Las estrellas están solas.
Cuando leí está frase, está simple frase de cuatro palabras me dió un vacío tan grande como la razón de mi miedo al mar.
La leí en un libro, uns historia que me dejó tan marcada por su absurdo final feliz, dándome cuenta que yo jamás tendré uno como ese.
No uno donde me casaré con el amor de mi vida y tendré hijos, y felicidad completa y paz, sin tormentos, sin insomnio, sin palabras crueles hacía mi persona que solo denigran más lo que soy. Sin poemas que solo aumenten la inevitabilidad del desgano.
Soy un desastre, por un segundo pensé que sería capaz de ser amada libremente, sencilla, como en los libros con final feliz. Que a pesar de lo que soy (una insufrible chica dolida por la vida con complejo de inexistencia) podrían amarme y yo a su vez amar porque a mí no me cuesta; sé amar así no me correspondan, yo amo libremente a quien sea, y si estás dañado ¡aún más rápido!
Tengo una extraña fijación por encariñarme con la gente sufrida, los marginados, vagabundos, los diferentes, los inadaptados e inaceptados por la sociedad. Quizás porque entiendo lo que sienten al no ser queridos por nadie.
En cambio siempre soñé con alguien que... solo me quisiera. Simple. No que me profesara amor eterno, ni que se casara conmigo, ni ser la única en su mundo, solo que me quiera. Que me quiera a pesar de todo, porque pesar es lo que más sé causar.
Pero entendí mediante está frase, está maldita frase que me hizo aferrar la almohada más a mi pecho para sentir algo de calor y entender que nadie puede querer a una persona como yo.
Soy una estrella, un esfera de gas y luz a millones de años luz de distancia flotando en un vacío, creada del choque de los mundos convirtiendo sus escombros en un corazón maltrecho, quebrantado y herido.
Las estrellas nunca están juntas, están separadas entre ellas porque son capaces de reiniciar la galaxia en una colisión interestelar si llegan, siquiera, a rozarse.
Las estrellas están solas, se aman desde lejos porque de cercan se lastiman, porque están hechas para, quién se acerque, causarte destrucción siendo esa su principal función.
Amo estar sola, sin embargo, es difícil tener esa idea constante de que siempre lo estarás sólo porque no eres capaz de ser como otros quieren.
Y es que, precisamente, la soledad me volvió así, renegada, recelosa, reacia a cualquier cambio interno que produzcan en mí y huyo por simple pánico.
Soy muy dura conmigo misma, a pesar de en este momento esté marchita, no puedo arrepentirme de algo tan sublime y volátil como el amor que puedo profesar hacia alguien.
Me da mucha tristeza está generación. Hoy en día ya nadie quiere implantarse a conocer un corazón complicado solo quieren todo sencillo, rápido y beneficioso.
Mejor me quedó sola acompañando a las estrellas.
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Notas de una mente Bizarra
RandomMe da igual si lo lees, solo quiero desahogarme. ~L.M