Amigos

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Son casi las ocho cuando estaciono mi jeep en el estacionamiento del comando y mientras voy caminando siento que aún no asimilo toda la información, que Steve ya no sea presidente es preocupante pero ahora resulta que en unos meses seré ministra, de repente gracias a todas mis medallas pude haber ascendido a comandante de una tropa pero ¿ministra? Ni en cien años lo imagine.

- Hasta que llegas - Dice una voz gruesa detrás de mi.

- ¿No cree que es de mala educación vigilar a sus agentes?

- Ni te estoy vigilando ni me interesa vigilarte, te estoy esperando desde hace una hora para que me expliques un poco de cómo se mueve todo aquí.

No dejaré que me intimide, no lo haré... Así que camino segura de mi misma ignorando al bombón que me sigue los pasos pero todo esto se va a la mierda cuando la puerta de mi nueva oficina tiene llave.

- Mierda. - Murmuro.

No pasa mucho cuando su aliento pega en mis hombros mandando ondas de corriente por todo mi cuerpo, y siento que todo colapsa cuando sus brazos se pegan a mis tetas pero gracias a dios saca una tarjeta que abre la puerta.

- Gracias. - Asiente y yo entro a la amplia oficina, ya había entrado varias veces pero ahora tenerla para mí es muy distinto.

Tomo asiento y saco de mi cartera mi iPad optando por un porte profesional.

- Necesito que me hables de la manera de operar en este comando.

En estos momentos le agradezco a quien haya hecho la mudanza porque acomodo mis carpetas tal cual así que logro localizar el sobre que contiene la información y expando todas las hojas en su sitio.

- Bueno, como somos la central del sercicio secreto todos nuestros operativos son confidenciales y de máxima seguridad, a diferencia de Moscú y los demás comandos aquí solamente hacemos operativos clave por lo tanto actualmente solamente estamos detrás de la mafia italiana y la irlandesa.

- ¿Ambos salieron de las sombras?

- No, pero hace un mes una fuente confiable vio hablando con un distribuidor argentino Thomas Escudero y se han visto movimientos en la mansión Escudero pero cada que intentamos volar drones por la zona los derrumban; los irlandeses son los que mas me preocupan, estan exportando drogas como si fueran chicles y no tenemos una pista de quién está al mando.

- ¿Porque la DEA no detiene los cargamentos? se supone que para eso están.

- La DEA no está al nivel de las nuevas mafias, ya no transportan cocaína en grandes cargas ahora transportan dosis perfectamente embaladas y camufladas, han logrado detener muchos cargamentos pero mientras detenemos quince kilos ya ellos estan mandando toneládas, tenemos previsto que intenten meter a alguien a la presidencia.

Asiente examinando todos los papeles, ahorita que está un poco inclinado se le marcan todos los músculos con su franela militar y debo de admitir que este hombre es completamente encantador, su físico es impresionante y ni hablar de su cara... Es sencillamente de otro puto nivel.

- Me llevo esto para sacarle copia. - Sale de mi oficina dejando una peligrosa llama en todo mi centro por su fragancia pero la ignoro cuando unos segundos después entra un Paul muy enojado.

- ¿Cuando pensabas decirme esto?

- Si no hubieses montado esa escena de celos ayer y me hubieses llamado te contaría Paul. - Me siento. - No eres un niño, también me hubieses podido llamar ayer en la noche. - Parece que le entró un toque de razón cuando su mirada cambia a una mucho menos enojado.

- Perdon amor, no se que me pasó ayer; me deje llevar por los celos y perdí la razón. - rebusca algo en su bolsillo. - Te traje esto.

Saca una pequeña cajita dorada entregandomela, cuando la abro, una hermosísima pulsera de pequeños diamantes blancos está frente a mi.

En ruinas (borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora