Te ha Enviado un Zumbido

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Capítulo 23:

Después de cuatro meses y medio, los Jonas se estaban preparando para volver a su hogar. Yo intentaba parecer fuerte, disfrutando los últimos días con ellos en casa. Fer y Nick se habían reconciliado, pero decidieron mantener su relación en la amistad, al menos hasta que pudieran verse de nuevo. En la escuela, las cosas iban un poco mejor, aunque Linda y sus amigas seguían molestándome. Sin embargo, no tanto porque Fer siempre estaba conmigo para evitarlo. Mis demás compañeros me preguntaban todo el tiempo por los Jonas y cómo eran. Algunos querían venir a verlos a mi casa, así que les mentí diciendo que ya se habían ido. Además, ahora se creen mis amigos, cuando antes nunca me hacían caso.

Gastón y yo hablamos y nos reconciliamos. Me explicó que nunca quiso ocultarme nada, pero lo hizo por mi salud y seguridad. Al tener amnesia, podría sufrir un colapso, aunque no sé bien qué significa eso, entiendo que solo querían protegerme.

Fer y yo estábamos organizando una fiesta de despedida. Creíamos que los Jonas se merecían esta pequeña celebración porque nos hicieron felices desde el primer día que los conocimos. Al principio, mi relación con Joe fue difícil, pero ahora, mirando atrás, valió la pena porque eso hace que lo extrañe aún más.

Hoy es jueves y no fui al colegio porque es fin de semana largo por el *9 de Julio*. Son las 10:20 a.m. y ellos se están preparando para regresar a Estados Unidos. Mientras termino de arreglar algunas cosas, siento una mezcla de tristeza y gratitud.

—Mejor vamos a desayunar —dijo Nick entrando a la sala. Detrás de él venían Kevin y Joe, se quedaron sorprendidos.

¡Wow! —dijeron mirando la habitación, que estaba llena de globos de sus colores preferidos y de algunas fotos nuestras.

Los miré con algo de timidez y les sonreí.

—Buen día y sorpresa. Lo hice todo para ustedes —dije dando un paso al costado, mostrando una mesa de desayuno con cosas que ellos suelen comer en su país—. Espero que les guste.

Por alguna razón, siempre que hago cosas como estas para ellos me pongo extraña. No sé, es raro el sentimiento, como si me diera cosita.

—¿Todo lo hiciste vos? —preguntó Kevin sorprendido.

No, emmm... Yo tuve ayuda de Fer, quien sabe cocinar mejor. Yo no sé ni hervir un huevo —reí nerviosa y me puse colorada de la nada, cosa que pasa muy a menudo—. Solo hice los cafés con leche y organicé la mesa.

Fer sonrió y agregó unas tostadas con dulce de leche y manteca a la bandeja en la mesa del comedor.

—Buenos días, espero que les guste todo —dijo con alegría.

Genial, tengo hambre —se rió Joe, pasando su mano por su barriga y sentándose.

—Joe, dejame algo —protestó Nick, corriendo y peleando con su hermano por un jugo de naranja. Kevin se sentó también, riéndose de sus hermanos.

Fer y yo nos sumamos a la mesa, aunque no tenía mucho hambre. Los veía pelear por unas simples medialunas y me reía por sus locuras, me hacían doler la panza de la risa. De repente, un sentimiento de nostalgia invadió mi corazón y mis lágrimas amenazaron con salir. No podía dejarlos ir. Me costaba saber que quizás no los volvería a ver o que se olvidaran de mí. No quería que eso pasara, me dolía.

Salí de la casa, no quería que se preocuparan por mí, estaban muy felices. Me senté como siempre en la medianera de la entrada, suspirando muy triste. Me di vuelta y ahí estaba mi amiga, suspirando con tristeza al igual que yo, hasta que de golpe escuchamos otra vez que la puerta se abría, Nick, Kevin y Joe, salieron de ella, y se acercaron a nosotras, ellos nos abrazaron mientras se sentaban a nuestro lado, y hablábamos de las cosas que hicimos, y riéndonos de los recuerdos y cosas lindas, Joe sacó de su bolsillo como siempre su cámara digital, y la activó para sacarnos una foto los tres y luego uno cada uno.

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⏰ Última actualización: Nov 17 ⏰

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