🌺Capítulo 13🌺

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Liars, Painful Melody

Prólogo — Capítulo 13

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Sede de Ordo Favonius — Mondstadt

—Bien... ¡Inténtalo de nuevo!— La voz entusiasta de aquel chico de cabellos trenzados retumbó una vez más en los oídos de la más joven, quien se sostenía sobre el mango de su espada clavada en el suelo —Vamos, si de verdad quiere controlar el poder de su visión tiene que entrenar mucho, mi lady.

—¿N—No podemos descansar un poco?— preguntó con su respiración un tanto agitada, terminando por caer de rodillas sobre el suelo caliente debido al sol de medio día —Llevamos tres horas sin parar... Siempre descansamos un poco entre hora y hora...

—De vez en cuando debo de aumentar el ritmo para que tu control se ponga a prueba, ¿no crees?— volvió a decir con una sonrisa el bardo —Sé que puedes hacerlo, ¡vamos!

Los ojos rojizos rodaron cansados, haciendo lo posible para levantarse de nuevo y tomar su espada en mano, haciendo que su maestro aplaudiera con una pequeña risita saliendo de sus labios, tratando de siempre darle ánimos a su pequeña aprendiz para seguir con sus entrenamientos elementales.

El sol había vuelto a salir en Mondstadt después de aquel cruel invierno que habían pasado todos sus habitantes del cual, afortunadamente, no había habido más que víctimas de enfermedad, pero ningún fallecimiento. La gente de la libertad estaba más que agradecida con su amado Arconte al haberlos librado de tal calamidad.

Los Ragnvindr se habían trasladado de nuevo a su residencia en la ciudad amurallada, ahora llevando con ellos no sólo a uno, si no que a dos portadores de visiones elementales. Tanto los hermanos mayores como la servidumbre de la familia magnate habían celebrado el enorme logro de su pequeña dama, y aquello no fue ignorado por la demás gente de la ciudad.

Venti se había ofrecido el mismo para ayudar a entrenar a Erika con el uso de sus nuevos poderes, después de todo, ¿Qué mejor que un amigo de confianza que además también tenía habilidades Anemo para fortalecer a ese lindo capullo que había florecido?

"Barbatos ha visto tu valentía y tu deseo de proteger a los que amas... De proteger su vida y libertad... Y él mismo desea que te conviertas en una poderosa guerrera tal como Venessa lo fue en su día..."

Fueron las palabras que salieron de los labios del Bardo justo antes de que la pequeña chica le preguntase algo acerca de su identidad que había tenido tan escondida durante ese tiempo.

"Este humilde Bardo sólo quiere ayudar a cumplir ese objetivo y que mi bella alumna supere incluso a su maestro... Lo demás, es irrelevante."

Su sonrisa y su tono tan alegre de siempre habían declarado el final de la conversación acerca del tema. Erika sabía que si el mismo Barbatos no quería hablar de ello, no debía de seguir indagando en el tema.

Tal vez, sería en otra ocasión.

Debido a que estaban en la ciudad y que la Mansión de los Ragnvindr estaba bajo algunas reparaciones a causa de la tormenta invernal, Venti había conseguido el permiso del Gran Maestro de Ordo Favonius, Varka, para poder utilizar el área de entrenamiento de los Caballeros para seguir con las lecciones de la azabache. El permiso fue concedido sin problemas, e incluso el hombre que representaba la autoridad en Mondstadt había felicitado a la más pequeña de los nobles por su gran logro, algo que había causado un luminoso brillo en sus ojos.

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