MADRES Y ¿DÓNDE ESTÁ EDMUND?

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MARATON 1/?

Mis manos temblaban, estaba nerviosa. Tenía miedo de nuevo.

-Entonces tu...-retrocedí-asesinaste a mi madre-susurré.

-Sabes por qué lo hice.

Yo también quería hacerlo. 

-Ella...No puedo creerlo.-me llevé las manos a la cabeza sobando mi cabello desesperada.

¿Por qué a mí?

-Puedes cambiar, si eso es lo que te preocupa.

-No, no puedo. Lo malo esta dentro de mí y llegará un punto dónde no pueda controlarlo. Podría hacerle daño a...

-Sabes que si puedes cambiar.

-¡Y tu sabes que puedo destruir Narnia! Soy un peligro Aslan.

-No lo eres.

Luego una pregunta se formuló en mi cabeza, jamás lo habia pensado.

-Aslan, si yo no soy tu hija, ni tampoco de esos reyes de que me hablaste sino de la bruja blanca, ¿Cómo pudiste cuidarme por un tiempo? ¿Acaso tienes algún hijo?

-Si. Ella también es humana y está en tu mundo. Como tú, ella también nos visita cada año pero no en carne y hueso sino en sus sueños. Piensa que ese lugar es producto de su imaginación, pero vendrá algún día, cuando tenga que hacerlo.

-¿Por qué la mandaste allá, si es tu hija?

-Tenía que protegerla. A veces podemos ser muy ignorantes, querida, así que mataron a todos los humanos. Sé que debes analizar muchas cosas y que este tal vez no fue el mejor momento pero era necesario que lo supieras.-Dicho eso Aslan se fue.

Lucy lo miraba por el balcon mientras hablaba con el señor Tumnus.

Se notaba que Peter y Susan se divertían al máximo. Bailaban y conversaban alegremente.

Sería bueno estar aquí para siempre.

-¿Quieres bailar?-Preguntó alguien detrás de mí. Claramente reconocí su voz.

-No sé bailar.

-Tranquila, yo te guío.

Pudimos bailar por mucho tiempo. Sentía como si sólo fuésemos él y yo. Seguimos asì hasta que pusieron una musica mas rapida.

                                   ***

-Hija.

-Mamá.

-Me mataste.-hablaba con una dulzura extraña.

-No quería hacerlo.-mentí.

-Aún así lo hiciste.

-Lo siento.

-No lo sientas, no fuiste tu fue Aslan.

Estaba jugando conmigo.

-Tu lo mataste a él primero.

-Queria protegerte, eres lo que más amo en el mundo.

Desperté gritando <<mamà>>.

Mis manos temblaban, mi boca hacia sonidos raros y para colmar mi paciencia hice que lloviera a acantaros. Al parecer Edmund se enteró de lo que estaba sucediendo por lo que vino de inmediato a mi habitación.

-¿Pasa algo?

Al parecer Edmund tiene un sueño ligero.

-No, solo una pesadilla-me quede viendo la pared que estaba a su lado.

-¿Segura? Despertaste gritando mamá, pero dijiste que nunca la conociste...

Le expliqué la mitad de las cosas. No me atreví a decirle sobre la hija perdida de Aslan o que tenía poderes. Sólo que la bruja blanca era mi verdadera madre.

-Me duele, Ed. La una madre que tengo, tenía, la odio. La odio mucho. 

-Tranquila.-me masajea la espalda mientras yo lo abrazaba.

-No es nada. 

- Claro que si,estás llorando. Cualquier cosa que te haga llorar es importante. Y sí no lo es para ti, lo es para mí. Así que prométeme una cosa: Todo lo que te perturba, entristece o te hace enojar me lo harás saber. Incluso si no puedo arreglar nada, puedo ser un hombro en dónde puedes desahogarte.

Lo aceptaré gustosa, créeme.

-Lo prometo.

El secreto de Narnia: El león, la bruja y el ropero. [ C O M P L E T A ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora