❝Eres la llama azul más hermosa que vi.❞
La historia de amor entre el héroe Hawks y la anti-heroína Dai, pero no todo es amor, ¿qué pensara su padre al convertirse en anti-heroína, qué pasará cuándo se entere qué su mellizo sigue vivo?
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Me llamo ______ Todoroki, actualmente tengo 23 años y mido 1,72. Soy una anti-heroína, conocida en japón como Dai. Estoy en pareja con el héroe Hawks, o como yo lo conozco Keigo Takami.
Pero... ¿cómo llegue a todo esto? Eso sí que es una historia larga, pero para eso están acá, ¿no? Tendremos que remontarnos unos cuantos años atrás.
6 años antes.
Tenía 17 años, estaba en el segundo año de la U.A, mi pelo para este entonces era completamente blanco, este empezó a hacerse blanco a los 3/4 años. hace 4 años que Tōya murió, mi mellizo, todo por culpa de papá, este prefirió a Shoto por ser un 50% 50% de los dones y eso le cayó mal, se dañó mucho tratando de dominar la llama azul. Yo tengo algunas pequeñas marcas violetas por el cuerpo, pero Recovery Girl puede curarlas, me dio una pomada.
—¿En qué piensas preciosa? —ese era Keigo, o Hawks en su nombre de héroe, siempre aprovecha cada oportunidad para tirarme algún piropo, el algo idiota.
—Nada que te importe, pajarito —respondí seca, no es que Keigo no fuese atractivo, pero andaba con muchas mujeres y yo no iba a ser parte de eso.
Estaba algo inquieta porque hoy es el aniversario de la muerte de Tōya, odiaba recordar todo lo que paso, era horrible.
Me veía bastante bien en esa época, tanto físicamente como en inteligencia, no es que ahora este peor, pero tuve un buen momento. Papá fue convencido por mamá de dejarme entrar en la U.A, fue su forma de disculparse por lo de Tōya.
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—Hoy pelea conmigo —dice Keigo, hoy teníamos entrenamiento en el gimnasio donde solíamos practicar movimientos.
—¿Quieres que te pisoteé otra vez? —respondí con bastante ego.
—Pisotéame las veces que quieras —rodé los ojos, un pequeño sonrojo había aparecido, después de todo Keigo si era bueno tratando de molestar o conquistar a las demás.
Claramente le había ganado en aquella pelea en el gimnasio, íbamos 54-0 desde que empezamos en la U.A no me ha ganado ni una sola vez.
Llegó el tercer año, y me gradué siendo la primera del curso seguida de Keigo, estaba muy segura de a qué agencia iría, pero para mí mala suerte Keigo también iría a esa.
—Te seguiré a todos lados —no lo cumplió.
—¿Algún día me dejaras en paz? —dije apoyándome contra una pared.
—El día que me des una chance —dijo poniendo su brazo al lado de mi cabeza.
—Para eso tendrías que cambiar un par de cositas —dijo acercando mi rostro al suyo.
—¿Sí? ¿Cuales? —dijo acercándose a mí y haciendo que nuestros labios queden a centímetros.
—Te daré una lista —dije mientras me iba y lo saludaba con la mano en alto de espalda.
