Capitulo 14: Lo inevitable

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Una ráfaga de viento casi helado matutino recorre mi cuerpo haciéndome estremecer. Abro lentamente los ojos y el sol me da directamente en la cara. Los brazos de James me abrazan y mi espalda está contra su pecho. Poco a poco, me retiro de la cama con cuidado de no despertarlo. Aunque, después de mi experiencia como su enfermera, puedo confirmar que este hombre duerme como un tronco.

Rebusco con todo el silencio que puedo en el armario en busca de algo que ponerme. No me caliento mucho la cabeza, cojo un conjunto negro de ropa interior y una camiseta vieja y desgasta blanca que me llega a medio muslo. Tampoco busco ningún calzado, me encanta ir descalza.

Pero no podía salir de la habitación sin antes ver a James dormido. Realmente, tengo una obsesión con ver como James duerme. Cuando duerme, parece totalmente en calma, su simple expresión trasmite tranquilidad. Con sus labios entreabiertos y su cabeza apoyada en su propio brazo, una no puede decir que no es de lo más adorable.

Camino por el pasillo hasta llegar a lo que se supone que debería ser la sala de estar. Está cabaña puede que sea pequeña, pero tiene muchas habitaciones. Y si incluimos que no había pisado esto antes, no es muy difícil perderte. Entro y salgo de los cuartos hasta encontrar la cocina.

Comparada con la cocina de la casa de mis padres, es minúscula, pero para mí es espacio más que suficiente. A diferencia de toda la cabaña, la cocina, tiene suelo de baldosas y la pared con azulejos de color arena. Una pequeña nevera vieja e anticuada blanca está situada en una de las esquinas de la habitación y muchos armarios de madera cuelgan de las paredes.

Abro y cierro los armarios llenos de comida en lata, cereales, pastas y otras cosas. Café, necesito un buen café por la mañana. Finalmente, encuentro varios paquetes de café en polvo y la cafetera al lado. Saco la máquina y preparo el café. En pocos minutos, ya tengo una taza de cerámica verde clara llena de café entre las manos. Doy pequeños sorbos saboreando el amargo sabor del café sin azúcar, como a mí me gusta. Y casi escupo el café cuando James aparece apoyado contra el marco de la puerta con su pequeña sonrisa dibujada en su rostro.

-Me has asustado-exclamo riendo-. Creía que estabas durmiendo.

-Y lo estaba-dice-, pero el café me llamaba a gritos.

-Entonces, supongo que yo no le caigo bien al café-digo con fingida tristeza-, a mí el café nunca me habla.

Su risa grave llega a mis oídos y por mucho que muerda mi labio interior, una sonrisa brota de mis labios. Lleva unos pantalones de chándal largos y una simple camiseta azul claro con cuello en pico. Como yo, sus pies van descalzos. Se hace con una taza de té como la mía y vierte café en ella.

-¿Cómo has dormido?-pregunto mirándolo a la cara.

-Bien, poco pero muy bien-contesta dedicándome una mirada cómplice.

Me río pensando en esta noche. No me lavé los dientes hasta las cuatro de la mañana...

-Me sorprende verte despierto tan temprano-comento-. Siempre tardaba como cuatro minutos en conseguir que te despertaras por la mañana.

-¿Sabes? Siempre estaba despierto antes de que tú llegaras-confiesa con una sonrisa divertida en sus labios-. Me hacía el dormido.

Lo miro atónita.

-¿Por qué?-pregunto aunque se me escapa una risita.

-Era divertido ver cómo te enfurruñabas-se encoje de hombros.

Observo como James se lleva la taza de cerámica a los labios y bebe el contenido. Lame sus labios lo que provoca que desee probar sus labios otra vez. Le imito y vuelvo a beber mí café antes de que se enfriara. Juego entretenida con los dedos de mis pies. Noto la intensa mirada de James posada en mí. Alzo la mirada para encontrarme con sus ojos devolviéndome la mirada. Avanza los pocos pasaos que os separan y deja su taza de café en el mármol. Coge también mi taza y hace lo mismo. Posa ambas manos contra la pared en la que me encuentro apoyada, dejándome encerrada entre sus musculosos brazos. Lo tomo del bajo de pantalón y lo atraigo a mí, haciendo que nuestras caderas estén pegadas. Mis manos siguen en su cintura, trazando pequeños círculos invisibles en su piel. Le dedico una mirada traviesa antes de introducir mi mano bajo su pantalón. No lleva calzoncillos. Cosa que agradezco, con tan solo bajarle un poco el pantalón ya podría...

