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Lino comenzaba a abrir los ojos después de haber quedado desmayado

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Lino comenzaba a abrir los ojos después de haber quedado desmayado. Al principio sintió un leve dolor de cabeza y batalló un poco para acostumbrarse a la luz artificial del lugar donde estaba.

—Ya está despertando —escucho que murmuraba la voz de Jisung.

—¿Quieres que me lleve a Bunny a su cuarto? —pregunto otra voz que no reconoció, solo pudo observar a un borroso hombre alto parado a un costado de su ex.

—Sí, por favor —Jisung tomo el brazo del tipo misterioso —. En unos momentos iré a hablar con ella.

—Si necesitas algo, solo grita ¿ok? —Acaricio la mano del menor ante la atenta mirada de Lino, quien ya había podido enfocar y observaba cada detalle a su alrededor.

—Está bien, no te preocupes.

El hombre se fue de la sala dejando solo a Jisung quien lo veía alejarse con dirección a la cocina adonde esperaba su hija. Las cosas se estaban saliendo de control y él no sabía que iba a hacer con su nueva situación.

—¿Dónde estoy? —pregunto Lino, trayendo de sus pensamientos a Jisung.

—Estás en mi casa —Lo ayudo a sentarse sobre el sillón —. Te desmayaste y te traje aquí ¿cómo te sientes?

—Me duele la cabeza —Sobo un poco su sien —, pero eso no es lo importante —su voz cambio por una más seria —. Quiero que me expliques lo de esa niña. ¿Por qué me llamó papá? ¿De verdad es tuya? ¿Es nuestra hija?

Jisung no dijo nada, solo mordió su labio inferior y se mantuvo frente a Lino por unos segundos en los que el mayor ansiaba una respuesta.

—Ahora no es momento para hablar —soltó al final —. Es tarde y Sunny necesita dormir.

—¿Sunny? —Lino se levantó quedando muy pegado a Jisung lo que hizo que esté retrocediera un paso —¿Así se llama?

—Su nombre es Sun Hee —aclaro —. Y como ya te dije ahora no es buen momento para hablar.

—¿No lo es? —Lino comenzaba a sentirse molesto —¿Entonces Jisung? ¿Cuándo planeabas decirme que tenías una hija mía? ¿Por qué es mía verdad?

—No es tuya —aseveró al sentirse atacado —. Es mía, solo mía.

—No puedes negarlo cuando la niña me llamó papá —Dio un paso al frente para quedar más cerca y tomar a Jisung de la cintura con uno de sus brazos —. ¿Por qué me lo ocultaste Hannie?

—¡Suéltame! —Forcejeo intentando soltarse, pero Lino era mucho más fuerte —. No tengo por qué darte explicaciones, te recuerdo que tú me abandonaste. Me dejaste a mi suerte y sin importarte que sería de mí —Sus manos estaban en el pecho del mayor tratando de alejarlo —. No vengas ahora a hacer que te importa lo que pasó conmigo ni mucho menos a exigir cosas que no mereces.

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