Evan.
—Ustedes están locos. —grité mientras veía como mataban a las demás personas. —¿Por qué hacen esto?
No tenía ninguna respuesta por parte de ellos, volvía a gritarles para que respondieran.
—Silencio, humano. —la voz de Miztli era poderosa haciendo que me quedara callado. —eres muy ruidoso, ya veo porque en su tiempo los dioses y espíritus ya no se aparecen.
—¿Aparecen? ¿Qué quiere decir con eso? —volteo a ver a Charlie, siempre tan curiosa, sus dudas siempre te dejan pensando.
La diosa deja salir un quejido de enojo cuando escucha la pregunta, estoy cien por ciento seguro que odia responder a la pregunta.
Notamos que pasa su mano por encima del cuerpo de Samara, se notaba como se retorcía y como algo de viscosidad sale de su boca y comienza a toser por eso.
—Ugh, —hicimos una mirada de asco al ver eso y despues veo como dice algunas palabras en otras lenguas para que pudiéramos ver qué en nuestro tiempo muchos dioses pasaban entre nosotros.
—¿Por qué nos muestras eso? —pregunté mientras me cruzo de brazos.
—Ellos son como nosotros los ojos y oídos de nuestro señor. Debemos llevarlos a dónde se encuentra para que los mate.
Nadie dijo nada, no sabíamos que hacer. Salieron de aquel lugar cerrando aquella puerta, intenté pensar en como salir de ahí.
—¿Qué haremos ahora? —la pregunta de Kevin era más de preocupación y miedo, niego con mi cabeza.
—Eres un miedoso, wey. —agarro los barrotes mirándolo con enfado. —Pareces un niño chiquito.
—Evan, cállate. Tú eres un chico de mierda que se queja de todo. —Aprieto aquellos tubos con furia al escuchar la voz de Diego.
—A ver, idiota. Deja de hacerte el héroe, todos saben que sólo estás aquí porque te gusta Samara.
—¿Eso que tiene que ver? —lo vi levantarse y acercarse a la reja de su celda mirándome con odio.
—Tiene mucho que ver, ¿O no lo ves? Intentas bajarle a la chica a tu amigo Williams.. —le sonreía burlón.
Solté una risa al ver cómo Kevin le jala del brazo para calmarlo. Iba a decir algo pero la voz de Albert me interrumpe.
—Miller, cállate. —este señala hacia un lugar, volteó. Samara estaba despertando y se podía escuchar sus quejas de dolor.
—¡Samara! —Alexander casi derriba la puerta de su celda haciendo que algunos se asustaran, parecía que había estado llorando pero a la vez se veía una sonrisa en su rostro. —¿Estás bien? ¿Cómo te sientes?
—¡Oh, vamos carnal! —sus quejidos eran muy recurrentes y se pasaba una mano en su cabello. —baja la voz.
Sólo niego un poco y volteó a ver el lugar y me acerco a una ventana que estaba cerca para poder ver lo que había afuera.
Me sorprendió que una parte del bosque que era diferente al bosque del reino Aztlán, retrocedo un poco viendo como poder quitar eso. Sonreí al ver qué se pueden derribar de un sólo golpe.
—Sí. —dije en voz baja.
Me acerco hacia la puerta de la celda y le hago una seña a Samara pero solté un leve suspiro al ver qué me ignoraba.
—Hey, traicionera. —eso hizo que volteara, su rostro era confuso pero señale las llaves que estaban cerca de una pared. —ven a sacarnos.
—¿Qué haces? —ignoro lo que decía Michelle. —¿Cómo sabes que aún no sigue de su lado, idiota?
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16 Forever ©
FantasyUn suceso, una catástrofe paso en aquel bosque que personas desaparecían, soldados, civiles, animales. Un científico sobrevivió aquel lugar y conoció a un ser nunca antes visto; Syrah Malbec era su nombre. Ahora deberán buscar a jóvenes capacitados...