Andre

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Hoy se cumplía un mes desde el comienzo de mi intercambio. Varias cosas habían pasado: Andy me odiaba, luego dejó de odiarme, nos volvimos amigos, Emilia me besó y descubrí lo mucho que Andy me importaba. Descubrí que Andy me gustaba, nos confesamos y besamos, pero todavía no estamos saliendo.

Todavía.

Sin embargo, ahora tenía un evento caritativo en Bruselas, al cual, por cierto, era obligatoria mi presencia, pues soy el único que queda de la monarquía española de primera línea.

El evento era uno de los más importantes del año, un evento benéfico que reunía a la élite de Europa con el fin de recaudar fondos para diversas causas. Mi familia siempre había tenido un rol central en estos eventos, y ahora me tocaba a mí representar a nuestra casa. Sabía que la responsabilidad era grande y el peso de las expectativas recaía sobre mis hombros.

Mi mente, sin embargo, estaba dividida. Mientras me preparaba para el evento, no podía dejar de pensar en Andy. Nuestros momentos juntos, nuestras conversaciones, la conexión que sentí cuando nos besamos... Todo esto me hacía dudar de si realmente estaba preparado para concentrarme en mis deberes reales, si quería verdaderamente abandonar mi vida relativamente normal que llevaba antes.

Al llegar a Bruselas, fui recibido con la pompa y circunstancia habitual. La gente sonreía, me daban la bienvenida y me hacían preguntas sobre mi familia, mi vida y, claro, el intercambio. Todo era parte del juego diplomático. Pero dentro de mí, el conflicto seguía ardiendo.

Durante el evento, me encontré interactuando con varios dignatarios, empresarios y figuras prominentes. Sin embargo, cada vez que tenía un momento a solas, mis pensamientos volvían a Andy. Me preguntaba si ella estaría pensando en mí también, si sentía la misma incertidumbre y el mismo anhelo.

Después de dar mi discurso y participar en varias actividades del evento, encontré un momento de calma. Me dirigí a uno de los balcones del gran salón, buscando un respiro. La vista de la ciudad iluminada era espectacular, pero no lograba calmar mis pensamientos.

Fue en ese momento que decidí enviarle un mensaje a Andy. No sabía qué iba a decir, solo sabía que necesitaba comunicarme con ella, escuchar su voz, sentir su cercanía, aunque fuera a través de unas palabras en una pantalla. Con el corazón acelerado, saqué mi teléfono y empecé a escribir.

Andre: Hola, Andy. ¿Cómo estás?

Esperé unos minutos, que se sintieron como una eternidad, hasta que finalmente vi los puntos suspensivos que indicaban que Andy estaba escribiendo una respuesta.

Andy: Hola. Estoy bien, ¿y tú? ¿Cómo va el evento en Bruselas?

Sentí una mezcla de alivio y nerviosismo al ver su respuesta.

Andre: Es bastante intenso. Mucha gente importante y muchos discursos. La verdad, no dejo de pensar en ti.

Volvieron los puntos suspensivos. Esta vez, el tiempo parecía pasar aún más lento.

Andy: Yo también he estado pensando en ti. Todo esto es tan nuevo y confuso para mí.

Andre: Lo sé. Para mí también. Todo ha pasado tan rápido. Pero cada vez que pienso en nosotros, siento que es lo correcto.

Andy: A mí me pasa lo mismo. Desde que nos besamos, no he dejado de darle vueltas a todo.

Andre: Estoy en un balcón ahora, viendo las luces de la ciudad. Ojalá estuvieras aquí conmigo.

Andy: Me encantaría estar allí. Este mes ha sido una montaña rusa, pero me alegro de haberte conocido.

Andre: Me pasa lo mismo. no puedo esperar a volver y verte. Necesitamos hablar más, estar juntos y ver a dónde nos lleva esto.

Andy: Sí, definitivamente. Cuando regreses, haremos algo. Solo tú y yo, sin interrupciones.

Andre: Me encantaría. Te echo de menos, Andy.

Andy: Yo también te echo de menos. Cuídate en Bruselas y regresa pronto.

Andre: Lo haré. Hasta pronto.

Guardé el teléfono en mi bolsillo, sintiendo una mezcla de esperanza y alivio. Aunque estaba lejos, sentía que había dado un paso importante. El evento seguía su curso, pero ahora tenía una razón más para querer que terminara rápido: regresar y estar con Andy. El evento terminó y me dirigí al hotel contando los minutos para que pudiera tomar el avión y regresar a ver a Andy. Mientras doy vueltas en la cama, veo la figura de una chica castaña y alta con una hermosa risa y sonrisa.

Solo quedaban doce horas y cincuenta minutos. 

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⏰ Última actualización: Jul 07 ⏰

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