¿Como un Pteranodon y una Hydra del espacio exterior pueden llevar una relación amorosa? bueno, probablemente nunca te has hecho esa pregunta pero el libro la responde.
Advertencia: mucha pelusa.
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Libro con one-shot, drabbles y headcannon de esta...
Notas: Au gijinkas. Rodan de enseña a bailar cumbias a San durante su estancia en Washington.
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Al Ni nomas imaginenlo sin el casco jsjsj
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Rápidamente bajo a la azotea de uno de los pocos edificios que aún estaban en pie al ver como Ichi en el cielo harto de todas las aeronaves comenzó a reunir energía junto a sus hermanos. Rodan apenas toco suelo pudo ver cómo una gran cantidad de rayos se extendieron hacia todas direcciones del cielo cual raíces de un árbol gigante creciendo en las nubes, el lugar se oscureció debido a la luz amarilla tan potente que emanaban los rayos y el ambiente que estaba frío como húmero durante ese transcurso de segundos se calentó e incluso la electricidad que no lo tocó llegó a su cuerpo como una sensación de cosquilleo e incluso parálisis. No hubo dolor pero algo de pánico llegó a su mente en cuanto perdió el control momentáneamente de sus músculos, fue entonces que, tan rápido como esto llegó se fue. Incluso se vio encandilado por como de pronto la luz del día había cubierto el cielo nuevamente, aún estaba nublado pero había espacios que dejaban ver el sol junto a en el horizonte, sobre el mar rebotaba.
Los hermanos comenzaron a mover sus manos, haciendo movimientos de círculos con sus ojos brillando en amarillo al compaz de los fuertes vientos. Fue entonces que, la acción que al principio parecía inútil cobró sentido cuando en el lugar, sólo en una pequeña sección donde estaba él parado se corto la lluvia, cayendo ahora solo pequeñas gotas agradables y esparciendo las nubes en una especie de escudo alrededor. Con esto terminado los ojos volvieron a la normalidad y los tres bajaron hasta en mismo lugar donde estaba Rodan, que al tenerlos al frente desvío de inmediato la vista de ellos y se arrodillo, esperando por cual seria el próximo movimiento.
— Esos humanos me tienen hartos ¿Cuántos cadáveres calcinados les tendré que arrojar para que nos dejen en paz?
Escucho decir con odio y exasperación a Ichi quien apenas toco el suelo de la azotea se encamino hacia la orilla de este en donde se sentó, dando la espalda a sus hermanos y a Rodan, mirando simplemente el horizonte envuelto en truenos. En poco tiempo Ni de siguió el camino, solo que él se colocó unos metros más atrás y solo recargo su espalda en una barda cruzado de brazos, llevando una cara de molestia pero sin una verdadera razón.
