Un Regalo de mucho valor

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Capítulo 19:

Hoy es 1 de junio y, aunque mañana cumplo años, no estoy tan emocionada por celebrarlo, sobre todo ahora que sé la verdad, o al menos parte de ella. Joe guarda un secreto que, por su reacción, debe ser más grande que la cantidad de helado que puedo comer en una sentada. Aunque a veces nos peleamos, me encanta pasar tiempo con él. Antes ni me quería cerca, ¡y ahora es el guardián de la niña más rara del mundo! Pero hoy me tocó estar sola todo el día. Nick y Kevin se fueron a dar un paseo con Fer, y Joe estuvo aquí, pero estaba pegado a la computadora y luego salió a caminar.

Miro la tele, buscando qué ver, aunque debería estar haciendo mi tarea. Lo único que hice fue terminar de escribir la canción que me encargaron. Aunque me dieron tiempo hasta finales de junio, la letra no fue difícil de encontrar. ¡Lo complicado fue escribirla en inglés! La hice por los Jonas, usando el piano eléctrico de la sala para componer la música. Sé que la canción original se toca con guitarra, pero yo no tengo ninguna, y la de mi hermano Federico es eléctrica, así que no me sirve. ¡Además, todavía no llegó a esa clase! Aunque logré la melodía, no me convencía cómo sonaba en piano.

Suspiró aburrida y bostezo, pero me arrepiento cuando veo a Joe aparecer en la sala. ¿Por qué? Bueno, ahora lo entenderán, ¿no me creen? Esperen y verán.

—¿Aburrida? —pregunta Joe de repente.

«Aquí vamos de nuevo».

No sé cuándo volvió de su caminata, lo miro un poco espantada mientras sale de la cocina devorando papas fritas. «¿Por qué come tanto? ¿De dónde saca espacio?». Me ofrece, y yo acepto un par. No suelo tener hambre casi nunca; podría pasar dos días enteros sin comer. Mi madre siempre me dijo que de bebé tampoco solía llorar por hambre.— ...Oye, niña, ¿salgamos un rato? —menciona. Yo niego con la cabeza, pero puedo sentir su mirada clavada en mí. Lo miro y entiendo que no es una sugerencia. Me quedo mirándolo, y Joe suspira molesto. Toma el control de la tele y la apaga—. Has estado demasiado tiempo viendo televisión —me ordena. Lo imito, levantando una ceja, y luego me levanto resignada, quejándome. No tenía ni ganas de salir.

— Mandón —me quejo en voz baja, aunque estoy segura de que me oyó, y camino hasta mi habitación.

Busco entre mis cosas con paciencia, aunque no me dijo que me apurara. Finalmente, opto por una camisa roja semi oscura con el estampado de Shane Gray. Preferiría una de los Jonas, pero esta es la única que encontré cerca de nuestro barrio. Me pongo un jean negro y unas converse con brillos rojos. Hoy me siento genial, como si algo estuviera cambiando en mí. Tomó una campera de charol sintético y me tomo el tiempo para repasar mi planchita de pelo. Últimamente, la he estado usando más a menudo. ¿Será que juntarme con Joseph me está influenciando? Pensé que su cabello lacio era natural, pero lo vi planchándoselo hace dos días. Me pregunto cómo se verá su cabello natural.

Salgo de mi habitación y veo a Joe terminando de arreglar su cabello. «Debo confesar que me gusta describir a Joe, y siento que podría hacerlo a la perfección. Shhh, pero no le digan a Joe lo que puse». Lleva un jersey con corte en V tejido de canalé color caqui sobre una camiseta negra lisa, un pantalón negro ajustado y zapatillas de lona negras y blancas. Su cabello está bien peinado y planchado, con su característico flequillo cubriendo el lado izquierdo de su frente. Se ve muy guapo hoy. Podría quedarme mirándolo durante horas, soñando con su mirada y sus expresiones, que son bastante notorias. Me doy cuenta de que lo estaba mirando embobada cuando Joe me sonríe a través del espejo y se gira para verme. Se ríe señalando mi remera.

Joe se reía, casi burlándose—. Era claro quién era tu favorito —comenta con arrogancia y me guiña un ojo con diversión.

— Sí, es Kevin —contesté a su burla, cruzándome de brazos como él solía hacer cuando se molestaba conmigo, le saqué la lengua—. Que solo tenga esta playera de ti no significa que tú seas mi favorito —agregue burlándome. Su sonrisa tonta se desvaneció al instante, y se cruzó de brazos, frunciendo el ceño.

Open Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora