Lobelia- Tan cerca de devorar el mar

[Marina]

El anuncio de la cancelación de la boda se dio a conocer a los pocos días junto con los rumores sobre el embarazo de la emperatriz, una situación demasiado inesperado.

Los rumores y teorías no se hicieron esperar por parte de nobles y plebeyos, unos buenos y otros maliciosos dando distintas opciones.

Los buenos eran por la preocupación del emperador sobre como afectaría todo el estrés a su emperatriz durante el embarazo, al ser un dragón y un enigma es entendible que sus sentidos sean aún más sensibles, era aún más lógico viendo la curiosa cantidad de magos en el palacio y la presencia de guardias.

Por otro lado...

Los más dañados decían que el emperador se arrepintió y está obligado a cuidar al bebé, también estaba la opción que el bebé no sea del emperador y que en realidad los magos ni siquiera son para la ex futura emperatriz.

Todas ideas curiosas para quienes no ven la realidad y está bien, Nico no estaba sorprendido con nada de aquello y de hecho se encontraba algo divertido al saber que estaba entremedio de rumores otra vez.

Desde hace unos meses del embarazo su cuerpo ha decaído lentamente hasta que se había convertido en un muerto viviente, no podía moverse más allá de la boca y la nariz para comer y respirar, sus ojos ya de por sí desprovistos de visión se sentía pesados obligándolo a mantenerlos cerrados, sus manos sobre su vientre sintiendo los suaves movimientos de su ahora descubierta niña creciendo perfectamente, lo único que podía hacer era hablar y comer con ayuda de los magos y sacerdotes que le cuidaban, estas personas no habían cambiado demasiado hacia él manteniendo una postura serena e incluso buscaban entretenerle hablando sobre el mundo de afuera y todo lo que se estaba perdiendo, siempre diciendo cosas como "cuando termine podríamos ir a esa panadería, ¡Le recomiendo el pastel de moras!" O "desearía que fueras a la torre, tal vez así podríamos estudiar una forma más concisa de curar su ceguera", cosas que buscaban animarlo y escapar de la realidad, si eran personas muy dulces

Liam había volcado toda su atención en mantenerse a su lado incluso solo ofreciendo ruido de fondo, después de cada clase venía directamente a su dormitorio a decirlo todo lo que hizo en sus horas de estudio para luego empezar a hacer la tarea mientras hablaba con su hija, había dado la excusa de que su compañera de estudio debía estar lista para unirse a él, aunque dudaba que su hija pudiera entender de que tanto le hablaba, digo, ni siquiera el entendía muy bien a que se refería.

Hablando de su hija, ha estado pensando formas de llamar como tal, según el médico ella debía ser algún tipo de alfa por el olor que desprendía que era fuerte y dominante, ¿Un nombre que demuestre su fortaleza?, su hija debe ser bella incluso si es delgada o literalmente una mole, ¿Debería pensar en nombres apropiados para un dragón o de reina?, ¿Debería basarse en una flor?, no le gustan muchos esos nombres y sentía que ella debía diferenciarse por encima de todos, tal vez sería lindo ponerle un nombre referente al mar...

—uh... Difícil—.

Frunció el ceño y pensó en los posibles nombres para su niña, necesitaba alguno que la representará y también que no le diera ganas de cambiárselo a los 18 años, el quiso cambiarse el suyo, pero le dio pereza, ya que todos lo conocen por "nico".

—¿Siguen sin serte agradables?—.

—yep—.

—mm...¿Nos vamos por el mar ahora?—.

—yeeep—.

Había pasado su día completo escuchando las diferentes opciones de nombre por parte de girasol para darle a su hija, como ella tenía acceso a la biblioteca mágica del templo donde estaban almacenados más nombres que semillas en un invernadero, pues le dejo la tarea de traérselos, eliminando los que tengan que ver con flores y centrándose en las que tiene mayor significado con algún elemento o lo que sea, se tomó esta tarea muy en serio.