[bajo el telon]

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Hoy era el día por lo que desde bien temprano fue arreglado por begonia y los otros sirvientes para que su cuerpo estuviera listo, baños aromáticos y cremas que lo dejaban con la piel suave junto con su cabello brillante y fácil de manejar, se puso una ropa simple para los estándares de un noble y salió acompañado de todas esas mujeres hasta la puerta principal donde lo espero quienes eran su familia en ese mundo, su padre parecía particularmente emocionado con el espectáculo, no podía decir lo mismo de sus otros familiares, ya que esto evitaba hacer ruidos muy fuertes, no importo, fueron al carruaje y se subieron a este para ir hacia el teatro manteniéndose en silencio por el camino, en parte, porque su padre no dejaba de jugar con una chapa que tintineo al tacto, parece el que fuera actuar y no él.

Llegaron al teatro y entraron siendo recibidos por su maestra que rápidamente lo mando a la zona de maquillaje con begonia mientras sus padres seguían a los demás a la zona de asientos, no hubo despedidas ni nada de ese estilo, no iba a hacerlo.

Entro a su habitación correspondiente y se dejó arreglar en silencio por Petunia, incluso si era incómodo o cansado se mantuvo en completo silencio memorando todo lo que tenía que hacer en el escenario, de pronto la emoción se apoderó de él, no por el espectáculo sino porque al fin podría irse, estaba tan malditamente cerca y ya podía tocarlo con sus dedos, un escalofrío recorrió su columna y su corazón latía acelerado, se sentía tan bien, tan estimulado que estaba listo para ese momento de locura, ¿Por qué es tan pendejo?, ¡No es momento Nicolaik!, mente en el juego como dicen por ahí.

—y... Listo, andando señorito—.

Tomo la mano de petunia y la siguió al escenario cubierto por las cortinas mientras que begonia se encargaba de robar algunas cosas de utensilios del teatro que sirvieran para su disfraz, algunas como maquillaje y tintes para el cabello, pelucas, cualquier cosa que pudiera ocultar sus característicos rasgos como su cabello azul al igual que sus ojos, si cabía la posibilidad debía cortarlo, no le importaba, no es como si antes no hubiera tenido el cabello corto.

Subió a la luna oculta entre las nubes con ayuda de petunia y respiro profundo, era el momento, estaba tan cerca, por favor que nadie le quite eso, no quería perder su libertad, necesitaba dejar esto atrás si era posible, está tan...

—¡Damas y caballeros!, ¡he aquí "Lunatic"!—.

Feliz

Todo en su mente fue automático, de sus oídos apenas podía percibirse un pitido que ensordece ligeramente la música mientras que las voces de los actores era clara, la luz que lo ilumino en su momento de cantar se sentía tan caliente debido a la cercanía y a su vez fría por su falta de vida, se movió según lo indicado por las nubes mientras su parte era expuesta, luego el cambio de luces donde la locura del protagonista se incrementaba afectando la luna y estaba cantando sobre su amor enfermo y su deseo por provocar actos blasfemos por amor.

"Ámame, ámame, ámame, ámame más

De lo que posiblemente puedas

No es tan complicado, no importa lo que digan.

Nunca conocerás a otro yo

No es tan difícil entenderlo

Nunca conocerás a otro yo"

De fondo, los monstruos cantaba a unísono las palabras del protagonista mientras sujetaba entre sus manos el cadáver de su prometida maligna.

"Nunca, nunca, nunca, nunca conocerás a otro yo.

Lobelia- Tan cerca de devorar el marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora