Capitulo 36: La ciudad que nunca duerme

921 54 8
                                    

Los potentes rayos de sol del atardecer son tan cegadores que me veo obligada a entrecerrar los ojos para no dañarme la vista. Las ventanas del coche están completamente bajadas ambas. El viento golpea fuertemente contra mi rostro provocando que mi cabello, recogido en una coleta descuidada con varios mechones caídos, ondule en el aire. Muerdo mi labio interior mirando con nostalgia el paisaje corriendo velozmente a través de mis ojos.

Es cierto. Adoré esos meses viviendo totalmente fuera de la civilización, en la natura, en aquella pequeña cabaña con la que vivía junto a James. Pero amo con locura la ciudad. Amo New York, a los neoyorkinos y a todo aquello que ésta preciosa ciudad representa. La ciudad que nunca duerme. Pero, quien podría dormir sabiendo que tanta belleza te espera afuera. Con todas sus luces, con todo su esplendor. ¿Pero, qué otra cosa podría decir yo, una neoyorkina hasta la medula? Fue un poco triste abandonar la cabaña, aunque el estar aquí, en mi ciudad, vale la pena.

Como hacía siempre cuando era pequeña, cuando los segundos en los que el coche tarda en atravesar todo precioso puente de Brooklyn. Aún recuerdo aquella foto que mis padres tienen encuadrada en su dormitorio, descansando sobre la mesita de noche de mi padre. Una foto mía, en aquella época donde mi cabello era de un color cobrizo en vez de mi castaño claro actual. No tendría más de siete años. Con las dos trencitas que mi madre me hacia siempre, con la ausencia del primer diente de leche que se me cayó y con un adorable vestidito azul con encantadores dibujos de patos. Susan dormía a mi lado, en los asientos traseros del coche, mientras yo contemplaba con total fascinación el puente pasar. Recuerdo como contaba una y otra vez desde el uno hasta el treinta, puesto a que no había aprendido a contar más allá de treinta, hasta que dejamos el puente atrás.

Y aunque sea una sensación extraña llegar al final del puente, me alegro al instante porque sé que en pocos minutos nos hallaremos en alguno de los grandes cúmulos de barrios y edificios típicos de toda la ciudad de New York.

-Pareces una niña en una tienda de juguetes-comenta divertido James, quien conduce ahora.

-Así me siento-confieso sin poder borrar la radiante sonrisa que mis labios forman.- ¿No lo harías tu si estuvieras en Inglaterra?-pregunto.

Los hombros de James se tensan con mi pregunta. Cuadra sus hombros y traga salida con incomodidad. Me dirige una rápida mirada y puedo distinguir cierta preocupación en ella. Velozmente, se obliga a sí mismo a relajar los músculos. No me supone una gran duda su acto. James no quería que viese su repentina preocupación o temor, me atrevo a decir.

-Hace mucho que no visito Inglaterra-dice con voz firme, pese a que sé con certeza que su tono le ha supuesto un esfuerzo.

Realmente, parece terriblemente incomodo. Tan solo ha necesitado escuchar la palabra "Inglaterra" para ello. Solo lo había visto así en la clínica, y claramente, el día en el que cogí un sencillo resfriado, antes de contarme sobre Leonard. Y supongo que de eso se trata. Del recuerdo de su fallecido y joven hermano. Según me dijo, tan solo llego a los cuatro años de edad y fue James quien cuido de él en esos años.

Verdaderamente, creo que incluso después de veinte y seis años, James no logra superar su muerte y pensar en Leonard de una forma positiva. Y también, debo confesar con un repentino toque de culpabilidad, que haberle hecho hablar de forma totalmente voluntaria, nunca le dije que debiera hacerlo, de algún recuerdo de Leonard no hizo más que hurgar más en la herida no cicatriza que James lleva consigo desde los nueve años.

Es por eso, que decido pasarlo por alto y fingir, exactamente lo que él quiere. Fingir no haber visto nada.

-¿Queda mucho para llegar a la casa de tu amigo?-pregunto con la intención de cambiar de tema.

-Si no hay tráfico, y espero que no lo haya, creo que no tardaremos más de media hora-contesta James.

-De acuerdo-digo antes de acomodarme más en el asiento y continuar mirando la ciudad por la ventana bajada.

Y sin darme cuenta, viendo como el paisaje cambia a gran velocidad, quedo dormida plácidamente con la cabeza apoyada contra la puerta del coche.

