🌺Liars🌺[Flore Humanity I]

🌺Capítulo 21🌺

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Liars, Painful Melody

Prólogo — Capítulo 21

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Estatua de Barbatos — Mondstadt

"¡Ya la eh terminado!" Esa bella voz anunció con felicidad su nueva creación, colocándosela ella misma sobre sus largos cabellos negros "¿Qué te parece?, ¿A qué es bonita?"

"Es preciosa, las Cecilias blancas quedan tan bien con tu cabello" admiró el bardo, acomodando un poco mejor la corona floral sobre la cabeza de la joven "Es un accesorio muy adecuado para esta ocasión"

"Creo que estoy haciendo algo de trampa... El mismo Barbatos me esta ayudando a hacer la ofrenda que voy a ofrecerle..." su mano acarició su propia nuca, haciendo reír al otro.

"No te eh dicho que flor es la que más me gusta, solo te estoy dando algunas pistas... La ofrenda la darás según lo que diga tu corazón"

"Venti... ¿De verdad es bueno que yo haga esta ofrenda?, es decir... Yo no..."

"Has ayudado a Mondstadt desde que llegaste, la gente te adora, el elegirte como su Estrella Floral de este año es la prueba de su aprecio hacia a ti" mencionó, terminando de acomodar las flores sobre el vestido que llevaba la bella extranjera "Estoy muy feliz de que seas tú quien tenga el honor de dar la ofrenda en nombre de todos"

"Haces que me sonroje..." murmuró, desviando esa preciosa mirada, aquella que hacía sentir una gran calidez en el pecho del Arconte. Tomó sus mejillas entre sus manos, dando un suave beso sobre la frente femenina.

"Estoy feliz de que estés aquí... De que hayas elegido a Mond como tu nuevo hogar... Que su gente te ame... Mi linda florecita Viajera..."

Aquel recuerdo que aparecía en su mente cada vez que volvía a tomar aquella corona de flores entre sus manos cada año, sonriendo con ternura al acariciar los pétalos blancos que jamás se marchitaban gracias a la bendición del Arconte de los Vientos.

—Más de trecientos años y aún no hay otra persona a la que se le vea tan bien esta hermosa corona como se te vio a ti— pensó en su interior, mirando de reojo al joven de piel morena que estaba frente a él —Aunque... Tal vez a este precioso niño también le quede muy bien.

Colocó el arreglo floral sobre los cabellos azulados, arreglando poco a poco cada mechón debajo y a su alrededor ante la atenta mirada del menor. La delgada tira de hebras zafiro que caían por el costado izquierdo también fueron acariciadas, para terminar por tomar la suave mejillas que había adoptado un ligero tono carmín.

Era la primera vez que se fijaba bien en los rasgos exóticos de ese chico extranjero. No eran como los habituales rasgos finos de Mondstadt, pero eran igual o incluso más hermosos. Su rostro afilado, sus pómulos resaltados, su delgada nariz, su brillante ojo, sus bellos labios. Todo eso junto con el traje que llevaba en esa ocasión, el uniforme que se veía más arreglado que de costumbre con ligeros toques más elegantes. Era simplemente hermoso.