25. Reino KuroIzan, parte 1

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—Entonces, ¿Qué reino es este? —pregunta Sue mientras miraba a su alrededor

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—Entonces, ¿Qué reino es este? —pregunta Sue mientras miraba a su alrededor.

El lugar parecía tan tranquilo, lleno de paz y silencioso. Samara saca el mapa aunque se sorprende que se rompiera rápido y suspira al ver qué mayormente estaba mojado, gracias a la lluvia del reino anterior.

—Mierda. —Musita frustrada, así que hace bola aquel papel mojado y lo lanza hacia atrás. —Parece que tendremos que averiguarlo.

Comienza a caminar cuidando de no caerse o tropezar con algunas piedras que habían por ahí, algunos se voltean a ver algo cansados y sólo sueltan un suspiro de cansancio, sólo sin decir nada proceder a seguirla.

—¿Cuándo podemos comer algo? —la voz cansada de Poleth hace que algunos se quejaran porque también tenían hambre.

—Encontraremos algo, tranquila. No te separes. —Albert cruzaba su brazo con el de ella para que no se alejara, ya tenía un poco de trauma por aquella vez que ella se separó del grupo junto con Samara y tuvieron esa ilusión con aquellas bayas. Le preocupa que le pase algo y se lastime.

[...]

Suelta un grito de dolor al sentir aquel golpe en su mejilla, pone su mano o sobre el lugar donde la golpeó y voltea a ver al castaño algo asustada y preocupada de lo que podría decirle al respecto. Tenía sus ojos brillosos por las lágrimas y respiraba algo agitada por los nervios.

—¡¿Eso porqué fue?! —alza la voz frustrada hacia el hombre que le daba la espalda, se acerca a él y le da algunos intentos golpes en su espalda para luego ser empujada hacia un sillón individual.

—¡Silencio, mujer! —exclama mientras escribía algo en su libro que tenía en manos. —Necesito ver cómo detener esta guerra.

La pelimorada se levanta de aquel sillón mientras se limpiaba las lágrimas y en silencio comenzó a caminar sin que aquel hombre se enterara.

—Deja que ellos se encarguen... Ellos son los únicos que pueden hacerlo...

La voz de aquella mujer era entrecortada, también era algo decidida e insistente de que los jóvenes fueran quienes se encargarán de terminar aquella guerra. Temblando tomó algo corto punzante que había en un mueble cerca. Lo que estaba a punto de hacer iba a doler demasiado para ella como para los demás. Se quedó pensando en todo lo que ambos habían pasado juntos, lágrimas se acumulaban en sus ojos. En un momento a otro siente una mano agarrada de la suya donde sujetada aquella arma, sólo comienzan a hacer fuerzas y pelear. Uno tratando de defenderse y la otra queriendo hacerle algún daño, tumbaron cosas y de un momento a otro; un grito.

[...]

Un escalofrío recorrió la espalda de Poleth, no sabía porque había pasado eso pero no le tomo importancia y prodigio caminando siguiendo a los demás. Llegan a una casa de campo, era una casa típica de antes que parecen todo de madera. Mike se acerca y al notar que era una de las puertas que se deslizan y la abre para poder checar si había alguien ahí adentro.

Al poder ver qué no había nadie, hace una seña para que los demás entren. Lo hacen sin chistar, al final Mike vuelve a cerrar aquella puerta. Cada uno se va a buscar donde sentarse o ver donde dormir por los cansados que estaban.

—¿Qué haremos ahora? —cuestiona Evan mientras respiraba algo agitado por tanto caminar y correr.

—Mike. ¿Alguna idea? —le pregunta al pelirrojo, Sue se acerca a él un poco para ver si había un plan o algo así.

Mike se queda en silencio, voltea a ver a los demás mientras respiraba algo lento para recuperar aire. Los veía a los que se encontraban ahí con él. Se señala.

—¿Yo? —duda. Sue asiente esperando algo de él. Suelta una risa sarcástica. —¿Es en serio? ¿Después de lo que pasó anteriormente aún me ven como algún líder o lo que tengo algún plan cada vez que nos metemos en algún problema?

El silencio invade el lugar, lo miran con un tono de duda y también estaban confusos. Esto no era propio de él, antes se notaba más aventurero y tranquilo, ahora sólo estaba estresado y cansado.

Sue se preocupa al verlo así, suelta un suspiro comprendiendo y teniendo algo de empatía hacia él. Se acerca y se sienta a un lado del hombre que mantenía su rostro entre sus manos intentando despejarse de todo el caos y dolor en su cuerpo después de las heridas y cicatrices que tenía.

—Oye, te entiendo... Todo este estrés que tienes acumulado, no se lo deseo a nadie más... —comienza a hablar en un intento de tranquilizarlo.

—¿De qué hablas, Sue? —habla Cari, comenzando a enojarse y estresarse más. —Esto no hubiera pasado si él no hubiera decidido por todos venir aquí... No hubiera pasado si Samara y Emily encontrarán aquel enano... No hubiera pasado si no le hubiéramos hecho caso a Syrah y a Matthew que si lo piensan bien ellos no nos ayudan. Nosotros aquí rompiendo nuestros huesos y ellos tranquilos allá.

—No quiero ser malo y estar de lado de nadie pero ella tiene razón, wey —, Luka voltea a verlos algo nervioso, encogiéndose de hombros.

Mike se queda en silencio tratando de no iniciar otra discusión, ya no más. Estaba harto. Pasa una de sus manos por su cabello mientras pensaba en algo, asiente ligeramente.

—Sí, tienen razón. Estamos perdidos, no podemos regresar, no hemos sabido nada de nuestros familiares. Nuestros padres no saben dónde estamos. —dice estando ya derrotado. Kevin se acerca en silencio con la mirada baja.

—Creo que todo saldrá bien. Saldremos de esto —, sonríe ligeramente tratando de sonar positivo y animar a los demás.

Henry se acerca a él y sólo lo empuja para que tomara asiento y no molestará, un pesado suspiro sale de sus labios.

—Kevin, lo que menos necesitamos son falsas esperanzas, estamos acabados. Atrapados aquí. —musita nervioso, lo único que quería era regresar a casa a dormir y a la hora de despertar que al menos esto sea sólo un sueño.

—Si no puedes ver eso, estás delirando. —menciona Michelle de la nada mientras se cruza de brazos sin mirarlo.

Kevin se voltea con una mirada seria hacia aquella mujer de pelo negro y alborotado por el sudor. —¿Delirando? —repite lo que ella había dicho y después grita con una expresión molesta, —¡Por supuesto que estoy delirando! ¿Sabes lo difícil que es estar dando ánimos y positivismo a todos cada cierto tiempo? Y lo único que hacen es quejarse todo el tiempo y pelear.

Eso hizo que los demás se sorprendieran por su repentino cambio de actitud y las emociones salgan a la luz, sólo que Diego y Emily sonrieron al verlo al menos defenderse, aunque después lo escuchen decir groserías.

—Puta madre, hijos de su pinche madre que las parió. Mierda, mierda, mierda. ¿Y saben lo que es peor? Que nos va a llevar a la verga. Moriremos todos.

—Woah, calma campeón. Calma, respira. —Albert se acerca y le da un pequeño masaje en sus hombros viendo como el rubio comenzaba a respirar algo agitado después de sacar toda su furia—, sí. Así está mejor. Calmado.

—¿Escuchan algo? —pregunta Evan para luego acercarse a una ventana, los demás lo imitan y notan como se va formando un humo un poco denso a su alrededor.

Charlie se acerca a dónde estaba Daniela abriendo aquella puerta, se asombran al ver que era niebla demasiado densa, sólo se podía ver las siluetas de los árboles. El silencio reinaba y no se escuchaba ningún sonido, incluso de los insectos, nada.

Salieron para explorar y ver qué se podía hacer con eso. Un jadeo hace que los demás volteen notando la expresión asombrada de Samara al ver algo.

—¿Qué? ¿Qué ves? —Mike se acerca intentando ver lo que ella veía.

—No puede ser —. Alexander señala a dónde veía la castaña y se podía ver una silueta de alguien pasando por ahí.

16 Forever ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora