TOO YOUNG

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Muy rápido. Todo está pasando demasiado rápido.

-A mí me importa.

-Sólo tienes miedo.

¡¿Y eso qué?!

Se acercó a mi, mucho, pero algo en mí no quería alejarlo sino dejar que se acercará aún más.

Sostenía mis manos y no haría nada para impedirselo.

-Mira, he visto en las calles y he leído sobre esto. ¿Sabes que tienen en común? Ellos son adultos, adolecentes. A pesar de que lo siento-me llevé mi mano al corazón-las personas dirán que este amor no existe, es una mentira.

-No importa lo que digan las personas, ¿Desde cuando te importa?

Lo sé, lo sé, pero estoy llena de miedo. Es aterrador.

Para empezar no he dado mi primer beso, ¿Quién quisiera estar con una ladrona?

-No lo sé, me voy volviendo loca.-Me rendí, solo quería abrazarlo y eso fue lo que hice-te extrañé mucho.

-Y yo a ti-me sonrió.

¿Desde cuándo él está sientiendo lo mismo?

-Aunque eras un amargado.

-Hey-se quejo con una dislumbrante sonrisa. Los dos nos acercamos, nuestras respiraciones se sentían en nuestros labios. Él seguía sonriendo y eso hacia que se viera lindo.

¡¿Sólo lindo?! Con el cabello sobre su cara se ve extremadamente se...

-Es demasiado rapido.-me aparté bruscamente, pero Edmund lo entendió.

-Esta bien, no importa, volvamos.

Puso su brazo encima de mis hombros mientras que lo avrazaba. Fuimos juntos al campamento. Nunca me había sentido tan bien.

-Me gusta que hayas vuelto, me gusta el nuevo tú.-le susurré en su oido, de la vergüenza salí corriendo sin escuchar su respuesta.

¿Por qué dije algo así?

En el mismo momento en que Susan me vió entrar me preguntó en dónde estaba con un toque de preocupación al ver un pequeño rasguño en mi casa.

-Por ahí -dije sonriendo al recordar todo lo que había pasado.

Un poco dramático la cosa, ¿No?

-Me habías preocupado.

-Ya no importa estoy bien.

-¿Con quién estabas?-se mostraba más tranquila. Los hermanos Pevensie son unas personas muy especiales.

-Con...-pensé dos veces antes de responderle.

-Con...

-Estaba por ahí... Sola.

-¿Sola?-alzó las cejas, no sé si es porque está sorprendida de que estuviera sola hasta tan tarde con todas las amenazas que hay en contra nuestra o que sabía ya que era una mentira.

-Si.

-¿Entonces por qué Edmund también acaba de llegar?

-Si, estaba sola...Con èl-le sonreí.

-Sabes que estas...

-¿Nunca te ha gustado alguien Susan?-ella se quedó callada-lo se, soy muy joven, pero...

No encontraba las palabras.

-No sabes que sentir-me comprendió.

-Eres como una hermana mayor.-reí.

-Debo serlo.-También se rió-¿Así que te gusta mi hermano?-me miró pícara.

-Tal vez-las dos volvimos a reír por lo bajo mientras que Lucy dormía.

-¿Qué le ves?

Bueno, es tu hermano. Sería raro que le vieras algo.

-Su personalidad me gusta, desde el principio hemos convencido bien. Cuando sentí que no lo volvería me sentí impotente. Ya me gustaba para ese entonces pero cuando regresó, cuando hablamos sólo los dos me di cuenta que algo en él a cambiado, Susan. Tu lo conoces mejor que yo pero hay dulzura, amor, comprensión e inocencia en su corazón.

-¿Estamos hablando de Edmund o de un personaje literario?-se rió Susan. Estaba pendiente de todo lo que decía y me gusta que sea mi confidente.-Él ha cambiado mucho desde que se fue papá, ¿Sabes? Era todo lo que dijiste.

-Cuentame de ese pequeño Edmund.

¿Por qué no puedo dejar de sonreír?

El secreto de Narnia: El león, la bruja y el ropero. [ C O M P L E T A ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora