𝐂. 𝟏𝟏

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   𝙀𝙡𝙡𝙖 𝙚𝙨𝙩𝙖𝙗𝙖 𝙘𝙚𝙣𝙖𝙣𝙙𝙤 junto los Tevez entre risas, después de lo que pasó con Danilo ella fue donde carlos para contarle cómo siempre pero Adriana la obligó a quedarse a comer con ellos, parecía más su mamá que la suya propia.

La puerta se escuchó sonar y uno de los ver hermanitos de Carlos fue abrir, encontrándose con la mamá biológica de Carlos.

—¿Que pasó? —Dijo la Chila parandose.

—Tivi que no aparece hace tres días, se fue de gira no me dejó guita para comer, no me dejó nada. —Se quedó unos segundos parada, y volteo a ver a Segundo, quien seguía comiendo como si nada. —¿Vos que sabés? —Segundo no paro de comer, sin caer en cuenta que hablaba con el. — ¡Ey!

Segundo se señalo a el mismo y negó. —No sabes nada, sos el hermano y no sabes. No lo cubras.

—¿Quien está cubriendo?

Ella volteo la cara y se sobo la mandíbula, empezó a caminar más para adentro de la casa, dirigiéndose a un mesón a coger cigarrillos.

—Se va a meter en Quilombo. —Dejó la Caja de cigarrillos después de sacar uno y se sentó en el mueble. —Lo vieron al Chito y al más pibe de tus hermanos enfierrados por los nudos —Catalina subió por primera vez su mirada hacia ella, suspirando por que pensó que Kiru si iba a tomar reposo. —Se están comiendo la cabeza todo el tiempo con esa gilada de la familia, ¡Yo soy su familia, nuestros hijos son su familia!

Prendió el cigarro. —Estamo' comiendo, no vas a fumar.

Pero la ignoro y siguió fumando, siguieron comiendo con tranquilidad, o almenos solo los niños. Pero un tiro en la ventana hizo que Adriana gritara y los otros más atrás al ver cómo los vidrios caían.

Empezaron a meterse debajo de la mesa, las mujeres habían empezado a llorar y a gritar igual que los niños más pequeños, Catalina lloraba mientras apretaba la cabeza de uno de los mas pequeños contra ella tratando de brindarle protección. Mientras los tiros seguían cayendo en las ventanas y los gritos se hacían más fuertes.

—¡Quedate ahí, Chila!

La Chila empezó a gritar que no, que no fuera. Y después de unos segundos los tiros pararon y segundo salió de la casa con el arma en la mano.

Después de unos momentos empezaron a salir de abajo de la mesa, casi todos llorando, pues la mamá de Carlos y Carlos no estaban llorando, Carlos estaba temblando como gelatina pero nada más.

✎: FUERTE APACHE  𝒇𝒕. 𝐃𝐚𝐧𝐢𝐥𝐨 𝐒𝐚́𝐧𝐜𝐡𝐞𝐳 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora