dos, pero neta, plebes , no dure ni una hora dormida - dije.
- Ashley: No, Julie, todo está bien con nosotros, solo fue un mal sueño, tranquila - me abrazo.
- Valen: Vernos divorciados es como si Cornelio llegará a odiar los acordeones, osea, imposible, mija - reímos.
- Maria: Neta plebes, no saben la satisfacción que siento al saber que están bien, pero ¿Y el Valentinsin donde lo dejaron? -
- Valen: Mi ama lo tiene - asentí.
Estuvimos platicando un ratito más, hasta que decidí hacer algo de comer, pues tenía antojo de una lasagna, así que la hice con ayuda de Ashley, en lo que Valentín me ayudaba con Lito.
Terminamos la comida y justo iban entrando los plebes y mi esposo.
- Corne: ¿Que onda, como andan? - saludo junto a los otros.
- Hassan: ¿Que hiciste de comer, Maria? - preguntó entrando a la cocina.
- Maria: Mira Maria, trajimos de comer porque has de estar muy cansada últimamente, no te preocupes - dije sarcástica.
- Gabito: Que simple eres, Julie - reímos.
- Nata: En mi defensa, yo sí quería traer de comer, pero nadie me hizo caso, incluso tu esposo, eh - se encogió de hombros y dirigí mi mirada a Corne.
- Corne: Ora cabron, ya me echaste la muleta, pues - dijo. - Perdón amor, andamos bien estresados consiguiendo eso que te había platicado -
- Maria: Al rato hablamos de eso, vengan a comer - dije y todos hicieron un “uuh” y yo reí internamente.
Degustamos lo que habíamos hecho Ashley y yo, lo cual, estuvo demasiado rico, al tiempo se fueron primero Ashley y Valen y ya después los plebes.
- Nata: Cuídate, carnal, mañana vengo a verte a ver si sobreviviste - dijo y reímos. Una vez que se fueron, nos metimos y ya nos quedamos sentados en la sala, Lito estaba dormido en una camita que tengo aquí mismo en la sala.
- Maria: ¿Ahora sí me puedes platicar lo de la comida? - pregunté siguiendo el juego.
- Corne: Ay, amor, no solo yo tuve la culpa, también los plebes, también del Nata que habla cuando todos están hablando al mismo tiempo - respondió.
- Maria: Mmh, no se si perdonarte - me pare del sillón y fui hacía Lito. - ¿Tu que piensas, mi amor, perdonamos a papi? - dije.
- Corne: No, cabrona, al niño no lo metas aquí - dijo riendo.
- Maria: Ni modo, ya me dijo que no te perdone - dije.
Mire que se paro del sillón y con una mano me tomo de la cintura y con la otra me tomo del cuello, para después darme un beso algo apasionado. Sinceramente no había tenido tanto contacto físico como antes y vaya que si lo necesitabamos.
Lo había extrañado tanto, aún teniéndolo tan cerca de mi, sentir sus labios, su piel, sentir como su respiración se complementaba con la mía, eran tantas cosas que quizá, explotaría de tantas emociones que sentía en ese momento.
- Corne: Te amo, sabes que pienso en ti siempre, solo que está vez, te falle pero te prometo que no volverá a pasar - junto nuestras frentes.
- Maria: Te amo más, mi luna y no, no tienes que disculparte, no me fallaste en nada, solo quería jugar un rato, después habrá tiempo para ir a comer juntos los tres ahora sí - tome su rostro con ambas manos y lo bese nuevamente. - Te extrañe .
- Corne: ¿A mí o a mi cuerpo? - preguntó.
- Maria: A los dos - respondí.
- Corne: No sabes las ganas que te tengo desde hace semanas, pero te estaba esperando, quería que tú dieras el primer paso - beso mi cuello.
- Maria: Amor, pero no podemos hacer esto delante del niño -me separé.
- Corne: Todavía está muy chiquito, el no sabe que rollo con sus papás, solo déjate llevar, mami - siguió besándome.
Y así, fue como nuevamente nos volvimos a encontrar, vaya que necesitaba este contacto hacia él, mi cuerpo lo aclamaba a gritos desesperados.