Capitulo 6: Creando experiencias "INOLVIDABLES"

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Paso un buen tiempo, hasta que nos volvimos a ver ya que no les puedo negar que si nos metimos en problemas con nuestros papás después de lo que pasó (unos más que otros) pero me encontraba de nuevo aquí y decidí llamar al chico para invitarlo a acompañarme... el acepto, fue raro que estuviera disponible, pero agradecí que lo estuviera.

Llego y al mismo tiempo pasaron unas niñas en su motoneta y yo voltee a ver a Gabriel con una mirada, incitándolo a que nos acercáramos a ellas.
Yo siempre he sido muy aventada, me gusta hacer cosas nuevas, no me da pena acercarme a desconocidos, me considero extrovertida, el tiene un poco más de "decencia" y ansiedad social, pero igual empezamos a complementarnos de una bonita manera.

Estábamos acercándonos cuando vimos que se cayeron..., nada grave pero Gabriel se acercó a ayudarlas (el siempre tan lindo) y después les preguntamos si nos las prestaban.
A lo que ellas nos contestaron que si.

Yo me subí, primero sola, luego con el.
El corría detrás de mí, por que tenía miedo que fuera caerme... "ay, es tan lindo y protector".
Al mismo tiempo, me estaba grabando, supongo que para el recuerdo y tal vez burlarse un poco de mí.

Posteriormente, se subió conmigo, fuimos a dar la vuelta y la pasé increíble, no les voy a negar que me puse un poco nerviosa cuando sentí sus brazos rodear mi cintura desde atrás y su cabeza recostarse en mi espalda, el olor de su perfume me llegaba con la brisa y olía delicioso.
Todo esto mientras veía el paisaje de la linda colonia, de noche, los árboles, las luces... repito, fue increíble.

Luego, el quiso manejar, así que cambiamos, me subí detrás de él, pero la verdad me daba pena acercarme tanto, así que me alejé y me agarré de la parte trasera de la moto (tenía unas agarraderas) y en ese momento, no se si lo hizo adrede o fue sin querer pero dio un arranque muy brusco y terminé deslizándome hasta su cuerpo... el volteo a verme con una sonrisa coqueta, no entendía lo que estaba pasando pero lo rodeé con mis brazos recostando mi cabeza en su espalda.
Y no pude evitarlo e inhale todo su perfume sin disimular acompañado de un pequeño pero notorio "ahhh" de esos cuando hueles algo que te gusta mucho y se te sale la expresión.
El que aún no arrancaba, me aventó una expresión dudosa, como en busca de una explicación.
A lo que le dije
- ay, perdón, nada, es solo que... apunto de tartamudear de los nervios dije, hueles muy bien.
El se sonrojo y me regaló un:
- gracias, tu igual.
Por fin termino el incómodo momento al arrancar, sentía como mi cabello volaba con el viento hasta su cara... y cada que pasábamos un bordo o una curva, yo lo tomaba más fuerte.
En uno de los bordos, lo pasamos muy rápido, nos deslizamos y por poco caíamos, me asusté y lo tome más fuerte, el siguió avanzando pero soltó una de sus manos del volante y agarró las mías dándoles pequeñas caricias... "FUE TAN TIERNO".

Poco después, se detuvo y me dijo el famoso:
- todo está bien, pequeña.
Lo hizo de nuevo, el decirme pequeña, pero comenzaba a gustarme.
Le contesté:
- lo sé, solo me asusté pero ya estoy bien.
Me regaló una sonrisa y volvió a avanzar.

Llegamos con las niñas y estaban ¡furiosas!
Al parecer lo estábamos pasando tan bien, que perdimos la noción del tiempo.

Les ofrecí una disculpa, que aceptaron a medias.
Gabriel moría de la pena. 

Ellas se retiraron y me quedé sola con el otro rato.

Me recosté en el pasto e invité a Gabriel a acompañarme, me compartió que no le gusta la idea de recostarse en la tierra donde hay insectos a ensuciarse pero con un poco de persuasión, logre que se recostara conmigo y tuvimos otra de las famosas deep talks recostados viendo las estrellas, fue hermoso.

Tu, mi pequeño gran amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora