🌺Liars🌺[Flore Humanity I]

🌺Capítulo 15🌺

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Liars, Painful Melody

Prólogo — Capítulo 15

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Costa Marina — Khaenriah

Hace más de 500 años

Las olas danzaban, rompían contra la costa, salpicando las tierras de las cuales si apenas salían alguna que otra muestra de vegetación. La brisa marina se extendía, dejando ese aroma tan apacible a su paso. Las nubes parecían viajar a mayor velocidad que otros días, algo que explicaba la velocidad y el fervor del viento que se presentaba ese día en el lugar.

Las larga melena oscura ondeaba junto a ese viento, para después volver a caer sobre los niveos hombros de la preciosa joven que estaba sentada sobre una de las rocas costeras, mirando fijamente el orbe que tenía en su mano.

Aquella Bendición de los Dioses que gobernaban las Tierras que jamás había conocido. El reconocimiento de las Deidades que jamás habían puesto ojo sobre su pueblo.

Al menos no hasta ahora.

La calidez de su Visión resonaba con la energía elemental que poco a poco iba creciendo en su interior. El poder que había sorprendido a todos sus iguales en aquella tierra a la que llamaba hogar.

Barbatos, así es como le llamaban al Arconte Anemo, portador y regente del elemento que le había sido otorgado por sus ideales, por su fuerza, valentía y coraje, por lo que más deseaba en su corazón y por lo que se había vuelto tan fuerte como lo era ahora.

Por el deseo de la Libertad...

—Fiore...— una voz femenina se escuchó detrás de ella, pero la mencionada apenas si hizo caso —Fiore... Sé que me estas escuchando...

—Hmm... Sí, claro que te escucho— su tono era animado, como era costumbre de ella —Solo que el sonido del mar a veces me atrapa más que cualquier otra cosa.

—No tienes remedio— dijo con seriedad —¿Qué estas haciendo aquí?, tú eres de las que menos debería salir del reino y mira donde te encuentro.

—Solo eh venido a tomar un poco de aire fresco, ¿Acaso tiene algo de malo querer salir de vez en cuando a la superficie?

—No... Pero siendo una Guardiana Real recién ascendida hace poco... ¿Tú que piensas?

—Hmm...— tomó su mentón, pareciendo pensativa —¡Yo creo que da igual, no estoy en servicio aún de todas formas!

Un suspiro volvió a salir de los labios de aquella mujer, haciendo sonreír a la azabache. Vaya que le encantaba sacarla de sus casillas de vez en cuando.

Ahora observaba como rebuscaba entre su mochila de exploración algún artefacto o tal vez una poción, cualquiera de esas cosas que los alquimistas como ella cargaran en esas carcazas que llevaban de un lado a otro. Sin embargo, al parecer sólo había sacado una pequeña bolsa más pequeña que le lanzó, sintiéndose cálida al tacto.

—Según tengo entendido, desapareciste desde la mañana, así que debes estar hambrienta y aquí no hay nada que puedas cazar o recolectar con facilidad... Así que...