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—Sí, lo hizo, le dijo Billy enojado. —Está en el hospital. Tuvo un maldito accidente.
Su corazón se detuvo en ese momento. No dijo nada, no podía, vio a nani empezar a llorar, ella quería ir al hospital con ellos, pero Billy se lo negó, le dijo que solo iría con gray y lo traería de vuelta.
Las horas avanzaron, luego de eso no pudo dormir. El niño lloraba de forma desesperada. Era como si todos sus sentidos estuvieran conectados directamente a su papá, como si supiera lo que le había pasado y estaba preocupado. Pasó la noche en vela. Nani le llevaba algo de café de vez en cuando.
— ¿No irás a verlo? Preguntó nani de repente, despertándola. Observó su reloj, eran las diez de la mañana. Se había dormido sin querer. El niño estaba acurrucado de su cuerpo, dormido. Se tocó el pelo, arreglándolo. — ¿Cómo? Preguntó.
— ¿Irás con nosotros? Preguntó nani.
Algo dentro de ella pedía a gritos correr hasta el hospital. Pero había otra cosa. Algo que muy en el fondo la roía y eso era la culpa. Ella fue la única culpable de ese accidente. Recordaba su conversación antes de él marcharse.
"—No, cielo... Yo... te amo, dijo justin con voz herida. —Y yo te odio, respondió en tono alto. —Me cansé de esto Justin. "
"—Solo vete, si aún no me he ido de aquí es por el niño, no por ti. —Haz lo que te dé la gana, no me importa. "
Sintió como su corazón se rompía en mil pedazos, era como si se quedaba sin aire. Si a él le pasara algo, ella se quedaría sola. Pero... Ella misma lo había condenado. ¿Cómo haría para mirarlo a los ojos ahora? —No, no iré. Dijo observando a nani.
— ¿Qué? Preguntó nani asombrada. — ¿Escuché bien?
____ asintió sintiéndose morir. —Vayan ustedes, concluyó tristemente.
Y cuando los vio a todos salir sintió que aunque le doliera había tomado la decisión correcta. Definitivamente no le diría a Justin lo que ella había hecho junto a Rolando. Ella tenía que evitar el daño por sus propias manos. Sí, eso tenía que hacer.
Soportó toda una semana sin ir a verlo, incluso Lía y su madre habían estado al pendiente de él. Menos ella. Ese día le daban de alta, se había enterado por Nani pero no había tenido fracturas, aunque sí contusiones internas. Y algunas magulladuras, no le había pasado nada grave. Estaba hecha un manojo de nervios, su reloj marcó las diez dela mañana. Escuchó movimientos, estaba parada en el primer escalón, en el segundo piso. Quería sonreír pero su risa se quedó atascada en algún lugar que no fue su cara. Billy sostenía a Justin por un lado y la otra chica que lo sostenía era Lía. ¡Lía!
Justin alzó la vista hacia ella. Ambos se miraron de forma desafiante, como si él estuviese enojado por algo y ella lo observaba con rabia. Arqueó una ceja y volvió a entrar a la habitación. ¡Bien! Si él quería pelea. ¡Que le den! Ella no se iba a dejar intimidar. Joder, lo extrañaba mucho, y de la nada lía había sustituido su lugar. Y la culpable de todo era ella. ¡Ja! ¡Que estupidez!
En el resto del día no salió de la habitación, y le resultaba incomodo no darse cuenta cuando lía entraba o no, ya que ambas habitaciones estaban frente a la otra. Era una tortura. Una muy triste.
Los demás días pasaron de forma lenta. Ella no hablaba con justin, Justin no hablaba con ella. No se veían. Se enteraba de algunas cosas por otros. Suspiró hondo, el hielo que cubría su corazón se había derretido dejándola triste. Se moría por estar con él, pero ella no había hecho nada malo. Además por lo que había visto lía lo tenía todo bajo control. Él no la necesitaba. Y en el fondo le dolía muchísimo.
—Justin últimamente no come bien, dijo lía preocupada en la cocina.
—Debe de estar deprimido, ni se ha parado de la cama... Y eso que tiene una semana aquí, dijo Elisa.
—Pobrecito, agregó lía suspirando.
Nani giró para observarlas. —Creo que te pagan por cuidar a Diego ¿No? Preguntó bruscamente. —Lo que le suceda a Justin no debe ser de tu incumbencia.
—Diego está con su madre todo el tiempo, y a ella no le importa lo que le pase a su esposo. Te apuesto que podría lograr que él se parara de la cama.
Nani sonrió con malicia. — ¿En serio?
—Es más apostemos. Me gustaría dejarte en ridículo, dijo lía en tono desafiante.
—Bien, lograré que ____ lo convenza de salir de su habitación.
— ¡Ja! Exclamó Elisa. —Ya te vi ganando Lía. Dijo aguantando la risa.
_______ observaba la puerta. Solo tenía que salir, abrir la puerta del frente, entrar y decirle. "Lo siento Justin ¿Cómo estás? Adiós. " Suspiró. Ni así sonaba sencillo. Se paró con decisión, justamente cuando iba a salir de la habitación vio a Nani entrar. — ¿Pasa algo? Le preguntó retrocediendo.
—No, yo solo... Quería pedirte un favor... ¿ibas a salir? Le preguntó.
—Iba a hablar con Justin, dijo arreglando su vestido color naranja.
— ¿Hablar con justin? Preguntó nani con una sonrisa.
___ asintió. —Pues....no... no tengo nada que hablar, solo ve y habla con él. No dejes de hacerlo. Dijo hablando rápido.
—Nani, ¿estás bien? Preguntó frunciendo el ceño. Ella levantó los pulgares en señal de afirmación. Bien, eso era raro. 

Un amor entre la mafia y la muerte II (Editada & disponible en físico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora