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—¡Mierda mi jefe! —exclamó Jisung en un susurro, bajando de inmediato las piernas de las caderas de Lino

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—¡Mierda mi jefe! —exclamó Jisung en un susurro, bajando de inmediato las piernas de las caderas de Lino.

—¿Jisung? —volvió a escucharse la misma voz.

—Aquí estoy —dijo nervioso, acomodando su bata lo mejor que podía.

—Abre la puerta, necesito hablar contigo del alboroto de allá afuera —exigió el hombre con voz severa.

—Ya voy, solo dame unos segundos yo... —calló al sentir como jalaban su muñeca que aún estaba esposada y luego el inconfundible sonido de las esposas cerrándose se escuchó.

Al voltear vio como Lino se había puesto el otro extremo de las esposas, quitando también la llave, guardándola en su bolsillo.

—¡¿Qué mierda haces?! —Jisung está a punto de darle unos buenos golpes.

—Me aseguro que no huyas.

—Eres...

—¡Jisung abre! —demando el jefe.

Ante la voz autoritaria de su jefe, a Jisung no le quedó de otra que cerrase bien la bata y abrir encontrando a un molesto, pero a la vez preocupado, Bang Chan.

—¿Qué pasó haya afuera? —hablo apenas lo vió y se adentro al camerino —¿Quién es él? —Miro de arriba a abajo a Lino.

—Él es...

—Su pareja, el padre de su hija —dijo Lee Know sin rodeos, extendiendo la mano al hombre frente a ellos.

—¡Eso no es cierto! —Jisung manoteo la mano que extendía haciendo quejarse a Lino —. Él no es nada mío.

—Si, lo soy.

—¡Que no! —le gritó en el oído.

—¡Me dejaras sordo! —le devolvió también en un grito.

—Repito —interrumpió Bang Chan —, ¿quién es él? ¿Por qué está aquí? Y más importante aún... ¿Por qué mierda están esposados?

—El es mi ex, el papá de Sunny —dijo Jisung resignado —. Es el que causo el alboroto allá afuera y el idiota que nos esposó.

—Así que tú eres el patán que abandono a Sung —Chan endureció la mirada, tanto que Lee Know sintió un ligero escalofrío —. Diría que es un gusto conocerte, pero dadas las circunstancias me voy a ahorrar el falso comentario.

—Lamento haber arruinado el show —intervino Jisung apenado —. Lo recompensare le próximo fin de semana con un baile especial.

—No lo harás —sentencio Lino —. Ya te dije que no permitiré que vuelvas a bailar aquí.

—Y yo ya te dije que no te metas en mi vida, no tienes ningún derecho.

—Si lo tengo y...

—Sung tiene razón —apoyo Bangchan —, no tienes ningún derecho sobre él y sus decisiones.

Persiana Americana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora