Capitulo 8: Enfado interior

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Camino inquieta de un lado a otro. El labio interior empezó a sangrar hace unos minutos de lo fuerte que lo mordía. Prácticamente, estoy en un pequeño y mugriento parque infantil desierto. Es lógico que ningún niño pequeño quiera jugar aquí, tan solo dispone de un columpio oxidado y un tobogán con el mismo aspecto que el columpio. Una brisa fresca de viento hace que mi pelo, ya de por si despeinado, caiga en mi cara. Con rabia lo aparto de mi rostro. Estoy enfadada con el silencio. Estoy enfadada con el lento paso de los segundos. Con el cielo azul y el sol radiante. Con los estúpidos e incómodos zapatos que me hacen daño en mi dedo meñique. Con el pesado bolso colgante de mi hombre que no hace más que resbalarse por él. Básicamente, estoy enfadada con todo. Aunque todo mi enfado interior es debido a los nervios que me concomen por dentro.



Respiro hondo en un fallado intento de tranquilizarme. Los pies me están matando, por lo que decido tirarme al suelo y descalzarme. Puede que no sea la mejor idea estar descalza en un lugar tan roñoso como este, pero supongo que la idea que estoy planeando llevar a cabo tampoco lo es. Me dedico a hacer dibujos infantiles como estrellitas y barcos piratas con una rama en el suelo. Hacía tiempo que no dibujaba en el suelo. Esto me recuerda a las tardes en las que mis padres no llevaban a Susan y a mí a la playa, jugábamos a ver quien acababa antes un dibujo antes que la orilla lo destruyese.

El sonido de unas zapatillas repiqueteando contra el suelo de yeso repetidamente me hace levantarme del suelo a la velocidad de un rayo. Doy media vuelta para encontrarme a un Damien con una capa de sudor en su rostro corriendo precipitadamente hacia mí. Frena de golpe cuando apenas está a unos pasos de mí. Su respiración es pesada y apoya sus manos en las rodillas. Sin duda tiene flato. Lo más probable es que haya salido corriendo hacia aquí. Le ofrezco unos segundos para que sus pulmones funciones adecuadamente. Eleva su cabeza para mirarme y segundo después de tiende una pequeña mochila verde esmeralda de plástico.

-Está todo dentro-informa con la respiración entrecortada por el cansancio.

Abro la pequeña mochila de par en par, rebelando un uniforme de enfermera junto con una tarjeta-llave. Cojo la tarjeta-llave y miro a Damien.

-Gracias, Damien-digo agradecida. A estas alturas, ya está completamente recuperado y su cansancio anterior ha cesado. Rodeo su cuello con mis delgados brazos entruchándolo entre ellos.-. Significa mucho para mí que hagas esto, de veras. No deberías ayudarme, pero lo haces y eso me...

-Lo haría de todas formas, Emma-dice separándose un poco.

Me regala su más reconfortante amplia sonrisa, típica de él.

Ya no está tan preocupado como lo estaba antes. Durante estos últimos días, un constante chute de adrenalina me ha ofrecido las fuerzas que tanto tiempo llevaba sin ver en mí. He dejado de lamentarme por todo y motivándome a hacer todo aquello que estuviera a mí alcance. No me he echado atrás por nada. Tampoco pienso hacerlo ahora.

-Estás preparada ¿no?-pregunta.

-Completamente-respondo con seguridad.

Asiente.

-De acuerdo-dice-. James está en la habitación 103, no es compartida. No se le está permitido ningún tipo de visita. Solo puede acceder a él personal autorizado. He conseguido la tarjeta, con ella podrás entrar perfectamente. También, tienes un uniforme de enfermera. Supuestamente, no deberías tener ningún problema. Solo dispones de diez minutos, pero deberán ser menos si no queremos que nos descubran. Y el resto, ya lo sabes-dice una cosa tras otra rápidamente, pero me quedo con absolutamente toda la información. Hace una pausa para coger aliento y me sonríe.- A por todas, Adorable Johnson.

-A por todas-repito sus palabras más para mí que para él, aunque sé con certeza que no voy a tener ninguna complicación. No después de todo lo que hemos hecho para estar donde estamos.

Damien da la vuelta sobre su propio eje pero se queda plantado en su lugar para que yo pueda desvestirme para luego ponerme el uniforme. Este, no es como el que llevaba en la clínica. Es un poco más revelador, claro que, aquí no tienes que temer que ningún paciente quiera abusar de ti. Es de tirantes gruesos y llega a la altura por debajo de los muslos. Me está bastante justo, supongo que la propietaria del uniforme debe de ser plana y sin curvas, por lo que el uniforme marca evidentemente todas mis curvas. Sobre todo, la cuerva de mis pechos. Si los hombres me comen con la mirada cuando llevo ropa holgada, con esta ropa...

-Ya está-informo.

Damien abre mucho los ojos cuando me ve. Traga fuerte y con una sonrisa en el rostro dice:

-James va a estar muy, pero que muy contento cuando te vea-dice dirigiendo su mirada a su entrepierna.

-Pervertido-bromeo-, tienes novia.

-Cierto-ríe-. ¿Vamos?

Asiento.


Entramos en el hospital donde James está ingresado. La luz es de un blanco pálido y las baldosas gris ceniza claro sin ningún rastro de suciedad. Las paredes pintadas del mismo color que las luces, también limpias.

Giro un poco mi cabeza aunque sigo caminando para ver a Damien. Damien se mantiene a una distancia respetable, según me contó, es conocido aquí por muchos. Ladeo ligeramente la cabeza hacia la izquierda, donde se encuentra una puerta con el número 103 pintado en negro, para señalarla. Él asiente en gesto afirmativo.

Respiro hondo y a tientas busco la tarjeta-llave en el bolsillo trasero del uniforme. Cuando la tarjeta plastificada está en mi mano, la introduzco en una pequeña maquina al lado de la puerta y ésta, reflejando una luz verde, se abre.

Dirijo de nuevo una mirada a Damien, que vuelve a asentir animándome a entrar. Mis manos, que estas últimas semanas temblaban por cualquier cosa, ahora si temblor alguno, empujan suavemente la puerta entreabierta. Camino a paso decido. Hay un pequeño pasillo en la entrada. Al lado de la puerta principal de la habitación, hay otra para acceder al lavabo. Mis pies se mueven con el peso de una pluma hasta llegar al centro de la habitación.

Y ahí está él. Ese hombre por el que tanto he sufrido. Por el que tanto he temido su muerte. Ese hombre que ha sido el único capaz de enamorarme, está ahí.

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Hola hermosuras!!! AL FIN!!!!!!!!!!!! JAMES!!!!! TE HE ECHADO DE MENOS AMOR MIO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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LUCHEMOS TODOS JUNTOS POR UN MUNDO SIN SPOILERS!!!

Huye conmigo (Elypeea#2) Fanfic THEO JAMESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora