005

64 8 0
                                    

Su corazón latía igual de rápido cuando estaba con él, se ponía nerviosa y su rostro se teñía de rojo. Porque le gustaba, pero el sentimiento de ahora era distinto.

No sabia explicarlo con exactitud. Pero de algo estaba segura, no quería alejarse de su lado. Quería que estuvieran juntos, estando a su lado se olvidaba de todo lo malo en el mundo. Creí que si los tres estaban juntos, nada más importaría.

Era como una película que no quería terminar.

—¿Estas bien? Te esta llamando hace rato.

Hinako volvió en sí. Bajo la mirada hasta el bebé sentada en su regazo, sacia sus brazos al aire pidiendo por su atención. Le sonrío y cedió ante él, dejaba que jugará con sus dedos y de vez en cuando los miraba con mucha atención.

No pudo evitar dejar de sonreír. Takeshi miraba las cicatrices de sus manos, las mismas se extendían hasta sus brazos. Los tenía en todo su cuerpo, se veía horrible.

Dejo de pensar al sentir una mano apoyarse en su hombro.

—No le des mucha importancia a tu apariencia. Kenji solo las mira por curiosidad, es un bebé, no puede juzgarte.

—¿Tu crees? —la rubia volvió su anterior al menor. Seguía jugando sus dedos, ignorando las cicatrices en ellas.

Takeshi le regalo una sonrisa—. Tranquila. Creo que te vez bien...

Sus mejillas se pintaron de un leve tono rojizo. El castaño estaba de igual forma al pensar en lo que dijo, desvío su mirada a otra cosas mientras rascaba su mejilla.

—Quisiera decirte algo.

—¿Eh? ¿Que cosa?

—Quizá sea muy repentino, salimos desde hace ya unos meses y ya siento que quiero estar contigo y Kenji toda mi vida —ella desvío su anterior del bebé al chico a su lado—. No quisiera ocultarte mi pasado, pero temo que si lo digo te alejaras de mi por ser un imán de problemas.

—Un... ¿imán de problemas? —ladeo un poco la cabeza, solo se confundía e intrigaba más por sus palabras.

—Quiero contarte todo mi pasado, quien soy realmente, de donde vengo y por qué termine aquí. Siento que debo contarte todo, Takeshi.

—Mm...

Ambos jóvenes dirigieron sus miradas al bebé con ellos, frunció el labio formando muecas algo chistosas. Quería decir algo, pero no salía de sus labios. Sólo dirigía sus brazos hasta la Uzumaki.

—Crees que...

—Es un bebé, aun no puede hablar. Pero no quita que sea una posibilidad.

La rubia parpadeo—. Él me ve como...

—Eso parece.

Sus ojos ganaron un brillo extra por unas diminutas lágrimas. Quería llorar y no sabía por que.

—Tendría sentido. Lo cuidas mucho y juegas con él, te ve como una figura materna. Pronto te llamara mamá.

—¿De verdad...? —volteo hasta el castaño. Tenía una gran sonrisa en su rostro, sentía mucha emoción.

Takeshi asintió—. Nos ve como sus padres. La verdad, estoy feliz con eso. ¿Y tu?

No supo que responder. Volvió a mirar al de cabellos azabache, la miraba con atención. Estiro uno de sus brazos y atrapó nuevamente la mano de la rubia. Jugando con ella de nuevo.

—También estoy feliz...

En ese momento, se olvidó de todo el caos que se generaba en el mundo. Solo eran ellos tres descansando en un campo verde, eran como una familia normal.

Mujer problemática [Shikadai Nara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora