Lobelia- Tan cerca de devorar el mar

[incomodidad y moscas sin importancia]

No disfruta las fiestas tanto como parece y tampoco estar encerrado en una oficina, pero en parte se vio obligado debido a que no soportaba la mirada de los sirvientes sobre su persona solo por qué se quedaba sentado haciendo nada, no le gustaba en lo absoluto así que prefería estar escuchando el papel pasar uno tras otra y los murmullos de orquídea molesto por alguna que otra cosa, a lo mucho aprovechando que orquídea había quitado los muebles y meses para que no le molestara, se puso a practicar su baile, era bueno hacerlo en un espacio pequeño para darse una idea de la distancia que tenía que tener y no salir volando por darse demasiados aires.

—señor, disculpe mis preguntas, pero...mm... ¿Qué le vio?—.

—sé específico William y ten en cuenta tu cabeza—.

—reformulo mi pregunta, ¿Se llevan conociendo de hace mucho?—.

—desde mis 17, así que si, bastante—.

Fingió que el asunto no era con él y continuo con sus prácticas, aunque claramente estaba pendiente de que decía, aún no habían conseguido ropa de su talla así que se veía obligado a usar la de orquídea y está le quedaba grande así que estaba con bazos y piernas remangados como si fuera a meterse al agua o como un niño, un niño de 29, pero un niño.

—si ese es el caso, ¿Por qué no se casó con él en vez del señorito verbena?, podría haberse ahorrado problemas—.

—inapropiado, eres jodidamente inapropiado—.

—¿Puede culparme?, después de dos años de luto trae a un joven y anuncia su compromiso de inmediato, ¿Qué debo pensar?—.

—¿Qué quiero pasar página?, Liam no puede quedarse sin madre por demasiado tiempo y yo...mm... Bueno, me gusta—.

William estaba frustrado con las palabras de su emperador, pensó que se quedaría viudo hasta el final de los días como había anunciado hace unos meses que se le dio la opción de buscar esposa, pero solo fue un día al mar y se trajo a un omega que, sinceramente ante sus ojos era todo lo menos bonito, se veía como un beta.

La puerta del estudio fue tocada y se anunció la llegada de la niñera, Nico se detuvo de inmediato y espero a la entrada de begonia, no estaba seguro de como debía actuar frente a ella, no quería que pensara que está reemplazando de alguna forma a su anterior yo, digo, no está seguro si leyla le explico algo sobre su situación fuera de una conexión con Lazarus, ¿Qué podría decir?.

—buenas tardes mi señor, he venido para la visita del pequeño príncipe, ¿Nos permite?—.

—seguro, solo no interrumpan—.

—bien, con permiso—.

El grupo de sirvientas entro al estudio con Liam entre ellas, podía escuchar la voz dulce del niño animado por ver a Nico, este quería acercarse, pero se contuvo manteniéndose en silencio con el asunto, solo se acercó con cuidado aún mueble con ayuda de sus manos y se sentó en este intentando no ser llamativo.

—entonces, es verdad, realmente te vas a casar—.

—si begonia, me voy a casar, ¿Alguna otra pregunta obvia?—.

—¿el príncipe Liam seguirá siendo el príncipe heredero?, entenderá que soy muy curiosa con ese tema—.

—en principio sigue siendo el heredero, si nacen hermanos no debería ser ningún inconveniente—.

—mm...no lo sé, usted es muy impredecible—.

Nico se quedó quieto bastante incómodo, se notaba que le había agarrado bastante cariño a Liam, no obstante, no esperaba que fuera tan agresiva contra orquídea, ¿Siempre fue así?, ¡Increíble!.