-Quieta, fierra-dice divertido agarrando suavemente mano mientras las saca de debajo de su ropa-. ¿Después de esta noche, aún quieres más?

-Yo siempre quiero más-digo mordisqueando su oreja.

-Ya veo-dice reprimiendo un gemido. Se aparta ligeramente con sus ojos recorriendo cada parte de mí. Aparta la mirada y la dirige a la ventana que tengo al lado de mi cara-. Tenía pensado salir a correr, ¿quieres venir?

-Hay muchas maneras de correrse, James-susurro contra su cuello antes de depositar besos húmedos allí. Siento su erección contra mi vientre, cosa que aumenta mucho más mis ganas de bajarle los pantalones-. Pero me parece bien lo de hacer deporte.


-James-jadeo-, eres un capullo.

-Tan solo hemos hecho cuarenta y cinco minutos-se defiende riendo-. Podrías haberme dicho que redujera la velocidad.

-Creía que podría seguirte el ritmo-confieso quitándome la camiseta de tirantes sudada, quedando en sujetador negro. Ahora es él quien está sin aliento.

Camino en dirección al dormitorio con James pisándome los talones. Él también está sudado pero no tanto como yo. Hacía tiempo que no hacía deporte. Deje de hacerlo porque los hombres del gimnasio solían hacerme enfadar con comentarios groseros sobre mi trasero y bueno...me echaron por darle un puñetazo a un tío. Y por mucho que coma nunca engordo un gramo, no me importaba mucho no hacer ejercicio físico. Sin embargo, si me salto una comida adelgazo mucho, por lo que nunca hago eso.

-En la clínica siempre te matabas a hacer deporte-comento cogiendo una camiseta limpia y unos pantalones tejanos cortos.

Noto como todos los músculos de James se tensan. Desvía su mirada de la mía y lleva sus dedos a los labios, pero no para hacerme callar, es el típico gesto que haría un antiguo fumador pasivo que no tiene cigarrillos que fumar. No puedo evitar dedicarle una mirada confusa. Segundos después, vuelve a mirarme a la cara y sus castaños ojos parecen negros ahora.

-Sí, bueno...-dice con cierto temblor en su voz, aunque su postura es firme-, pensaba que si agotaba todas mis energías, tal vez...tal vez pudiera evitar lo inevitable. No creo que funcionará del todo-confiesa.

Múltiples imágenes pasan a la velocidad de la luz en mi cabeza. Imágenes en las que James golpeaba descontrolado a la gente. Imágenes de él metiéndose en problemas por las palizas que daba. Imágenes de aquel chico al que mato a base de puñetazos porque a mí no se me permitía ser más su enfermera. Todos los días de aquellos nueve meses que estuve allí, pasan en escasos segundos en mi mente.

Mis ojos conectan con los suyos y sé que miles de cosas pasan por su cabeza, también. Al o mejor está pensando en su estancia en la clínica, o puede que no. Pero su expresión, que suele ser inexpresiva, me hace creer ver resentimiento en su rostro. Cosa que no quiero en absoluto. No quiero que piense esas cosas de sí mismo. No quiero que cuando se vea en el espejo, vea a un monstro. Porque yo me enamoré de él, y su pasado forma parte de él, también. Me enamoré de James, el asesino que mata a las mujeres después de acostarse con ellas. Me enamoré de todo él, no de una parte.

Me acerco a él y rodeo su cuello con mis brazos. Mis dedos acarician su piel y junto nuestros labios. Al principio, sus labios se mantienen tensos por la sorpresa pero lentamente, sigue mi beso.

-Bueno, más te vale no gastar todas tus energías. Recuerda que yo siempre quiero sexo- sonrío mientras le guiño un ojo. Me separo y empiezo a caminar en dirección al baño-. Me voy a duchar, vienes ¿no? Ayer te prometí sexo allí-me encojo de hombros.

Su pequeña sonrisa brota de sus labios y sus ojos empiezan a adoptar su color normal.

-Eres increíble.


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Ay, James!!! Yo te animo cariño!!!!! Ay mis hermosuras, espero que os este gustando la historia hasta ahora. Sé que lo que realmente quereis saber es el porque James hace todo eso pero...soy cruel y tardará mucho en llegar esa parte. Lo siento, pero no es desanimeis. Poco a poco empezareis a saber más de él. Repito: poco a poco.

Espero vuestros VOTOS y COMENTARIOS (enserio, me encanta leer todos vuestros comentarios y opiniones )  :-)

LUCHEMOS TODOS JUNTOS POR UN MUNDO SIN SPOILERS!!!

Huye conmigo (Elypeea#2) Fanfic THEO JAMESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora