Capitulo 8: ¿Los amigos NO se besan en la boca?

48 2 0
                                    

Con el tiempo, nuestra amistad se fortalecía cada ves más...

¡Te convertiste en mi daily chat!

Cuando salíamos de viaje, por ejemplo, yo que suelo ir casi una ves al mes a MTY para visitar a mi familia, hacíamos videollamada todo el tiempo, para contarnos la más mínima cosa y mostrarte mis compras.

Soliamos salir con nuestro grupo de amigos... y nos hacían burla diciéndonos que terminaríamos juntos... pero solo nos reíamos y no hacíamos caso.

Los chicos con los que salía, me celaban diciéndome que Gabriel no podía solo ser mi mejor amigo, que cuando estábamos solos "viendo pelis" en su casa no era lo único que hacíamos, pero en realidad, ¡si lo era!

Cuando nos juntábamos en grupo, en alguna casa, nos encantaba sentarnos juntos y nos abrazábamos mucho... recostarme en tu pecho, respirando tu olor, sintiendo tus brazos a mi alrededor poco a poco se fue convirtiendo en mi lugar seguro.

Obviamente, nuestros amigos se daban cuenta de que poco a poco, entre más confianza agarrábamos, más contacto físico teníamos, lo cual les parecía "extraño" y no un comportamiento de mejores amigos.

De repente, cuando nadie nos veía y salíamos a caminar, cruzábamos la calle y con la excusa de cuidarme, tomabas mi mano... y no la soltabas, ni quería que lo hicieras... me ponía un poco nerviosa pero me encanta.

Cuando jugábamos en grupo, nos tomábamos la mano por debajo de la mesa... poco a poco fui presentándote a mi familia, cosa que tú claramente no hiciste, pero a mí no me molestaba, aún.

Recuerdo que un día, salí con unas amigas y me preguntaron por ti me dijeron que si
¿solo éramos mejores amigos?
A lo que yo les respondí que si y me comentaron que estabas muy guapo... y en ese momento yo fingí una sonrisa pero me quedé pensando... todavía no te veía 100% con esos ojos pero
¿acaso me sentía celosa por el comentario?
Creo que ese comentario me abrió los ojos, comencé a verte diferente.

Comencé a sentir mariposas en el estómago cada que tus manos rozaban mi cuerpo de alguna manera, unos nervios extraños, algo que no me había sentido antes... y unas ganas locas de besarte comenzaron a invadirme.

Tu, mi pequeño gran amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora