—Jennie, ¿prometes que no vas a dejarme?
―Claro que no, bebé. ¿Por qué te dejaría?
―No lo sé...
Jennie suspiró y se arrodilló en el césped. Lisa parecía muy afectada, con los ojos llorosos y un puchero en sus labios, que temblaba cada tanto. Se veía que estaba a punto de llorar, y eso le rompía demasiado el corazón a la alfa. Odiaba tanto cuando su novia se ponía a sollozar, ya fuera por cualquier cosa.
―Te amo ―le dijo Jennie, seria, y le dio un suave beso en la boca―, y quiero estar contigo para siempre, ¿bueno?
―¿Para siempre, siempre, siempre? ―insistió Lisa, recibiendo más besos en sus labios. Eso, de alguna forma, le ayudaba a relajarse y pensar en otras cosas.
―Para siempre, siempre, siempre ―confirmó, sacándole unas risas suaves a la omega―. ¿Qué tal si después te quedas en mi casa, bebé? Sólo si quieres...
―¡Sí, me encantaría! ―chilló la menor, feliz―. Me gusta dormir contigo, ¡eres tan calientita! Y me gusta cuando ronroneas, Nini.
Jennie sintió un poco de vergüenza ante sus palabras, como si las palabras de su novia le pusieran vulnerable. Ella no era mucho de ronronear, pero no podía evitarlo cuando se trataba de Lisa, además de que se dio cuenta de que era una forma de relajarla.
Lo que más quería, en ese momento, era que no se preocupara de muchas cosas. Al día siguiente tenía su primera hora con su nueva psicóloga, que su mamá buscó para la muchacha, y Lisa estuvo toda la semana muy nerviosa. Lisa quiso esquivarlo de mil formas, pero a fin de cuentas, Jennie le insistió tanto que terminó aceptando ir a regañadientes. La castaña comprendía que fuera difícil, que le provocara muchos nervios y pánico a su pareja, y por eso mismo, estaba allí para apoyarla.
―¡Lissssss! ―gritó Shuhua, apareciendo con la respiración agitada―. ¡Necesito que me escondas!
―¿Cómoooooooooooo?
Lisa no tuvo tiempo para preguntarlo, porque Shuhua se convirtió en conejita y comenzó a luchar para meterse en su mochila. De paso, le sacó todos los cuadernos a pesar de sus quejas, y Lisa le puso el cierre, amontonando lo que antes estuvo en el interior. Jennie trataba de reprimir una sonrisa.
―¡Oigan, ustedes!
Se sobresaltaron al escuchar la indignada voz de Miyeon, que llegó con el ceño fruncido. Lisa se puso de pie, recogiendo sus cosas y colgándose la mochila en el hombro.
―¿Por qué estás interrumpiendo mi sesión de besos con Lili? ―preguntó Jennie, y la omega se coloreó de rojo.
―¡Unnie! ―chistó.
―Estoy buscando a Shuhua, ¡me debe algo! ―se quejó Miyeon, mirando a su alrededor―. ¿No la han visto?
―No ―dijo Lisa, agarrando la mano de Kim para ayudarla a ponerse de pie―. Es decir, la vimos pasar, pero desapareció entre los arbustos.
―Mmm ―Miyeon le miró con sospecha―. ¿Y por qué llevas tus cuadernos allí y no en tu mochila?
Lisa abrió la boca, sin saber exactamente qué decir, pero Jennie intervino.
―Es que le regalé un nuevo juguetito para que lo use cuando me extrañe, y no le cabía con las cosas dentro ―dijo la alfa, moviendo sus cejas de manera sugerente.
El rubor en el rostro de Lisa empeoró, chillando por la indignación y golpeando en el brazo a Jennie, que soltó unos quejidos. Miyeon rodó los ojos.
―¡Cochina! ―acusó, y se dirigió a los arbustos―. ¡Shuhua, regresa aquí, coneja aprovechadora!
La omega se fue al interior del edificio todavía medio enfadada con Jennie por haber dicho eso, que sólo se reía con suavidad a pesar de los golpes que recibió.
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Wild chipmunk | Jenlisa
RomanceLisa es sólo una pequeña ardillita en un mundo de horrendos carnívoros. Al menos, hasta que Jennie llega a su vida. ➼ Jennie G!P ➼ Adaptación © Hobibuba ➼ Prohibido copiar o adaptar mi versión