•.𝐃𝐃𝐂.• | ¿Que tanta probabilidad hay de que el chico del que estuviste enamorada toda tu adolescencia, ahora sea tu vecino? O ¿Quizá haya algo más que eso?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Han sido muchos días de emociones distintas, pero una vez más, se termina un año más, pero agradecida por todo lo vivido, aún así no hay sido momentos bueno, pero al parecer lo cerré con broche de oro.
Tengo una familia que me ama, se preocupa por mí, tengo a mis mejores amigos, tengo a mi hombre que ha estado conmigo desde el día uno.
Sin duda alguna, son lo mejor que me pudieron haber pasado.
El día de hoy, me estoy arreglando para la cena de fin de año, así que me tenía que ver super bonita.
Lo malo es que no me decidía por cual vestido, así que fui a pedir ayuda.
- María: Perras, háganme caso, ¿Cual me pongo? ¿Este o el otro que les enseñe? - pregunté.
- Gabito y Nata: Ese mero - dijeron al mismo tiempo.
- Nata: Con ese te miras bien perrita - mencionó.
- Gabito: Te hace lucir un pinche cuerpazo - apoyó.
- María: Bien, entonces me quedaré con este, muchas gracias muchachos - me fui y escuché un “de nada”.
Terminé de alistarme, hasta eso no me tarde nada, me fui a sentar al sillón del cine con los plebes, que por cierto Gabito cayó de sorpresa, me dijo que no iba a poder venir y de la nada ya estaba tocando mi puerta.
Y hablando de eso, la volvieron a tocar, tengo que admitir que en mi corazón tenía la esperanza de que fuera Hassan, pero no fue así, era Cornelio.
Me hice a un lado para que pasará y cerré la puerta detrás mío.
- María: Vega, pero que guapote te miras, mi amor - dije sonriente.
- Cornelio: Tu también lo estás, ma - dijo tomándome de la cintura.
- María: Te extrañe - dije.
- Cornelio: Nos vimos en la mañana - respondió.
- María: Aún así, ya te extrañaba -
Comenzamos a besarnos, no fue más allá de algo prohibido pero aún así, duramos un buen rato, hasta que tuvimos que separarnos por la falta de oxígeno.
- Cornelio: Casi lo olvido, te traje estás flores - dijo.
- María: Estás hermosas - estaba emocionada.
- Cornelio: Así como tú - halagó.
Fuimos hacia la cocina por un jarrón para colocarlas ahí con su respectiva agua.
- Cornelio: Ya tenía días sin mandarte tus flores, así que hoy me tomé el tiempo de irte a comprar unas - explicó.
- María: Ya sabes que no es necesario comprarme flores, amor - dije acercandome a él.
- Cornelio: Pues mientras estemos así de juntitos, siempre las tendrás - me dió un beso en la frente.