Es James quien me despierta, zarandeándome suavemente del brazo. Cuando abro los ojos, la ciudad brilla en toda su magnitud, pero el cielo es de un color negro intenso, señal de que la media hora se ha prolongado más de lo previsto y ha anochecido.

-Ya hemos llegado-dice James.

-Déjame adivinar, ha habido trafico-bromeo con voz soñolienta.

-Una pesadilla-continua mi broma con su pequeña sonrisa creciendo en sus carnosos labios.

Desabrocho el cinturón de seguridad mientras James se aparta y me deja salir del coche. La fría brisa de aire golpea mi rostro con suavidad despertándome totalmente. Me dispongo a cerrar la puerta del coche, pero antes de eso cojo un bolso de tela tejana azul marino y busco a tiendas en la guantera del coche hasta que encuentro lo que deseo. La pistola que "cogí prestada" del coche patrulla de los dos policías cuya paradero desconozco. A estas alturas estoy segura que ya deben de estar plenamente conscientes, pero ese ya no es problema mío. Guardo la pistola, no sin antes ponerle el seguro y comprobar que todas las balas están en su sitio, preparadas para disparar, en el bolso. Cuelgo el asa en mi hombro y centro mi mirada en James, quien me devuelve la mirada, con su minúscula sonrisa permanente en su rostro y ojos curiosos.

-Toda precaución es buena-contesto a su pregunta no formulada encogiéndome de hombros.

-Vamos-dice empezando a caminar.

Caminamos por la ciudad atestada de gente durante unos cinco minutos. Sigo a James, riéndome de él por haberse equivocado de calle haciendo que tengamos que dar una vuelta entera a la manzana hasta llegar al punto final.

Nos paramos enfrente de un edificio como otro cualquiera en una calle cualquiera. Creo que lo único que hace a este edificio resaltar más es el color de las paredes de piedra. De color granate, más oscuro por algunas partes que otras. Un pequeño "27" metálico y pintado de color dorado adorna el muro al lado de la puerta principal.

James abre de un empujón la puerta principal sin la ayuda de ninguna llave o alguien que abra desde dentro.

-Esta puerta lleva rota desde hace años. Estoy seguro que solo cuando algún vagabundo mohoso decida hacer de ocupa aquí, la arreglaran-explica James.

El interior está decorado con grandes macetas aquí y allá de plantes y los buzones plateados totalmente limpios. Dispone de un ascensor pero en la puerta hay colgado un papel en el que dice que por problemas técnicos se utilice las escaleras. James trota las escaleras, conmigo pisándole los talones, hasta detenerse en la cuarta planta. Él golpea con los nudillos la puerta, pintada del mismo color que el edificio por fuera, para que el "conocido" abra.

Instantes después, aparece un hombre, tan solo unos diez años mayor que James. Delgado y sin musculo visible. Vestido con un lujoso pijama de seda azul marino y el pelo rubio alborotado. Una amplia y juguetona sonrisa aparece en su rostro al ver a James, pero permanece callado. Entonces, posa sus verdes ojos en mí, mirándome con curiosidad.

-Os doy la bienvenida a mi casa, Marcus Hayes y Sophie Grace-dice a la vez que abre la puerta de su casa de par en par para nosotros y con un cordial asentimiento de cabeza como saludo.

-No son esos nuestros nombres-digo confusa.

-¡Error!-exclama- Ahora sí lo sois.

 - -  -  - -- - -  -  --  - - - - - - - - --    -

Hola a todos! Por favor lean la nota de autora

Quiero informaros que va ha haber un pequeño, minusculo cambio. Espero que no os suponga un gran problema, pero a partir de la semana que viene NO publicaré el LUNES. Esto no significa que sea un cap menos a la semana, no. Simplemente, es que los lunes acudiré a una academi de ingles por lo que mis tardes ( que es cuando escribo los caps) seran demasiado agetreadas como para disponer de dos o tres horas para escribir.

En lugar de los lunes, publciaré los sabados o domingos, aun no lo tengo claro. Pero o bien sabado o domingo tendreís un capitulo nuevo.

VOTAR Y COMENTAR, por favor, no seais lectores fantasma

LUCHEMOS TODOS JUNTOS POR UN MUNDO SIN SPOILERS!!!


Huye conmigo (Elypeea#2) Fanfic THEO JAMESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora