Capitulo 3: Amor a segunda vista, definitivamente... ¿o tampoco?

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Otro día, mismo lugar, misma hora, con las mismas personas mientras platicaba con mis amigos, levantó la mirada, y lo veo de nuevo... era el, otra ves, se veía tan guapo... quizás era el destino, reuniéndonos de nuevo, dándole una segunda oportunidad al chico de conquistarme.

Ahora se encontraba jugando basquetbol en las canchas del parque, con otras niñas.
El tan lindo se acercó a preguntar
- ¿quieren jugar con nosotros?
Encontré demasiado tierna su propuesta por lo que para su sorpresa, yo fui la única niña que acepto, acepté jugar pero descalza, ya que iba demasiado arreglada (e incómoda) como para jugar, lo cual tal ves llamo un poco la atención de Gabriel, ya que el es extremadamente, limpio y cuidadoso, contrario a lo que yo estaba haciendo en ese momento.

Nos encontrábamos jugando cuando de repente mientras corría detrás del balón, sentí como se me torcía el pie y en ese mismo momento
- pum; que siento un pisotón...
grité; - auch;
mierda, me dolió y en segundos sin siquiera pensarlo ya estaba a punto de caer, cuando siento que unos brazos, largos y suaves me sostienen... "dios, que pena", pensé.
Cuando levante mi mirada para descubrir de quién se trataba, era el.
Me regalo una sonrisa tierna y cálida.
La luz de los faros le daba justo en la cara y eso le sacaba un lindo brillo a sus ojos color miel que se veían más claros de lo habitual...
Después de verlo sin decencia alguna por varios segundos, me di cuenta de lo que estaba haciendo y con un pequeño esfuerzo y ayuda de sus fuertes brazos, me puse de pie y escuché que me dijo
- ¿estas bien, pequeña?

¿Pequeña? ¿Por qué me había dicho pequeña? No soy pequeña... okey, tal ves un poco pero pues claro que sería pequeña vista desde sus ojos, es que ¡el era demasiado alto!, pero siendo sinceros, eso me gustaba.

Después de pensarlo por un momento y un poco apenada respondí
- si, gracias... ¿cuál me dijiste que era tu nombre?

- Gabriel, ¿y el tuyo es?

- Miranda, mucho gusto.
Nos quedamos mirándonos con una sonrisa cuando una voz nos interrumpió.

- Miranda, lo siento. Dijo mi amigo Alex.

- hmm, no hay problema, respondí.

Y fue lindo mientras duró antes de que llegara la hora de irnos, di un gran suspiro y pense "quiero volver a verlo y ¿si le pido su número?"
Me mataba la curiosidad de conocerlo, pero cuando estaba lista para hacerlo ya era demasiado tarde, se había ido.

Y no, no fue un amor a primera vista la verdad, ni a segunda tampoco, ni siquiera habia una amistad, aún, pero tal ves si sentí atracción y pasé un buen rato, por ahora.

Tu, mi pequeño gran amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora