Capítulo 17:
Siento que un dedo toca suavemente mi hombro, volteo hacia este, y veo a Joe. — ¿No puedes dormir? —pregunta susurrando, y no puedo evitar reírme en silencio para no despertar al resto.
Niego con la cabeza en respuesta.— Lo siento, si te desperté —me disculpo mientras lo miro a través de la tenue luz blanca de la pantalla de mi Mp5.
— No, la verdad es que tampoco he podido dormir —comenta con voz suave y un poco adormilada.
Te voy a extrañar cuando te vayas —le confieso, buscando sus ojos en la suave luz.
Hace un sonido de sorpresa. — Es increíble, yo también te echaré de menos —me guiña un ojo y me sonríe con ternura. — Ahora, ¿qué te parece si apagas eso e intentas dormir? —sugiere, señalando mi reproductor de música.
Hice lo que me dijo, y Joe me deja dormir abrazada a él. Escondo un poco, sonrojada, mi cabeza en su hombro, y eso calma bastante mi cabeza. Su calidez y protección me dan paz y tranquilidad, poco a poco empiezo a sentir mis ojos pesados, hasta que me quedo dormida.
Una semana después, las cosas estaban más o menos bien, aunque los chicos estaban algo distantes. No entendía por qué, pero sentía como si me estuvieran evitando o ya no me hablaban como antes. Fer me dijo que quizás no quieren ponerme triste y por eso me evitan.
Me estaba preparando para ir al colegio, así que me enfunde en un pantalón semi ajustado de mezclilla negro, un poco desgastado en las rodillas, la clásica *chomba* azul con el logo del colegio y mi confiable campera negra con tres rayas blancas en las mangas hasta los hombros. Un toque de perfume y una vincha de tela escarlata completaron mi atuendo matutino. Después de un desayuno rápido, como de costumbre, me apuré para no llegar tarde. Fer y yo siempre íbamos juntas, aunque ella estaba en un curso más avanzado. Ya les he contado que no soy precisamente una estudiante destacada, especialmente en matemáticas, una materia que simplemente no logro entender, y educación física tampoco es mi fuerte. Por suerte, hoy era miércoles y no tenía esa clase, lo cual me ahorraba el sufrimiento de correr y sudar por la mañana, algo que detestaba.
A la salida de la escuela, me encontraba esperando a Fer en la semi medianera de la entrada cuando una voz conocida susurró a mi lado— Hola, ¿necesitabas un custodio para que te venga a buscar?— Me giré para encontrarme con tres chicos vestidos discretamente de negro, con gafas de sol y gorras.
Aunque intentaban pasar desapercibidos, era difícil no reconocer a los Jonas. Me acerqué para abrazarlos con alegría, y ellos correspondieron al gesto al unísono.
Luego llegó Fer, emocionada al ver a los chicos, especialmente a Nick. Este sacó una rosa roja de detrás de su chaqueta negra y se la entregó a Fer, gesto que me pareció encantador.Nick siempre ha sido detallista con mi amiga, y se nota que realmente se quieren.
Me pregunto cómo harán cuando Nick se vaya, pero de todas maneras, estaré ahí para Fer, lista para abrazarla cuando los Jonas vuelvan a su casa.Más tarde, alrededor de las 5 de la tarde, estaba en mi habitación, luchando por terminar la tarea y ansiosa por ver mis series, pero mi mente parecía estar en otro lugar. De repente, me di cuenta de que estaba pensando en Joe y en su mirada que me pone tan nerviosa. Mis sentimientos últimamente estaban como una montaña rusa, y cada vez me sentía más cerca de Joe. No entendía qué me pasaba cada vez que lo veía, pero sabía que era algo bueno, porque cuando estaba cerca de Joseph, sentía un torbellino de emociones bonitas, aunque un poco aterradoras porque nunca antes había sentido algo así por nadie.
Justo cuando estaba perdida en mis pensamientos, escuché un golpecito en la puerta. Volteé y allí estaba Joe parado. Lo invité a entrar y, sin poder evitarlo, mis ojos se quedaron clavados en él. Joe era tan guapo que a veces me preguntaba cómo era posible que existiera alguien así. Su forma de hablar, sus ojos avellana intensos y suaves a la vez, junto con sus cejas pobladas que le daban un toque único a su mirada... Me perdí por un momento admirando esos detalles mientras él hablaba, hasta que me di cuenta de que me estaba hablando y yo estaba completamente distraída pensando en lo guapo que era.
Despierto de mi ensoñación, sacudiendo la cabeza y sintiéndome un poco perdida aún. —Lola, ¿me estás escuchando? —pregunta Joe con incredulidad en su voz.
— Lo-Lo siento —me disculpo balbuceando, levantándome de la cama para acercarme a Joe, pero mi pie izquierdo se enreda en mi mochila, tirada (o más bien desparramada) en el piso. Termino tropezando contra Joe, lo que evita que me caiga hacia adelante. Trato de recomponer mi postura, pero termino pisándolo. — Lo siento —lamento, dándome una palmada en la frente, un poco apenada. No entiendo qué me pasa.
— Está bien, no te preocupes —aclara Joe cruzándose de brazos mientras mueve la cabeza para apartarse el flequillo que le tapaba el ojo izquierdo. Se ve tan guapo cuando hace eso. Mayormente suele hacerlo cuando está molesto. — ¿Otra vez? —cuestiona moviendo su mano frente a mis ojos. — ¿Qué es lo que tanto piensas? —pregunta con un tono grosero y frunciendo el ceño.
Mis mejillas arden levemente, y respiro hondo antes de contestar. — Si lo supiera, te lo diría —bajo mi cabeza algo apenada, pero como es de costumbre, Joe toma mi mentón con su mano y levanta mi cabeza.
Joe asiente y eleva las comisuras de la boca. — ¿Estabas pensando en ese chico? —pregunta con curiosidad.
— Sí, pero la verdad es que no sé qué es lo que siento —conteste inclinando mi cabeza dudosa. — Me da pena no entender lo que siento —confieso mirando a Joe.
— Pena, ¿por qué? —cuestiona arqueando una ceja. — Lola, ya te dije, aún eres chica para pensar en esas cosas —me regaña señalándome con su mano. — Deberías preocuparte por otras cosas, como la escuela, tus amigos. Piensa en lo que te gusta hacer —agrega enumerando cada cosa con sus dedos.
— Chica ¿por qué? —discuto elevando uno de mis hombros y me siento en mi cama, al mismo tiempo que Joe lo hace. — Voy a cumplir 15 años —continúo haciendo énfasis en mi edad. — La mayoría de mis compañeros a esa edad ya saben diferenciar sus emociones —agrege mientras me cruzo de brazos.
Joe me mira exasperado y respira con fuerza.— Lo siento, pero yo no puedo más —dice enfadado, lo que me asusta porque pensé que se había enojado conmigo— Tengo que contarte esto, porque yo no soy así -niega con la cabeza— Pero me tienes que prometer que jamás le dirás esto a nadie —me advierte, con preocupación en sus ojos.
— Prometo que no le diré a nadie —afirmó asintiendo, un poco asustada.
Si tú le cuentas a alguien esto, quizás no volveremos a vernos —me dice seriamente, y mi corazón comienza a latir más rápido. ¿Qué será lo que tiene que decirme que es tan grave?
— Levanto mi mano derecha y le muestro el dedo meñique— Lo prometo de verdad —reafirme segura, y Joe une su dedo pequeño con el mío.
— Bien, escúchame con atención —ordena, obligándome a mirarlo a los ojos...
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Aquí sale otro capitulo recién salidito del horno, tengo varios capítulos en Word listo para subir, otros que he corregido, pero, estoy haciendo varios capítulos, por si, me da otro bloqueo tengo varios capítulos para subir y no los dejo esperando. Además porque sabía que mi mente iba tener ocupada en que faltan 2 días para ir a ver a los Jonas Brothers, estoy super ansiosa de verlos, luego de 11 años que vinieron, y además luego de su separación, este es un momento muy importante para mi :3
💋–A
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Open Your Eyes
FanficLola, una niña de 10 años que ha pasado gran parte de su vida en solitario, anhelando una existencia tan emocionante como las protagonistas de sus series favoritas, se encuentra atrapada en una monotonía que parece no tener fin. Sus días transcurren...