14

203 40 16
                                    

En cuanto Jisung y Sun Hee entraron a aquel salón las miradas se posaron en ellos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En cuanto Jisung y Sun Hee entraron a aquel salón las miradas se posaron en ellos. Las personas empezaron a murmurar un poco y algunas solo los barrían con la mirada sin importarles disimular mucho.

Después de todo, la mayoría eran empresarios, socios de Lino acompañados con sus familias, por lo que era de esperarse que fueran gente refinada con altos prejuicios que estaban sorprendidos por la llegada de, a quien ellos consideraban, unos desconocidos.

Jisung estuvo a punto de dar media vuelta e irse de no ser porque Minju se acercó a ellos.

—Al fin llegan —saludó con un beso en la mejilla a Jisung y luego otro a la niña —. Pensé que no vendrían, Lee Know estaba a nada de ir por ustedes.

—Me tarde un poco en arreglar a Sunny —explicó tratando de ignorar a todos los demás —. El vestido le quedo un poco grande y tuve que arreglarlo.

—Igual se le ve divino —halago —. Yo lo escogí, ¿te gustó Sunny?

—Si, parezco una princesa. —Se dio una vuelta, el vestido ondeo con el movimiento y les sacó una sonrisa a ambos mayores.

—Eres una princesa —dijo Lino llegando hasta ella —. Mi princesa.

—¡Papi! —exclamó la niña y le extendió los brazos para ser cargada —¡Feliz Cumpleaños papá!

—Gracias, mi pequeña —La apretó entre sus brazos —. Estaba preocupado porque pensé que no vendrían.

—Solo fue un retraso —explicó Jisung —. Sunny no te dejaría plantado.

—Nunca, papi.

—Me alegra escuchar eso —Lino bajo a la niña —. Ahora vamos, quiero que conozcan a unas personas.

—Vayan ustedes —dijo Jisung —. Yo aquí los espero.

—Pero Jisung…

—Ve con la niña, tu madre ha estado preguntando por ella —alentó Minju.

—Es cierto, tiene días queriendo conocerte —se acordó —. Vamos Sunny, conocerás a tu abuela.

—¿De verdad? —la niña estaba feliz.

—Si, vamos. Ahora volvemos —comunico a los otros dos.

—¿Te sientes incómodo? —preguntó Minju una vez Lino se había ido.

—La verdad si —admitió viendo a su alrededor —. Esta no es mi zona, tantas personas con traje y vestidos brillantes me marean.

—Tranquilo, estaré contigo todo el tiempo. Además, Felix no debe tardar en llegar con él también te sentirás más cómodo.

—¿Aún no ha llegado? —preguntó extrañado, pues su mejor amigo siempre llegaba puntual. En especial en eventos donde su madre estuviera presente, pues la mayor siempre quería tener todo en orden y bajo control.

Persiana Americana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora