Capitulo 35: Brooklyn

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No hay muchos coches repostando gasolina. De hecho, tan solo hay uno. La pintura, años atrás, fue de un color rojo brillante y intenso, ahora, el color es mate y le da al coche un aspecto viejo. De dos plazas, un techo bastante bajo. No es exactamente un coche al que subiría, pero mejor eso que nada.

Quien quiera que sea la persona poseedora del coche rojo, está repostando la gasolina, al completo para ser exactos, pero las llaves no están en la cerradura. El coche está cerrado.

-Ahora es cuando haces cualquier maniobra y el coche se abre de par en par sin problema alguno-comento apartando la mirada de la abandonada gasolinera para posarla en James.

-Ahora es cuando nos la apañamos para conseguir las llaves de contacto-rectifica él escaneando el lugar al mínimo detalle.

-Tal vez haya alguien en la tienda dentro-propongo-.Vamos.

En cuanto entramos, un fuerte olor, más fuerte incluso al olor de la gasolina, invade mis fosas nasales. El olor a comida pasada y sudor. También un olor que prefiero no saber cuál es. El aire acondicionado está roto y no hay ventana alguna. La única ventilación es la de un pequeño ventilador situado al lado de la caja registradora. En la caja, se halla una...un...no estoy segura de su sexo. Alguien de gran tamaño, con brazos y manos regordetas, con el pelo negro a la altura de la barbilla encrespándole. Sus pies calzados con unas cutres zapatillas de verano descansan sobre la caja, manchándola de tierra. Sus cortos y gordos dedos se estampan a gran velocidad contra la pantalla táctil de su pequeño móvil.

-¡Muere! ¡Muere! ¡Muere! ¡No! ¡Maldito, no te mueras!-grita a su teléfono.

Me encuentro con la mirada de James, tan incrédula como la mía. Muerdo mi labio interior para evitar reírme del... de la...aún sigo sin saber si se trata de un hombre o una mujer.

-¿Es tuyo el coche de afuera?-pregunto.

Sobresaltado, da un salto en la silla de plástico en la que está sentado, haciendo que casi caiga al suelo. Al poder verle la cara, al fin puedo averiguar su sexo. Se trata de una mujer de mediana edad con la cara llena de granos como si fuera un adolescente. Nos observa con ojos sorprendidos y deja escapar una monótona respuesta.

-Sí, ¿por?

-No por nada-respondo rápidamente.

Escaneo los productos de la tienda. No es una gran sorpresa no encontrar gran variedad de productos. Un par de bolsas de patatas fritas, chocolatinas que seguramente estén derretidas, un pequeño frigorífico con escasos refrescos, revistas pornográficas mezcladas con las de turismo...Básicamente, todo es muy patético y cutre.

Y por primera vez desde que puse un pie dentro, veo algo que llama mi atención. Justo al lado donde antes sus regordetes pies descansaban, se encuentras unas llaves. Unas llaves de coche...y aquí únicamente hay un coche...

Doy discretamente un suave golpe en el hombro a James. Una vez me encuentro con sus ojos, indico con la mirada las llaves. James no tarda en darse cuenta de lo que quiero decirle. Aún mirando los llaves, asiente y empieza a avanzar con pasos decididos hasta estar frente a la mujer.

Y casi no puedo dar crédito a lo que mis ojos ven.

Apoya sus manos en la caja, dejando a la vista sus musculados brazos. La camiseta blanca que se puso antes de entrar, permite ver su musculado pecho debido al cuello en V. Recorre con la mirada a la mujer, que lo observa boquiabierta. Pero no se trata de una mirada cualquiera. Se trata de la misma mirada que hace cuando estamos a punto de acostarnos. Esa mirada que te dice que te quitara la ropa interior si él lo desea. James inclina ligeramente su cuerpo estando a minúsculos centímetros del rostro de la mujer. Parece que sus ojos vayan a sobresalir de las orbitas cuando James susurra coquetamente algo en su oído, tan bajito que no logro escucharlo. La mujer asiente repetidamente, sin quitar la vista del casi desnudo pecho de James. Se pone en pie de un salto y sale dispara de detrás de la caja. Empieza a dirigirse a una habitación con un cartelito donde se puede leer la palabra "PRIVADO", no sin antes coger a James con decisión de la mano, tirando de él con ella.

Por un momento, la asquerosa idea de James siendo prácticamente violado pasa por mi mente, dándome horribles escalofríos. Pero James gira su cabeza hacia mí, con ojos suplicantes. Los labios de James dibujan unas palabras en el aire. "Coge las llaves" dice en silencio junto con una leve sacudida de cabeza en dirección al objeto sobre la mesa.

Me quedo parada, viendo como la grande mujer entra con James en esa habitación. Por raro que parezca, esta situación me resulta divertida en cierto punto, puede que James no piense lo mismo...

Con rapidez, me hago con las llaves del coche y salgo del establecimiento. Corro hasta llegar al coche. Meto torpemente las llaves en la cerradura de la puerta de los asientos traseros y una vez, ésta, está abierta, la abro bruscamente. Acto seguido, tiro de cualquier forma todas nuestras pertenencias al interior del coche.

Introduzco mi cuerpo en el asiento del conductor y manejo el volante hasta estar frente a las puertas automáticas. Alargo la mano para poder abrir la puerta del copiloto. Cuando está abierta, toco frenéticamente el claxon para hacer saber a James que venga ya.

Pocos segundos después, James aparece corriendo hacia el coche con la camiseta en la mano. Entra en el coche a gran velocidad justo cuando la mujer aparece, únicamente vestida con los pantalones y el sujetador, corriendo con expresión indignada y gritando barbaridades dirigidas a nosotros, concretamente, a James.

-Arranca-ordena James, a lo que obedezco.

Aplico presión al acelerador para que corra lo que más pueda. Puede que por fuera sea un coche bastante anticuado y con apariencia de romperse con la más leve brisa de aire, pero tiene una capacidad para correr increíble y en menos de un minuto, el coche avanza a 110 k/h.

Alejados ya, no puedo evitar que la risa brote de mi. James se coloca la camiseta en su sitio y bufa con algo de enojo, pero ese enojo pasa rápidamente a la diversión y me acompaña riendo.

-Que manos tan largas tenía esa mujer-comento riendo aún.

-Ni que lo jures.

-Y tu forma de ligar ha sido muy cautivadora-digo despegando la vista por un momento de la carretera para guiñarle un ojo-. Luego soy yo la puta manipuladora.

-En situaciones extremas, soluciones extremas.

Vuelvo a centrar mi atención en el control del coche. Añoraba conducir. Siempre he sido gran fanática de la conducción. Es curioso, porque detesto ver las carreras de coche que transmiten por la televisión. Para mí, conducir resulta liberador. El viento golpeando tu cara, el ruido del motor al arrancar, la firmeza con la que manejo el volante...

Es entonces, cuando me doy cuenta de que conduzco sin rumbo. No es una metáfora. Realmente, James no me ha dicho cual era el lugar principal al que íbamos.

-¿Y bien? ¿Me vas a decir ahora donde vamos?-ordeno pero suavizo mis palabras con una pregunta.

-Brooklyn-contesta simplemente.

-¿Brooklyn?

-Brooklyn-responde con firmeza.

-¿Y que buscamos allí?

-Ahora mismo, buscamos allí...-busca las palabras-, podríamos decir, a un viejo amigo mío. Bueno, más bien, conocido.

Intento procesar la reciente información. Conocido. Brooklyn. ¿Un conocido en Brooklyn? ¿Por qué tanto misterio para ir a ver a una persona? Muchas personas tienen algún conocido en Brooklyn, eso no es lo relevante. Lo relevante es para qué necesita acudir a dicho conocido.

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Hola a todo! Sé que este cap es un poco...cacota, pero no estaba en vena de escribir esos capitulos tan intensos y que hacen que queramos quitarle la ropa a mordisco a James ( ͡° ͜ʖ ͡°)

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Huye conmigo (Elypeea#2) Fanfic THEO JAMESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora