[capturando a una flor acompañada]

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Todo había ido relativamente bien en el tiempo en que comenzaron a vivir en el templo de Lazarus, parecía ser que el edificio estaba congelado en el tiempo por como no había un abismo de polvo ni daño por humedad, la comida oculta también seguía el mismo formato del tiempo e incluso parecía realizar un efecto de retroceder para hacer aparecer otro vegetal o carne almacenado, pero sin afectarle a ellos quienes tenían su desarrollo normal, intuye que se debía a que como no pertenece al templo este no reacciona de la misma firma hacia ellos ni tampoco buscara sacarlos de ahí, según magnolia este era un templo que en los momentos más crudos del tiranismo de Orquídea se convirtió en un refugio para esconder a los niños, los monstruos no se acercaban ni la magia entraba por sus puertas, ¿Por qué funciona así?, eso es algo que magnolia no pudo explicar con exactitud, había sido una pequeña mención, pero no profundizó en el tema como era de costumbre.

Su vida ahí fue bastante cómoda cuando aprendió la estructura del templo y sus jardines, pasaba su tiempo yendo de aquí para allá buscando mantener su mente ocupada, no podía hacer algo con las cosas del templo porque al final del día regresa todo a su lugar, así que hacía cosas que no exigieran tener nada corpóreo a la mano como bailar y cantar, por otro lado, begonia se encargaba de preparar la comida y luego era llevada de vez en cuando con Leyla para el pueblo cercano para buscar cosas que no tengan disponibles en el templo, obviamente ella iba disfrazada para no llamar la atención, por último estaba Leyla que se había predispuesto a devorar cada libro del templo en búsqueda de información o algo que explique hacían en ese mundo, porque por buenas personas no es.

Aun con todo lo mencionado había un defecto constante en esto y eso era la presencia de niños en el pantano que se perdían, por cuestiones del universo que ni él entendió en sus paseos siempre los encontraba y acaba teniendo que cargarlos hasta la salida, la única regla era mantener los ojos cerrados para no dejarse manipular por las imágenes que se mostraban fuera del templo, por fortuna él no tenía que preocuparse por obvias razones.

Y así fue, niños venía e iban de aquí para allá, cuando era muy tarde los dejaba estar en el templo y moverse por ahí jugando, aunque siempre a su alrededor como si intentarán captar su atención, ante esto actuó lo más amable posible, normalmente no tenía ganas de convivir con niños, pero tampoco iba a actuar agresivo con ellos, simplemente los dejaba ser, más allá de eso y que ahora lo llamaban por su segundo nombre gracias a que begonia en un momento de llamarlo le surgió el otro nombre para despistar, aunque bueno, ninguno de sus nombres son muy comunes que digamos.

Todo bien, todo perfecto en el inicio de su segundo años hasta que llegaron los religiosos, ayudo a uno a salir del pantano junto a un niño que se le había olvidado su pelota de cuero, de ahí para adelante cada que se asomaba a la entrada del lago para llevar a los niños tenía que encontrarse con algún religioso que parecían extasiados con su presencia, en un inicio no entendió muy bien el porqué, pero luego de una pequeña conversación con Leyla entendió que era por "Lazarus" y que comparte su hombre con el de ese dios, ¿Intento corregirlo?, no, le dio igual, no interfieren con sus cosas fuera de hacer oración cada que salía un momento, solo esperaba que en ningún momento les diera por hacer sacrificios.

Ha tenido unos años ocupado llendo de aquí para allá, ya llegando a un punto en que niños que eran abandonados a morir por sus padres para acabar en el lago, según el niño la cosa podría ir de un lado o el otro, si lo encontraban los religiosos los hacían parte de su religión, cuidándolos y educándolos, por cuestiones que ni siquiera el entendía los niños lo llamarán "papá" aun si las sacerdotisas que los criaban les pedían que no y que lo llamarán "Lazarus", pese a esto lo niños hacían oídos sordos y seguían a papá al templo, por otro lado los niños que eran encontrados directamente por el entraban bajo el cuidado de el y begonia la cual se mostraba ridículamente emocionada por tener trabajo que hacer, como por Leyla que hacía de intercedería por él al tener mayor control sobre la información de la religión de lazarus y que con esto hacerle cree que los niños abandonados están ahí para ser los hijos de las sacerdotisas, no cuestionó, ya sea, por un lado, u otro era llamado papá o mamá incluso si intentaban sacarlo de ese estándar, ya después se rindió y siguió con lo suyo siendo padre de 16 años en cuerpo y ya 30 en mente seguramente.

Lobelia- Tan cerca de devorar el marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora