Andre

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Narra Andre:

Me encuentro nervioso, no entiendo por qué tengo que ir a ese hogar, con esa familia y en ese país. Ni siquiera me preguntaron si quería o no, seguramente porque sabían que diría que no, pero al menos me hubieran preguntado. Al final, me enviarían de cualquier modo, diga lo que diga. Era un vuelo largo de ocho horas más o menos, pero decidí investigar para no quedarme como un idiota con la nueva familia. A pesar de haber asistido a las mejores escuelas e institutos del país, nunca nos enseñaron sobre Guatemala. Investigo en su historia, tradiciones, celebridades, etc. También investigo sobre mi "familia" de intercambio, con el archivo que me dieron antes de irme.

Andrea/Andy: Chica artística de dieciséis años de edad, nacida en Guatemala el trece de mayo del 2008. Compositora y cantante. Apasionada por la lectura y el arte. Es responsable y reservada.

Mario Rodríguez: Es un chico de dieciocho años nacido en Guatemala el ocho de octubre del 2006. Es apasionado por las carreras y las peleas. Es un joven karateca. Se apasiona por la gastronomía y el deporte extremo. Es honesto y muy extrovertido.

Elena de Rodríguez: Madre de dos hijos. Nacida el 27 de diciembre del año 1990, tiene treinta y cuatro años. Es una diseñadora gráfica, graduada de la Universidad de Pensilvania. Es apasionada por el dibujo y los viajes. Es muy considerada y creativa.

Julián Rodríguez: Padre de dos hijos. Nacido el 31 de agosto del año 1988, tiene treinta y seis años. Es gerente de una de las compañías más grandes de Guatemala. Se graduó de la Universidad de Brown y tiene una maestría obtenida en Stanford. Se apasiona por la música y por el atletismo. Es cariñoso y muy prudente.

Termino de leer el archivo y me sorprende lo mucho que se diferencian y se parecen los integrantes. En mi familia, no recuerdo que Felipe o Carla tuvieran algún pasatiempo. Mi madre y mi padre tuvieron que estudiar lo que la monarquía debe estudiar. Mis hermanos y yo nunca tuvimos algo que nos apasionara demasiado. Tal vez esta sea la oportunidad para saber qué es ser un adolescente normal, no un príncipe.

—Andre, hemos llegado —dice mi guardaespaldas y conductor, Nicolás. Que se ha quedado conmigo desde el accidente. 

—Está bien, ya voy. — ¿Cómo se supone que esté tranquilo cuando voy a conocer a una familia que me va a cuidar por seis meses? Sin duda, no es lo que planeé para el año, pero seguiré el consejo de mi doctor de cabecera: "Ve con la mente abierta y quizá te sorprendas". Estoy listo. Bajo del avión y me cubro la cara para evitar que me tomen fotos. Me subo a la limosna y me preparo mental y físicamente mientras me arreglan el cabello y me ponen un nuevo Blazer para estar presentable.

La limosna se desliza por las calles de Guatemala, un país que hasta hace poco era solo un nombre en los libros. Miró por la ventana, tratando de absorber todo: las coloridas casas, los vendedores ambulantes, el bullicio de una ciudad llena de vida. Todo es tan diferente de lo que estoy acostumbrado.

Finalmente, la limusina se detuvo frente a una casa acogedora pero modesta comparada con el palacio. Respiro hondo y salgo del coche. La puerta principal se abre y veo a la familia Rodríguez esperándome. Me siento como un extraño, un príncipe en un mundo que no me entiende y que no me entiende.

—Hola, André —dice Elena con una sonrisa cálida—. Bienvenido a nuestra casa. Ella es Andy, Mario y mi esposo, Julián.

—Hola, gracias por recibirme —respondo, tratando de sonar más seguro de lo que me siento.

Mario me ofrece un apretón de manos firme y amigable. — Espero que te guste Guatemala. Hay mucho por descubrir.

Andy está un poco más atrás, observándome con curiosidad. Nos miramos por un instante y notó una chispa de empatía en sus ojos, algo que me da un pequeño respiro de esperanza.

—Vamos, Andre, entra. Debes estar cansado del viaje —dice Julián, el padre, con una voz que transmite tranquilidad.

Mientras cruzo el umbral de la puerta, me doy cuenta de que esta experiencia puede ser más que un simple intercambio. Puede ser una oportunidad para descubrir quién soy realmente, lejos de las expectativas y obligaciones de ser un príncipe. Solo espero estar a la altura y aprender tanto de ellos como ellos de mí.

Royal FacesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora