[Comprometidos]

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Nicolaik estaba de los nervios por su situación actual, en especial por las implicaciones.

Su hermana junto a su posible cuñado, por un lado, Orquídea con Liam y él en el otro, estos dos pegados cómo si nunca lo fuera a soltar, lo cual era muy lindo por parte de Liam, pero un poco excesivo por parte de Orquidea luego de decir frente a todos en la fiesta que se casarían, sí, es un hombre muy excesivo.

—¡¿Por qué putas hiciste eso?!, ¡A los ojos de todos ustedes apenas se conocen!— grito Leyla obviamente enojada.

—no iba a dejar que abandonará mi lado otra vez... además, si no lo hacía yo, Liam lo haría—.

—¡Liam es un bebé!—.

—no dije como lo haría, solo que lo haría—.

Acaricio con cuidado la mejilla de susodicho quien dormía acurrucado contra su pecho sujetándose a la ropa, se sentía tan pequeño y a su vez tan gordito que no pudo evitar dejar ir un ronroneo profundo por lo cómodo que estaba, apostaba que Orquídea tampoco podía resistirse a la ternura de este pequeñín.

—¡Por los dioses Orquídea!, ¿¡Porque no esperaste!?, ¡Imagínate los chismes que saldrán de mi hermano!—.

—¿Dejándolo escapar de mí?, ya tengo suficiente Leyla, amo a Nico, pero no voy a dejarlo escapar otra vez—.

—¡Pero por la concha de tu-—.

—¡Shh!— callo Verbena levantándose de la silla junto a Leyla —¿Nicolaik?, ¿Qué tal si tomas un poco de aire afuera?, esto se irá para largo—.

—¿Uh?, segurooo—.

Aun con Liam en brazos y medio atontado por la sensación se dejó guiar por el pobre de Verbena que seguramente muy en el fondo estaba aterrado ante la idea de que su posible novia esté peleando con el emperador, es un buen chico, pena que tenga que aguantar esto.

Se sentó en la banca del portico y se dejó solo para más tranquilidad, momento en el que Liam se despertó y volvió a morder el juguete que tenía en la boca, con cuidado le acaricio las mejillas sintiendo el tacto suave, particularmente no era fanático de los niños por su propio miedo a que se caigan, pero con Liam no sentía ese miedo, principalmente porque el niño tenía la cola envuelto en su cintura y con las garras clavadas en su camisa, así que a no ser que él se caiga, liam seguiría tan seguro como se esperaría.

—mm.... realmente te alimentan bien, qué lindo eres, digo, por lo que siento—.

Dio un pequeño pellizco juguetón en la mejilla de Liam escuchando un pequeño quejido de su parte antes de volverse a acurrucar en su pecho, demasiado lindo, ¿Así habrá sido orquídea en su momento?, no estaba seguro si habría sido así de apegado a la gente, cualquier caso le gustaba.

—¡Ni siquiera me pediste permiso!, ¡Nicolaik sigue siendo mi hermano!, ¿¡Crees que estaré tranquila viendo como te lo llevas!?—.

—¡Sabes perfectamente que estará bien!, ¡Ni que fuera la primera vez allí!—.

—¡Él no es lobelia!, ¿¡No pensaste como relacionarían al ver qué intentas reemplazar a su deidad!?—.

—¿¡Que planeas que haga!?, ¿¡Que oculte a Nico toda la vida!?, ¡Será ridículo!, ¡Tarde o temprano sabrían que no es ni medio normal que abandone el palacio tanto!—.

—¡Pero conchetumare!, ¡¿Y si la vida de mi hermano sale lastimado?!—.

—¡Puedo protegerlo!, ¡No dejaré que nadie lo lastime!—.

—¿¡Cómo lo hiciste antes!?—.

La mesa del comedor recibió un fuerte golpe de una palma haciendo un breve silencio en la conversación, cualquiera podía notar una fea tensión como si entre ambos se desafiaran a decir algo, Leyla no quería que su hermano volviera a estar en peligro y que no tuvieran la misma suerte que aquella vez, no podría soportar ver a su hermano lastimado, no con esa cara.

Lobelia- Tan cerca de devorar el marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora