NARNIA Y LOS CASTORES

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Al coger los abrigos y por fin ir a la casa del Señor Tumnus, junto con Lucy estábamos contándole todo lo que sabíamos acerca de él, todo iba bien hasta que Lu paró en seco y yo no me había percatado de lo que ella veía porque estaba muy ocupada viendo a los demás mientras hablaba pero lo vi yo también después de su brusco acto y salimos corriendo a investigar qué había pasado. 

-¡Oigan! Esperen.-Nos decían tratando de seguirnos el paso pero no teníamos tiempo para dar explicaciones. 

Llegamos a la entrada de la casa pero no había puerta, cuando entramos todo estaba roto: las fotos, los libros, los muebles... Estábamos buscando por una pista del señor Tumnus cuando Lucy dijo:

-Miren, es una carta-la cogió y se la dio a Peter para que la leyera.

La carta decía algo así: El señor Tomnus está arrestado por brindarle su ayuda a los humanos y por alta traición a su reina, Jedis. Att: Mogruim. El grupo de policía. 

-Debemos ayudarlo-dije desesperada-ya sé, avisemosle a la policía.  

-Ellos son la policía-me explicó Susan.  

-Tenemos que ayudarlo-dijo Lucy, de nuevo. 

-¿Por qué?-Todos volteamos a ver a Edmund-digo, es un criminal.-Me puse tan mal que no pude responderle con todas las groserías e insultos que tenia preparados para él. En eso llegó un pájaro de un brillante y lindo color azul nos hizo saludó con su distinguido sonido. 

-¿Ése pájaro nos hizo saludó a nosotros?-preguntó Susan extrañada, él nos guío fuera de la casa y le hicimos caso.

Estaba persiguiéndolo hasta que tropecé con Edmund quien ayudó al levantarme, no me preocupé a que nos viera Susan o ningún otro ya que ellos seguían siendo guiados por el pájaro. 

-Lo siento por llamarte criminal. 

-Creo que te disculpas demasiado ¿no es así?-dije un poco molesta por lo que iba a seguir caminando pero él me sujetó delicadamente del brazo. 

-Lo siento ¿Si? Te prometo que no dudaré de ti jamás y que...-estaba rogándome, algo que nunca me había pasado y no sé exactamente cómo me sentía: O incómoda o emocionada. 

-Está bien, tranquilo, te perdono. 

Seguimos caminando hasta que vimos que un castor le entregó algo a Lucy y luego le dijo algo que no entendimos ya que aún seguíamos alejados del resto pero lo único que alcanzamos a escuchar fue que nos dirijamos a su casa.

-Está linda-Le dije. 

-Gracias, pero aún no esta terminada-respondió el señor Castor.  

-Y cuando acaben será hermosa-añadió Lucy y el señor castor le sonrió. 

-Castor-salió una castora a la que llamaremos la señora Castor, cuánta creatividad la mía.-Sí me entero que estabas con el señor Tejón otra vez...-ella dejó de hablar al vernos y sorprendida nos dijo:-No creí que viviría para este día. Me hubieras avisado que tendríamos visitas-se dirigió a su esposo-así estaría lista. 

-Aunque te diera un mes, jamás estarías lista-bromó mientras nos invitaban a pasar amablemente y yo sólo podía reírme junto con Ed, pero fue él el último de todos al entrar a la casa. 

-Que bueno que llegaron-dijo el señor Castor ya cómodo como todos nosotros en las sillas que nos habían brindado a cada uno. 

-¿Por qué?-pregunté en nombre de todos. 

-Porque Aslan esta en camino.-Hubo un silencio extraño en la sala, espero que ninguno de nosotros halla entendido ni una palabra porque yo no lo hacía pero no me atrevía a preguntar. 

-¿Quién es Aslan?-preguntó al fin Edmund, pero la reacción que esperábamos fue muy distinta:  el señor castor empezó a reírse, ¿Qué le parecía tan chistoso?

-¿Quién es Aslan?-insistió esta vez Susan, pero él seguía riéndose pero se detuvo cuando la señora Castor le dio un codazo muy fuerte, luego éste vio nuestras caras de confusión y supo que en verdad no sabíamos nada. 

-¿De verdad no saben?-Peter negó con la cabeza seriamente-Él es el verdadero rey de Narnia-trató de explicar. Todos nos quedamos callados por lo que dijo, me dolía un poco la cabeza, me iba a apoyar en el hombro de Edmund pero cuando volteé a ver él ya no estaba, supongo que fue a tomar aire de nuevo. Pero había algo más importante en este momento y lo único que pude entender castor fue que había una profecía, unos tronos pero los sonidos y la imágenes se fueron y no veía ni escuchaba nada.

-Háblanos sobre profecía-rompí el silencio recuperando la compostura, cosa que nadie había notado y el castor me miró extrañado por lo que acaba de decir-¿Qué sabes de ella?-pregunté mientras me masajeaba la cabeza por el dolor . 

-Si, por su puesto ¿Pero tú cómo sabes de ella? Escuché que ustedes nunca habían estado aquí antes. 

-¿Usted no lo acaba de decir?

-_______, él no ha hablado de nada sobre eso.-Me explicó Peter mirándome asustado como todos los demás. -Pero no tenemos tiempo para darle una explicación a esto-apartó su alarmante mirada sobre mí y la posó sobre el señor Castor-Explíquenos la profecía, por favor. 

-No, espera. Es como el libro, ¿lo recuerdas? Del que hablamos esta mañana antes de salir a jugar.-Todos seguían igual de confundidos menos Susan quien después de unos minutos puedo explicarle con obviedad a todo el mundo: 

-Ella ve todo como si fuera una película, como si fueran recuerdos. Hasta donde sé pueden ser realmente su memoria pero alguien podría también interferir en su cerebro para transmitir esas imágenes y voces. 

Todos soltaron un profundo "Ohhh" y no podría estar más agradecida con este chica, lo había dicho a la perfección pero ya que el tema estaba un poco resuelto ahora teníamos que saber el significado de lo que habíamos dicho, así que insistí de nuevo con eso de la profecía. 

-La profecía dice...-empezó diciendo el señor castor- Cuando dos hijos de Adán y dos hijas de Eva en el trono de Cair Paravel estén sentados, los malo tiempos habrán acabado.

-Esto es una broma, y sabes- reí y mire a los ojos al señor Castor-no me gusta que me hagan  bromas pesadas y mucho menos cuando la cabeza me está doliendo como el infierno-me paré y me fui a tomar un poco de aire junto a Ed, quien ya se había demorado mucho en entrar. Por un largo periodo de tiempo estuve viendo las montañas y la nieve hasta que me percaté de la ausencia del menor de los Pevensie. 

-Chicos-entre a la casa a toda prisa, con este gran susto el dolor de cabeza pasó inmediatamente a segundo plano-Edmund no está-todos voltearon a verme esperando una explicación. 

-Lo mataré-dijo Peter con enojo. 

-No creo que sea necesario, ¿Edmund ya ha visitado Narnia?-Peter me mira y asiente. ¿Cómo no me había enterado de eso? Esta es la primera vez que me preocupo tanto por alguien, tanto que da miedo. 

-Voy a buscarlo-dije desesperada y me fui corriendo. Todos me seguían hasta que tuve que parar porque Peter me jalo del brazo arrastrándome a donde estaban todos los demás-¡suéltame! 

-Así que no pasa nada con Edmund, ¿no?-me dijo Susan cuando tuvo la oportunidad. 

El secreto de Narnia: El león, la bruja y el ropero. [ C O M P L E T A ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora