El hijo del presidente

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– No se Paul.

– Claro que sabes. No es malditamente posible que te hayan citado a tí a la junta y a mí no.
Juro que mi amor por Paul debe ser demasiado grande como para aguantar tantas escenas, ¿Es posible que alguien reclamé hasta por respirar?

– Vuelvo y repito será una junta P-R-E-S-I-D-E-N-C-I-A-L. – Deletreo para ver si entiende. – Solo fue citada la Elite
– De seguro te quiere coger y no te das cuenta.

No se que me molesta más, si el hecho de que me hable como estúpida o que piense que Steve tendría otras intenciones conmigo.

– ¿Sabes que? Gracias por traerme, llámame cuando te alivies.

Me bajo del carro con miles de emociones en mi cabeza, esta versión controladora y obsesiva de Paul me estresa, llevamos llevamos tres años siendo novios y siempre que uno de mis planes no lo incluye me arma una escena de celos innecesariamente.
Después de hacer ejercicio, me baño dejando que el agua se lleve todo lo malo y al salir empiezo a decidirme entre las multiples opciones. Después de un rato me decido por un body y lo combino con un blazer y pantalón nude, siempre me ha gustado el pelo suelto sin embargo para hoy prefiero un moño alto.

le pido al chófer que me lleve a la casa blanca que será el lugar que dará lugar a la reunión presidencial, Steve Lark ha sido presidente por cuatro mandatos así que ya en siete meses cambiará totalmente el sistema electoral lo cual implica que el servicio tendrá un nuevo ministro al igual que serán reemplazados todos los máximos jerárcas.

Cuando llegó veo a todos mis amigos esperando para entrar, todos nosotros conformamos a la elite pero el que nos dirige es Christian, es como esa figura de autoridad que todos queremos y sabemos que nos quiere aunque no lo diga.

– Hasta que llegas.
– Perdón, se me hizo un poco tarde.
– En fin, te estaba esperando para notificarles que hoy le propondré al presidente ser ascendido a comandante y poder dirigir el comando, — Hasta que al fin— como tu eres la que me sigue serás la nueva directora de la elite.

– Te estabas tardando cabezon. – Dice Lucas ganándose una mirada devastadora de Christian y risas por parte de nosotros.
– Espero que te vaya genial hoy Chris te lo mereces.

Cuando pasamos todos los protocolos para entrar, me deleitó con las estructuras de la casa blanca la cual apesar de haber sido construida hace siglos sigue siendo uno de los sitios mas emblemáticos de todo Washington.

Los guardias se detienen ante la enorme sala de juntas pero esta? Eso queda pequeño con el Dios griego que está parado y mirándonos fijamente...

ojos verdes, pelo castaño, una barba perfectamente cuidada y parece que los músculos fueran a reventar el traje en cualquier momento «tal cual lo receto el doctor»

– Llegan tarde. – Habla sin quitarme la mirada de encima.

– Es... – Me veo interrumpida cuando el mismísimo presidente se posa al lado mío haciendo que mís nervios aumentan ya que el porte que se carga es capaz de intimidarte sin siquiera mirarte.

– No llegan tarde Nicholas es que eres un puto compulsivo y llegaste hace media hora.

– Perdón por ser puntual Steve.

– Bueno ya no? – Se mete la primera dama y ahora que lo noto, los tres comparten rasgos lo cual levanta una muy peligrosa sospecha pero las detengo todas cuando tanto la mirada del presidente como la del bizcochito están sobre mi.

– Agente Blake, un placer al fin conocerla. — El bizcocho toma mi mano dandole un beso sutil sin perder el contacto visual «Señor»

Christian me empuja hacia adelante así que me adelanto hacia las sillas tomando la segunda del lado izquierdo acomodándonos por orden de rango, por ley y respeto el presidente se sienta en la cabecera de la mesa y la primera dama en la silla del lado derecho y se que no es mi día cuando el mismísimo infierno se sienta frente a mi quemándome con esos ojos verde aceituna.

En ruinas (borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora