Andy

12 2 0
                                    

Narra Andy:

Si Andre al inicio del intercambio era insoportable o molesto, la galesa era el triple. Emilia se quejaba por todo y estaba siendo muy desordenada: dejaba su ropa tirada, no tendía su cama y no recogía nada.

"Pues es de la realeza, ¿qué esperabas?"

"Calla, conciencia."

Para empeorar la situación, no podía cantar, escribir o tocar algún instrumento porque la princesa se quejaba. Andre se disculpaba por ella, pero estaba muy molesta, pues sentía como si ella quisiera distanciarnos. Para animarme, decidí invitar a mi mejor amiga Harper, para no sentirme tan sola por las tardes. A pesar de que Harper fuera dos años menor que yo, nos llevábamos bastante bien y se convirtió en mi mejor amiga después del problema con Nia y Sebastian.

- ¡Harper! - exclamé mientras corría a abrazarla. - Bienvenida a mi hogar.

- Hola, Andy. Tu casa es hermosa—dijo sorprendida. Era la primera vez que estaba en mi casa. - ¿Me darás un recorrido?

- Claro, por aquí -respondí, conduciendo a Harper hacia la habitación de mis padres mientras reíamos por una broma estúpida que había hecho. Al llegar al marco de la puerta, me paro en seco. Esto no podía estar pasando: ¡ANDRE Y EMILIA SE ESTABAN BESANDO! La imagen en sí era repugnante, Emilia recostada en la pared y Andre enfrente de ella. ¿Qué mierda había pasado en dos días?

- ¿Qué hacen? - pregunté con un nudo en la garganta. Tal vez estaba algo celosa, pero me sentía traicionada. Andre me había mentido sobre Emilia.

- A-Andy, solo estábamos hablando -murmuró Andre mientras se separaba de Emilia.

- ¿Y necesitan comerse la boca mientras lo hacen? - La bilis empezó a subirme por la garganta. No podía soportarlo. ¿Qué me estaba pasando? Esto eran... celos. 

- No, solo... fluyó -dijo Emilia con una sonrisa triunfante.

- Saben qué, yo mejor voy a tomar agua, tengo sed - argumentó Harper, claramente incómoda y sorprendida.

- Te acompaño, yo también estoy sedienta - dijo Emilia, notando la ironía en sus palabras.

"Sedienta, pero de otra cosa, mejor que se trague la saliva de Andre."

Harper y Emilia se retiraron de la habitación, dejándome sola con Andre.

- Así que, ¿tienes la respuesta a mi pregunta?

- ¿Qué pregunta? -cuestionó el príncipe, evitando mi mirada.

- ¿Te gusta Emilia? - conseguí balbucear, temiendo la respuesta.

- S-sí -murmuró Andre.- Y mucho.

Doy media vuelta y me voy, necesitando espacio y sabiendo que no lo conseguiré aquí. Me cambio rápidamente y me dirijo a la puerta de la casa.

- ¿Adónde vas? -demanda Harper, sosteniendo un vaso con agua.

- Voy a correr, necesito espacio. Si pregunta Mario o alguien, diles que no estaré en la cena.

- Suerte, Andy - exclamó falsamente Emilia, con una sonrisa venenosa.

Frunzo el ceño y salgo corriendo. Corro y corro, pensando en cierto chico castaño oscuro con ojos verdes y una sonrisa que siempre me hacía sentir mejor. No quiero verlo; me siento engañada y no sé siquiera por qué. Corro a ver a alguien que me ayude. Tocó el timbre y no respondió. Bueno, a mi escape. Corro un poco más hasta llegar a mi barranco secreto donde se ven todas las estrellas y nadie me molestará. Medito un poco y espero que den las seis de la tarde para regresar. Corro de vuelta pensando en qué le diré a Mario cuando pregunte por qué salí a correr tanto tiempo. Él sabe que solo corro cuando me siento muy abrumada o molesta.

Llego a mi casa y abro la puerta. No veo a nadie cerca, lo que significa que tal vez hayan salido. Entro a mi cuarto y me doy una ducha donde descargo todas mis emociones. Salgo de la ducha con mi pijama y veo a Mario y Andre cenando. Mario me informa que Emilia salió a verse con una amiga y que nuestros padres fueron a cenar. Andre no dice nada, mejor así; no quiero hablarle. Tomo una manzana y me siento en el sofá. Mientras mastico, siento que el mundo entero se ha puesto en mi contra.

Royal FacesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora