Open Your Eyes

Se tu misma

Capítulo 15:

Joe frunce el ceño, rueda los ojos  y suspiró con fastidio, negando con la cabeza. –Eso es lo que sucede cuando no tienes confianza en ti misma –me regaña en tono brusco, arrugando el ceño. – ¿Qué te dije cuando empezamos las clases? –pregunta con sequedad.

Parpadeo y siento cómo mis ojos se humedecen, tragando saliva angustiada. –Lo sé, Joe, pero tal vez esto no es lo mío –respondo en un hilo de voz. –Quizás cantar no sea mi talento –confieso mientras desvío la mirada hacia mis dedos, intentando evitar su mirada. No quiero llorar; si lo miro a los ojos, no podré evitarlo. Sin embargo, Joe vuelve a intervenir antes de que las lágrimas caigan, tocando suavemente mi mejilla con sus dedos.

– Tienes que confiar más en ti, Lola –me consuela Joe, suavizando su mirada. Desde que nos hicimos más amigos, él me ha enseñado a tener más confianza en mí, pero es algo con lo que lucho día a día, yo y mi falta de confianza. Es tan difícil aprender algo que nunca he tenido, es como leer sin haber estudiado.

Lo miro a los ojos. Suele ser odioso la mayor parte del tiempo, pero en el fondo es un chico dulce y comprensivo. –¿Puedo abrazarte? –pregunto insegura, y Joe lo hace instantáneamente cuando se lo pido.

Deja de abrazarme y me mira serio. –Sabés, pensé que tú y yo éramos amigos –confiesa, haciendo una mueca con la boca disgustado y desviando la mirada.

Observo a Joe y mi corazón se encoje al ver la expresión en su rostro. –¿Amigos? –pregunto detenidamente, y sus ojos me observan desconcertados. – ¿Qué? –articulo, elevando mis cejas.

Exhala profundamente. –Me gustaría que confiaras en mí, Lola –reclama con voz firme.

– Claro que confío en ti –ratifico, curvando mis labios hacia arriba.

Entonces, no tienes que pedirme que te dé un abrazo, podés dármelo si querés –señala directo.

– Es que pensé que no te caía muy bien –declaró, mirando mis dedos, y subo nuevamente la mirada. "Cómo siempre estamos peleando, imaginé que tal vez, te estabas hartando un poco de mí", continúo un poco desilusionada.

¿Eso es lo que tú piensas de mí? –cuestiona Joe, señalándose a sí mismo. Inclino mi cabeza perpleja. –Debo admitir que quizás al principio no me caías muy bien –acepta con confianza. – Pero, en realidad, yo te quiero mucho, amiguita –expresa con suavidad. Joe curva sus labios hacia arriba un poco. – Es divertido pelear contigo a veces –confiesa susurrando y acercándose a mí con picardía.

Me asombro divertida y vuelvo a abrazarlo enérgicamente. – Tú eres mi mejor amigo, Joe –reconozco mientras sigo abrazándolo.

Joe se aleja de mí un poco y me mira incrédulo. – ¿Me considerás tu mejor amigo? –pregunta, y yo asiento sonriendo.

– Sé que no suelo decirlo, pero, tus hermanos y tú se han vuelto muy importantes para mí –afirmo con una mano en el corazón– desde que entraste a mi vida, todo es diferente, tú le diste color a mi vida –expreso en un tono apagado, por primera vez observo a Joe muy de cerca, él me está mirando de frente, mientras sonríe con sutileza, su flequillo cae sobre su ojo izquierdo, haciéndolo ver muy encantador, mis ojos se empapan por su acción, es tan Joe que emociona, suspiro y otra vez siento esa sensación extraña en mi estómago, a veces me da miedo lo que Joe me hace sentir, porque tengo miedo de que sea más de lo que pienso y no quiero ilusionarme con alguien, que puede irse mañana.

Joe me mira de nuevo y con su mano derecha toca mi rostro– eres una chica muy especial, Lola –menciona con firmeza– ¿me tienes miedo? –pregunta de repente detenidamente. Lo miro extrañada, y niego con mi cabeza– a veces siento que me esquivas, o que hay cosas que no me dices –expresa Joe sin temor– sé que te he tratado mal antes, pero ya no es así, he aprendido a quererte en tan poco tiempo, no tienes que temer a pedirme un abrazo, o contarme lo que sea, yo nunca te voy a lastimar, ni tampoco me burlaré de ti –sigue mientras toma mis manos entre las suyas, una sensación de calidez invade mi cuerpo, y me da una energía positiva, que me hace sentir bien, como si pudiera ver el mundo de otra manera.