[emperador, principe y deseo]

4 0 0
                                    


Encerrado en una habitación blanca desde el techo hasta el suelo, con cuadros colgados en sus paredes y algunos ya directamente amontonados unos tras otros en una esquina, en su mayoría hechos bajo el recuerdo de la misma persona con diferentes edades, junto a esto estaban prendas de ropa sobre una enorme cama revueltas unas con otras impregnadas con un suave aroma, frente a una enorme ventana que daba hacia el sur, desde su altura podría verse un vestigio del mar, pero no lo suficiente para escucharlo, todo alrededor de una persona que pintaba un nuevo cuadro en silencio, oh bueno, persona es una forma dulce que describir al híbrido enigma que se había convertido en el emperador tras asesinar a su primo.

"Emperador Orquídea Prince Cala 5to, amo y señor del imperio Gardenwell, conquistador, sanguinario, sin lágrimas, la bestia para muchos reyes y nobles a su alrededor, el padre del abismo, un ser por encima de cualquier mago o guerrero."

Palabras que ante toda su gente eran conocidas como la verdad, era temido y adorado por partes iguales, pero solo se sabía el exterior, nunca lo que ocurre dentro de esa habitación.

—mi señor, traje el nuevo informe sobre el estado de las islas de mercantes—.

Los pocos que sabían de la condición de Orquídea eran William y Begonia, William era quien daba la cara en los asuntos de reuniones en los que la presencia del emperador no fuera absolutamente necesaria o a los que directamente no quería asistir, mientras begonia se había convertido en la niñera del pequeño príncipe, la chica todavía era considerada por los sacerdotes y creyentes como una santa reconocida por lazarus, pero a menor nivel a comparación de la jóvenes magnolia y lobelia quienes bajo las palabras de muchos "fueron tomados por Lazarus a su reino" una ascensión fuera de este mundo y que asiento un renombre sobre los Cala como elegidos por los dioses.

Basura a la cual orquídea restaba demasiada importancia.

—bien, ha habido noticias de todo tipo viniendo de las islas, por ejemplo, Belocuart ha tenido un incremento...—.

William habló y hablo sobre las islas alrededor del imperio informando de la utilidad de cada isla con tal de que Orquídea no las abandone, el cómo emperador había resultado muy eficiente y siempre buscaba la excelencia por parte de cada uno de sus territorios, había ocurrido antes que cuando un lugar no producía nada era dejado a su suerte y con el tiempo moria para ser reemplazado por algo más, era así, una filosofía simple para alguien que solo hacia su trabajo.

Aunque siendo sincero, fuera de cumplir su deber como monarca, en el sentido familiar era muy ambiguo, reconocía al pequeño príncipe Liam como su hijo de sangre junto al de un posible esclavo, sabía que había sido el único resultado útil entre tanta prueba y error, que debía tratarlo como lo haría un padre con su hijo, pero directamente era una persona ausente, nunca fue educado para expresar amor a su familia en ningún sentido, sus niñeros y maestros fueron en su momento como un intento por cuidarlo por parte de sus padres, obviamente estas personas que lo cuidaron tuvieron su debido reconocimiento, otra cosa es que muchos ya ni siquiera estén en este mundo o que habían preferido tener una vida mejor en otro lugar, pese a eso, nunca se le educó para ser alguien devoto a sus hijos, ni siquiera está seguro de como logro expresarle amor a su pareja.

En las pocas que había visto a Liam este siempre terminará llorando a mares cuando se daba cuenta de su presencia, cualquiera pensaría que el niño de alguna forma sabia sobre el hedor a sangre que lo rodeaba, realmente no le molestaba, la realidad es que el niño crecería bien incluso sin él a su lado.

—¿Qué opina su majestad?—.

—mmh...bien, supongo—.

—señor, ¿Siquiera me escucho?—.

Lobelia- Tan cerca de devorar el marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora